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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Follándome a mi primita
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El relato que les quiero contar ocurrió hace unos diez años, cuando yo tenía tan solo quince añitos y faltaban unos meses para mi cumpleaños número dieciséis. Este relato es para contar como perdí mi virginidad con mi prima.

Vivía con mis papás, mi hermana y una prima tres años mayor que yo. Pero es de esas primas que las ves y enseguida te quieres montar en ellas. Quizás un poco plana de culo pero las tetas de ensueño que tenía lo compensaban todo.

Mi prima siempre me trató de lo mejor. Yo era como su hermano pequeño, aunque ella sabía cuantas ganas tenia de tirármela. Nuestro primer “encuentro” fue un día que ella regresó de sus estudiosy yo estaba solo en casa; sin más me preguntó si alguna vez había besado a una chica. Torpemente mentí diciendo que si, a lo que ella respondió con un largo beso de lengua y descubrió que estaba mintiendo. No pasó a mayores ni hubo otra insinuación por los siguientes meses y cumplí los dieciséis y llegaron a pasar un par de meses más, hasta que un día me quede dormido en su recamara y ella llegó algo ebria. Sentí que alguien se recostaba junto a mí y desperté sin que ella se diera cuenta. No sé en qué momento estiró la mano, solo sentí que ella comenzaba a tocar mi verga que se erectó casi al instante. Yo comencé a tocarle las tetas. Esas tetas que me tenían loco, las apreté y las besé, las lamí y mordisqueé y ella comenzó a gemir. Ese era el momento ideal para follármela, pero estúpidamente me levanté por un condón y ella se quedó dormida.

Pasó el tiempo y mis ganas de penetrarla solo crecieron. En este punto me gustaría admitir que descubrí un pequeño fetiche que tengo, tocar a mujeres dormidas. Entraba a su habitación por las noches y le tocaba y lamía las tetas, el culo y el coño, pero jamás me atreví a follarla, el miedo era un factor enorme a esas alturas de mi vida. Hasta que una de esas tantas noches me decidí a follármela (volví a olvidar el condón y me importó un carajo). Comencé por tocarle las tetas, las besé y le lamí los pezones, hasta que decidí que era tiempo de realizar mi cometido. Bajé la mano a su coño para cerciorarme de que ya estuviera mojado como así era. Cuando logré meterle un dedo, ella despertó. Nos quedamos mirando a los ojos y ella solo dijo ―¿Primito, se te perdió algo? ―a lo que le respondí con un beso, largo y tendido beso de lengua (para este punto ya tenía un poco más de practica) lo cual hizo que mi verga terminara de ponerse tan dura como una roca. Ella me acarició por encima de la ropa y empezó a quitármela. Comencé a desnudarla también hasta que me encontré con la cara completamente metida entre esas tetas que tanto me encantaban.

―¿Te gustan mis tetas primito? ―me preguntó ella.

―Como no te imaginas, soñaba diariamente con este momento― Le respondí

Hasta que pasó, la penetré y torpemente comencé a moverme. Creo que sería obvio decir que me vine casi enseguida. Ella solo río y me dijo ―Ven, te voy a enseñar a hacerlo bien

Me pegó una mamada épica. La primera vez que me hacían sexo oral. Me limpió completamente la verga, la cual se volvió a poner erecta, y ella se montó en mí. Movió su culo de adelante hacia atrás y así comenzó a enseñarme. Mucho de lo que sé acerca de follar me lo enseñó ella, lo demás llegó con el tiempo.

Durante casi un año follamos mínimo cuatro veces a la semana. Siempre de noche y siempre tapando su boca para que mis papás no escucharan sus gemidos. Nuestra “relación” se tuvo que terminar ya que ella se fue de la ciudad donde vivíamos para estudiar en otro lugar. Ella nunca volvió y ahora no tenemos contacto. Aunque no puedo negar que, sí nos volviéramos a ver, muy seguramente me volvería a follar a mi primita.

A.

 

 

Las primas de A.

Esa afición fetiche de A le proporcionan inesperados momentos con sus primas.

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