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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Curiosidad, la continuación
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Karen despertó sobresaltada en su cama, estaba desnuda y Camilo dormía aún con la ropa de la noche anterior, no sabía si lo que recordaba era producto de un sueño o en realidad sucedió. Al buscar su ropa la encontró en la sala, lo que le confirmó que en verdad sí sucedió. ¡Tuvo sexo con Julio, el marido de su amiga y en su propia casa!

A pesar de su lamento no podía sacar de su mente todo lo que había sentido, todas aquellas nuevas sensaciones y experiencias que la hicieron enloquecer de pasión ¿Cómo iba a actuar cuando hable con Paola? ¿Y Julio? ¿Habrá notado alguien la ausencia de ambos? Eran muchas preguntas que la intrigaban, pero tendría que hacer frente antes que Camilo despierte. Se vistió y salió a casa de Paola con la excusa de buscar su celular, su amiga la recibió con la misma amabilidad de siempre y conversaron un rato hasta que se aseguró que nadie sospechaba nada. Todo estaba bien y no pasaría de un desliz de borrachera.

Trató de no cruzarse con Julio para evitar incomodidades, pero a solas recordaba aquella noche y sentía enormes deseos de repetirla.  Sentía algo de pena por Camilo que era un buen hombre, pero Julio la había marcado y no podía dejar de imaginar un nuevo encuentro.

Después de casi 15 días, una tarde salió al mercado de la ciudad y al regresar se cruzó con Julio que conducía una camioneta de la empresa donde laboraba y se ofreció a llevarla

—Sube Karen, te llevo.

—No Julio, voy donde una amiga, gracias.

—Quiero hablar contigo por favor, solo un minuto.

—Es que nos pueden ver y no quiero tener problemas con Camilo ni con Paola.

—Entonces vamos a un lugar más privado, solo un momento por favor.

Karen sintió que no podía negarse a aquella invitación ni a la penetrante mirada de Julio y sin decir más, se subió a la camioneta

—Trata de no demorar mucho por favor.

La camioneta raudamente se perdió entre unas calles y se estacionó en un parqueo común, Julio bajó indicándole a Karen que lo siga, cruzó una esquina y al notar que no había gente la tomó de la mano y la hizo ingresar a una casa que parecía normal, una vez dentro se dio cuenta que era un alojamiento y Julio se dirigió al encargado y luego la hizo ingresar a uno de los cuartos.

Ni bien cerrar la puerta Julio la abrazó y empezó a besar con frenesí mientras Karen trató de resistirse, pero la pasión con la que Julio la acariciaba y besaba era más fuerte que acabó correspondiéndole y entregándose a la pasión.

Julio la desnudó y de pie la empezó a besar de pies a cabeza mientras sus manos recorrían todo su cuerpo con desesperación, luego la acostó en la cama y empezó a

lamer su clítoris con una destreza inigualable que arrancó gemidos de pasión a Karen, siguió lamiendo y mordisqueando la vagina mientras su dedo medio jugaba dentro de ella provocando contracciones deliciosas que terminaron en una eyaculación en Karen.

—Sigue por favor, sigue —Repetía Karen

Julio se puso de pie y se desnudó completamente, al mismo tiempo que Karen se sentó y de inmediato le agarró la verga metiéndosela a la boca, dándole una mamada exquisita, las bolas, la cabeza, todo entraba y salía de aquella hermosa boquita que quería extraer semen.

Julio la volvió a acostar mientras su verga jugueteaba en la entrada de la vagina, Karen se movía desesperada suplicando que se la meta.

—Quieres que te la meta?

—Siii hazlo yaaaa ahoraaaaa.

—Entonces métela tú misma.

Julio se acostó boca arriba y Karen lo montó mientras su vagina devoraba esa gorda verga que la esperaba dura. Ella se movió con ritmo desesperado llegando al orgasmo en menos de un minuto. Julio la colocó en cuatro patas y lamií sus nalgas blancas y enormes metiendo la lengua en su ano, lo que le produjo una sensación de éxtasis maravillosa a Karen. Luego le colocó la punta de la verga en la entrada del ano y poco a poco fue metiendo la cabeza. Karen gemía de dolor y placer mientras Julio comenzaba con el bombeo con mayor ímpetu hasta que metió toda la verga, metiendo y sacando cada vez más rápido llegando a eyacular dentro de ese espectacular culo llenándolo de leche.

Se acostaron cansados mientras se besaban.

—¿Y ahora qué pasará con nosotros? —Preguntó Karen.

—Pasará lo que tú quieras que pase —Contestó Julio

—No quiero que tengamos problemas con Camilo ni con Paola. Dijo Karen

— ¿Entonces esto termina aquí? —Preguntó Julio

— No, eso no,  sólo debemos vernos a escondidas en éste mismo lugar cada vez que podamos —Susurró Karen

Julio la besó suavemente, mientras Karen le acariciaba la pija que se puso dura otra vez, Julio se puso encima de ella besándole las tetas mientras penetraba la húmeda vagina nuevamente, sus manos acariciaban sus nalgas. Karen se movía como podía mientras Julio le levantó las piernas poniéndolas sobre sus hombros, permitiendo que la verga penetre en toda su dimensión hasta el fondo de la vagina. Karen tuvo otro orgasmo fantástico y antes de correrse Julio sacó la verga y se la puso en la boca, llenándola de semen que Karen saboreó y se la tragó.

—Nunca nadie me hizo esto, ni siquiera Camilo.

—Ahora ya sabes porque Paola se enamoró de mí

—Lamento no habernos conocido antes, todo sería distinto

—Las cosas son como son, si tenemos que ser amantes, entonces lo seremos.

Ahora Karen y Julio planean sus encuentros en hostales, donde dan rienda suelta a su pasión, inventando nuevos juegos sexuales que terminan con la eyaculación de ambos. Camilo y Paola ni sospechan nada y la curiosa Karen ya obtuvo la respuesta que buscaba, al fin y al cabo, valió la pena ser curiosa.

Víctor

Curiosidad

Karen es una mujer casada, joven y hermosa,  de bello rostro y voluptuosas formas que entabla amistad con el matrimonio vecino, Incidentalmente se acuesta con su vecino, esposo de su  amiga, Los remordimientos se enfrentan al deseo.

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