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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Mi mujer Viky
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Las mujeres, no es que de natural sean cohibidas y mojigatas, es que toneladas de falsa moral han hecho que conciban el sexo como una vergüenza. Es decir, la mujer mojigata actúa antinaturalmente, como un robot programado para que no haga determinadas cosas. Ese tipo de mujeres aburren, desesperan y actúan insanamente.

Una hembra desinhibida, que obre libremente y que practique sexo según le apetezca o no, es una hembra interiormente sana, una mujer en condiciones, con la que poder disfrutar relaciones sexuales maduras sin tabúes ni chorradas.

Una mujer sexualmente liberada es mucho más divertida que una santurrona acomplejada que vive amargada criticando todo aquello, que en el último de los casos, diera cualquier cosa por también hacerlo.

Cuantas veces pude comprobar que la mujer, igual que el hombre, tiene representaciones mentales que la mantienen en estado constante de excitación sexual, es por ello, que aunque no se den cuenta o lo hagan en forma involuntaria se visten de tal forma que inconscientemente despiertan, no digamos el morbo, sino el deleite de todos los hombres, que como yo, nos gusta verlas en la calle, en lugares públicos, parques, tiendas comerciales, con pantalones entallados dibujando sus tangas, así mismo cuando se visten con faldas demasiado cortas, a poco no lo hacen con la intención que les veamos y admiremos sus piernas y hasta en muchos casos sus nalgas, o blusas demasiado escotadas o abiertas del frente que casi dejan salir sus voluminosos senos; eso es erotismo en la mujer, sentirse vistas, admiradas y deseadas.

Y de esta manera, experimentando todo tipo de romances en los que hurgaba y preguntaba del porque accedían a tener sexo sin existir compromiso formal, y comprobando cada vez más que la mujer también se calienta cuando ve a algún hombre que le atrae, y hacen todo lo posible por llevárselo a la cama, cumplí veintisiete años viajando de una ciudad a otra, teniendo mujeres de todos colores, estaturas, bonitas, otras no tanto, en fin, pude comprobar que igual que nosotros, ellas también tienen sus fantasías eróticas y también, igual que nosotros, en su intimidad terminan masturbándose hasta en tanto no logran la relación sexual con quienes lo desean.

Y precisamente en esa época fue cuando conocí a Viky, la que ahora es mi esposa, en aquel entonces era hija de la dueña de la casa de huéspedes donde me alojaba en mis constantes viajes; de mediana estatura, blanca y aunque no dejaba ver mucho, adivinaba, entre lo holgado de su ropa, que tenía buena figura, sin embargo, y lo digo sinceramente, no fue eso lo que me enamoró; de familia modesta, pude saber, bien educada y con estudios en enfermería; pude comprobar que era de familia muy limpia, religiosa y de muy buenos modales; en conclusión, de una familia decente.

En principio no aceptaba ser mi novia pues argumentaba que por viajar tanto, no sabía cuantas mujeres habría yo tenido, sin embargo, y a base de tanto insistir con galantería y atenciones para ella y para su mamá, por fin aceptó. Fue un romance como de seis meses a la antigüita, flores, dulces, paseos por el parque, al teatro y algunas pocas veces al cine, en estas ocasiones, siempre en compañía de su mamá. Cuando estábamos solos solo eras besos tiernos, sin mayor acercamiento, pues Viky inmediatamente se alejaba no dando oportunidad de sentir nuestro cuerpo mutuamente, ni tampoco aceptaba que la besara en forma prolongada o en el cuello tratando de excitarla; en ocasiones le acercaba mi verga muy ligeramente a su panocha y al sentirla inmediatamente se separaba, de igual manera si la abrasaba para sentir sus pechos daba cualquier pretexto para alejarse.

Esta forma de ser y de comportarse de Viky en vez de alejarme me fue arraigando más a ella sintiendo la necesidad de su presencia; creo, pensé, me estoy enamorando, pues nadie me había rechazado y al lograr lo que quería, inmediatamente me alejaba, pero con Viky fue diferente; ella no aflojaba y sin embargo cada día más sentía quererla, así es que me decidí y casi al cumplir los ocho meses de novios, y durante la cena que me ofrecieron, sin habérselo propuesto a mi esposa, pedí su mano directamente a su mamá diciendo: señora, Viky y yo ya vamos a cumplir el año de noviazgo, siento que nos entendemos de acuerdo a nuestros intereses, formas de ser, de pensar, en fin, yo la amo y estoy seguro que ella también a mi, además yo cumplo ya casi treinta años de edad; Viky veintiocho por lo que ya alcanzamos la madurez para estar seguros de nuestro proyecto de vida. La forma, el haber comunicado, primero a su mamá, dio el resultado deseado, Viky lógicamente en silencio, pero con su mirada aceptó mi petición; su mamá quedó complacida y desde luego, muy halagada, dijo: si mi hija no tiene inconveniente, bueno yo encantada y ... fijamos la fecha para dos meses cumplidos y nos dedicamos a hacer los planes del acontecimiento.

Al despedirme de Viky, un poco fuera de la puerta que da a la calle, le pregunte si estaba contenta y decidido para llevar a cabo nuestro proyecto de boda, me contestó, claro que si cariño, no sabes cuanto deseaba que te decidieras; nos abrasamos muy contentos, ahora ya no rechazo mis besos largos, apasionado, respondiendo a ellos con un poco más de libertad, de fogosidad; le abracé de la cintura y pegué mi verga a su sexo, ya no se separó, sin embargo, cuando quise hacer un leve movimiento para frotarlo inmediatamente me dijo: no mi amor, así está bien, por lo pronto, no eches a perder mi ilusión de mi primera vez contigo; ahora ella se oprimió un poco más abrazándome con ternura y pegando su sexo al mío dijo: así está bien, por lo pronto, te amo y no sabes cuanto lo deseo estar contigo, pero por ahora, así quietecito está bien y nos volvimos a besar; permitiendo que le acariciara ligeramente su cuello con mi lengua, pego un poco mas su bizcocho a mi órgano que estaba en toda la extensión de su erección; ella lo sintió y muy suave me dijo en el oído: Juan tan luego nos casemos te voy a dar una sorpresa en nuestra noche de luna de miel, ten paciencia, que aunque yo también te deseo debo contenerme para disfrutar nuestra primera noche.

Los siguientes días, semanas se me hicieron interminables y solo esperaba con ansia el día de la boda, o más bien, para que negarlo, cogerme a mi novia por lo que en algunas noches que me ponía cachondo, no dude en masturbarme imaginándome como seria Viky desnuda, como seria su bizcocho, sus senos, sus piernas, pues como usaba siempre ropa floja y holgada, además debajo de las rodillas, nada dejaba ver aunque presentía que debajo de todo aquello había algo superbueno que pronto descubriría.

Y por fin llegó el día; la ceremonia lega, religiosa; la fiesta, solo amigos de su familia, la mía llegó desde lejos; mi madre, mi hermana que ya se había casado mi prima, también casada, estaba buenísima y no se contuvo cuando en la primea oportunidad me dijo: te acuerdas Juan?, a mi no se me ha olvidado, y no pierdo la esperanza de volverlo a repetir. ¡UPS! Me quedé sorprendido pero me recuperé al instante y le dije: claro, te lo prometo, pronto te visitaré con Viky y te lo cumpliré.

Del medio día que empezó la boda se prolongó hasta casi la media noche, según platicaron, pues ahora con mi esposa Viky, a las nueve de la noche nos fuimos de paseo a lo que muchos le dicen, “Nuestra Luna de Miel” . El viaje estaba planeado para cinco días, así es que en el primer poblado, como a tres horas de camino, le dije a mi esposa que me sentía cansado y que, bueno quería descansar para continuar al siguiente día el camino, ella, con una risita coqueta me dijo: ¡SI MI AMOR, YA SE LO QUE QUIERES” se rió, nos reímos y continuó: yo también quiero descansar, así es que me dirigí a un hotel que ya había visitado anteriormente y que sabía estaba muy agradable, alejado de la playa como un kilómetro, pero desde las habitaciones se lograba una vista panorámica preciosa del mar.

Llegamos al hotel, nos registramos; el botones llevó nuestro equipaje a la habitación y nos dirigimos al bar, pues aceptamos la invitación de cortesía que nos hizo el gerente para brindar por nuestra boda y estancia en el lugar. Había algo de gente, bueno la necesaria para sentir que había buen ambiente, el mesero nos acercó una botella de buen vino y nos sirvió para nuestro primer brindis, salud, mi amor, le dje, ella contestó: salud cariño, y apuramos el contenido; riquísimo dijo Viky, muy bueno le contesté. La música que tocaba se oía cadenciosa, así es que tomé de la mano a mi esposa diciendo: bailamos?, claro contestó y nos dirigimos a la pista.

La tomé con mi mano derecha por su espalda, a la altura de su cintura; ahora sí ya no se resistió al acercamiento de nuestros cuerpos, prácticamente, solita acercó su sexo a mi miembro que inmediatamente reaccionó; le vi. a sus ojos, ella también y con una mirada dulce, tierna me dijo: “TE AMO JUAN” ahora si ya quiero sentirte; entreabrió sensualmente su boca ofreciéndome sus labios; me acerqué y nos fundimos en un beso lleno de pasión, sentí su lengua dentro de mi boca, que me apresuré a succionas delicadamente, hice lo mismo y ella me correspondió; sentí su panocha presionarse más a mi órgano, que ya se encontraba completamente parado; ligeramente lo movía de izquierda a derecha, ella lo sintió y muy levemente hizo lo mismo, seguían nuestras bocas unidas disfrutando este primer momento de pasión, la atraje un poco más a mi cuerpo y pude sentir en mi pecho el calor de sus senos. La música terminó; nos separamos en silencio para dirigirnos a la mesa, nuevamente serví el vino; brindamos y ah caray, además de sabroso estaba un poco fuerte de alcohol pues me empecé a sentir agradablemente un poco mareado Viky también, pues me dijo ya vamos a la habitación cariño, claro, le contesté, espera mi amor deja apoyarme pues el vinito ya me mareó. Nos dirigimos a la habitación.

Bonita habitación dijo mi esposa, claro; muy limpia con un tocador con espejo panorámico que reflejaba completamente lo ancho de la cama; y al extremo derecho otro más que cómplices reflejarían las imágenes de nuestro primer encuentro pasional; en esquinero un bonito ramo de rosas que el gerente del hotel en atención a nuestra boda había colocado dándole un toque de delicada intimidad. Tome a Viky por los hombros pretendiendo acercarla a mi para besarla, ella con su mano derecha, a la altura de mi pecho me contuvo y colocando su dedo índice sobre mis labios me dijo: espera mi amor, permíteme prepararme, no comas ansias cariño espera un minuto y se dirigió al tocador con una maletita en la mano; me senté en el sillón, encendí el televisor para entretenerme; tomé el teléfono y llamé a la administración para ordenar una botella de vino, agua y unos postrecillos; llegó el servicio lo coloqué en la mesita de estar y serví las copas; oí el ruido de la regadera, seguramente Viky se estaba duchando; mi amor dije: te estás tardando, ya voy cariño, no te desesperes, no seas impaciente, ahora voy. Tardó aun todavía unos diez minutos hasta que por fin apareció. ¡QUE BARBARA, PENSÈ, ME QUEDE CON LA BOCA ABIERTA! Ahí estaba frente a mi a escasos tres metros, lucía radiante con el pelo peinado y recogido hacia atrás con un, no se como se dice, baby doll, o neglillè blanco abierto de frente y a la altura de medio muslo que; preciosa tanga que justamente cubría el triángulo de su sexo pero trasparentando el delicado manto de su vello púbico; que delicia pensé, sus pechos de muy buen tamaño apuntaban hacia mi; su aureola coronada por un par de pezones que ha se veían erectos, seguramente por lo caliente que ya estaba mi esposa; ¡que buena, buenísima está mi esposa!, pensé, mi verga reaccionó de inmediato parándoseme en todo su tamaño, (bueno, la verdad es que no la tengo muy grande pero así lo sentía); con una sonrisa radiante, con lasciva e inocente coquetería extendió su manos hacia el frente invitándome a acercarme; dijo: ven mi amor, no te quedes parado, ven, al tiempo que se dirigía hacia mi. Quedamos muy juntos, de su cuerpo desprendía un perfume de ensueño, la tomé por la cintura, todavía en silencio, aún no salía de mi espasmo, nos miramos a los ojos ella con mucha ternura, yo no sabia que hacer, que decir, parecía que estaba viviendo un sueño del cual no quería despertar; acercamos nuestras bocas; pude sentir su aliento cálido; nos besamos con pasión, en forma delicada, succionamos nuestras lenguas, nuestros labios, le besé sus ojos entrecerrados, sus mejillas, con mi lengua acaricié el lóbulo de sus orejas; su cuello, al sentir mis caricias susurró: ¡AYYY JUANITO, MI AMOR, NO SABES CUANTO TE AMO! Yo también, por fin logre decir, saliendo de mi marasmo, no sabes cuanto te deseo Viky, quiero hacerte mía, ¡SI CARIÑO, HOY VOY A SER TUYA!, te voy a entregar mi virginidad, eres el primer hombre que entra a mi cuerpo, si Juan, este el tu regalo, es la sorpresa que te tenia preparada, hoy por primera vez, con todo mi amor, me entregaré a ti, tómame toma todo esto que es tuyo.

Seguí con mis caricias sobre su cuello prácticamente rodeándolo en toda su extensión de izquierda a derecha bajando un poco más hasta su pecho izquierdo; lo besé con ternura un la parte superior, luego el otro, su respiración se oía un poco más agitada; ahora frotaba su sexo con el mía con más presión; ¡AYY MI AMOR, TE AMO, TE AMO!. Con mi mano derecha le extraje uno de sus pechos, lo besé largamente, abrí mis labios y por fin empecé a saborea su pezón dando, con mi lengua movimientos circulares, delicadamente chupándoselos cual si fueran exquisitos caramelos; seguí mi labor con el otro, me sentí cansado por la posición de pié por lo que lentamente nos fuimos acercando a la orilla de la cama, la senté frente a mi, simultáneamente, me quité la camisa mientras ella aflojaba el cinturón; bajó el cierre de mi pantalón y lo bajó a mis rodillas; sentí la cercanía de su cara, de su boca sobre mi sexo, hice para quitármelo, me desnudé solo quedando en trusa, la recosté sobre su espalda y con cuidado me coloqué sobre su cuerpo, ella abrió las piernas para acomodarme entre ellas. Nuevamente le acaricié su pelo, sus mejillas, con mi dedo índice sus labios que entreabrió para besarlo y delicadamente introduciendo solo la punta para acariciarlo con su lengua; nos besamos en forma más ardiente, sentía su respiración más excitada, ahora arqueaba su cuerpo por debajo de su cintura hacia arriba para rozar, frotar con mas energía su sexo a mi verga ya su respiración era más agitada; le abrí el babi doll para extraer por completo sus pechos que me apresuré a besar chupándole sus pezones y metiéndomelos lo más posible a mi boca; fui bajando más hacia su cintura rozando con mi lengua húmeda cada centímetro de su piel; llegué a su ombligo introduciendo mi lengua, delicadamente solo susurraba: !ah, ah, ah, ah, ay mi amor, ay mi amor, ¡Ayyy Juanito! bajé un poco más mi cabeza hasta tener frente a mi cara su precioso bizcocho que detrás de su trasparente tanga esperaba tímido recibirme, recibir mi verga, le acaricié con mi lengua sus ingles por un buen rato, bajé poco a poco, de igual forma besando y rozando con mi lengua sus piernas, llegué a sus rodillas, seguí mi camino hasta sus pies, con delicado movimiento le indiqué en silencio se volteara boca abajo; lo hizo; ahora de regreso, de abajo hacia arriba, despacio, lento recorrí el camino con mi lengua hasta llegar a sus nalgas ¡QUE BÁRBARA! Nuevamente pensé que ricas nalgas tiene mi esposa grandecitas, sin exagerar, pero duritas y bien paradas; me apresuré a besarlas, lamiendo con mi lengua cada centímetro, delicadamente mordisqueándolas; preciosas, dije, ahora ya las tengo para mi; nuevamente hice que se volteara sobre su espalda; nuevamente su sexo quedó frente a mi cara; con mis dientes sujete la orilla de la parte superior de su tanga, jalé en forma delicada jalé hacia abajo ella entendió mi intención y arqueó su cuerpo hacia arriba para facilitar, que poco a poco la fuera bajando, ayudó ahora a quitársela por completo, seguía su sexo frente a mi cara, alcancé a oler un exquisito aroma, con mis dedos índice y pulgar levemente lo toqué, Viky sintió inmediatamente mi caricia y reaccionó: ¡AAAAAYYY QUE LINDO, SIGUE MI AMOR, QUE DELICIA!, precien un poco más, solo un poco más para darme cuenta que ya se encontraba húmedo; ligeramente lo entreabrí para ver su hermoso clítoris; bien erecto, de buen tamaño, rosadito; acerqué mi labios; los entreabrí y apenas con mucho cuidado lo roce con mi lengua;!AHHHHH, AHHHHH, AYYYY MI AMOR QUE HERMOSO!, nunca había tenido esta sensación, ¡SIGUE, SIGUE, MÀS, MAS, MAS, AYYYY, QUE DELICIA JUANITO!.

Por buen rato continué con mis caricias en el sexo de Viky, fui subiendo hasta tener nuevamente sus pechos que lamí, besé, chupè, ya en forma más ardiente, hasta que por fin mi esposa dijo casi delirante: Mi amor me estas volviendo loca, ya te quiero sentir, ya tómame, deseo sentirte dentro de mi cuerpo Juan, ya por favor. Estiré mi mano había el buró para tomar un poco de pomada de lidocaína diciendo: es para minimizar la molestia de tu primera vez mi amor, si cariño me dijo y delicadamente se lo unte entre la superficie de su vagina; un poco más adentro se estremeció al sentir el contacto de mis dedos sobre su sexo; nuevamente nos besamos para dar tiempo a unos dos minutos para que hiciera efecto la pomada, nuevamente mis caricias se dirigieron a su cuello , nuevamente le acaricié sus senos, me encontraba sobre ella entre sus piernas, coloqué una almohada por debajo de sus nalgas, me quité la trusa, coloqué mi verga apenas a la entrada de su bizcocho, nuevamente se estremeció; ya mi amor, méteme tu cosa, tu chile, tomé mi verga entre mis dedos frotándola, rozándola ligeramente sobre su vulva, nuevamente se estremeció, ¡ya Juanito, ya, no me hagas esperar, ya métemela; hice un primer intento y ah caray, pensé, pues si de verdad que es señorita, empujé un poco más pero ligeramente Viky me rechazó; está duro o no le atinas cariño, dijo y con su mano derecha tomó mi verga, dio algunos movimientos circulares para encontrar el hoyito diciendo, ahora si mi amor, a las tres empujas, una, dos y tres, empujé, ella también y por fin, de uno solo, del tercer empujón mi verga llegó hasta el fondo de su vagina;!AYYYYYYYYYY MI AMOR, YA SOY TUYA, TUYA, ME ACABAS DE HACER MUJER! Te duele amor, le dije al oído, no cariño no, siento muy bonito, y empecé a poner en práctica mi amplia experiencia en el arte amatorio, así es que inicié mis movimientos, primero lentos, lentos, delicadamente se la metía y sacaba, daba ligeros movimientos circulares; ella solo con sus ojos entrecerrados solo respiraba en forma agitada: ¡ah, ah, ah, ah, ah! Y así durante uno diez o quince o no se cuantos minutos hasta que explotó; ¡Yaaaa mi amor, muévete más rápido, me dijo: yaaaa, yaaaa, yaaaaa, yaaaa, muévela más, más, como se lama tu cosa Juanito, dime, puedes decirle verga, pija, tronco, fierro, como gustes, pues dame más verga, maaaaaas verga mi amor, mi cariño, dame mas verga, ya soy tuya, tuya, voy a ser tu puta, tu puuuuuuta, cógeme toda, métemela hasta adentro cariño, ahora ella también se movía con fuerza, aayyyy Juanito mi amor, voy a ser tu esclava, te obedeceré en todo lo que quieras, en todo lo que me ordenes, pero siempre dame mucha verga, mucha, ya soy toda tuya, tuya, pídeme, me pedirás lo que quieras y yo te obedeceré, pero dame más, màs, maaaaaaassssss, aceleré mis movimientos de entrada y salida, circulares, sentí próximo la llegada de mi orgasmo así que con sus gritos también me estaba viniendo, grito, grité, ayyyyyyyy me vengo, me vengo, gritaba, me vengo, me veeeeeennnnnngo! ¡aaaaayyyyyyy!, sentí como su vagina en su interior se contrajo apretando mi verga como no queriendo que la sacara, me gustó, se infló levemente la cabeza de mi verga, también me estoy viniendo, ¡ahhhhhhhhhhhg!, también me vine. Se quedó quietecita con los ojos cerrados, completamente bañada en sudor, yo muy agitado hasta que nuestra respiración se fue normalizando.

La besé con ternura, nuevamente sus ojos, su nariz, sus mejillas, sus labios, dos, tres minutos, y ligeramente nos adormecimos.

Permanecimos por unos quince minutos en silencio, ella boca arriba sobre su espalda, yo a su lado de echo con mi cabeza sobre su brazo hacia ella con los ojos cerrados, sentí que se movió, como te sientes mi amor, le pregunté, muy bien y muy feliz, me dijo, estuvo fabuloso cariño, se volteó hacia mi y me besó en la boca, yo correspondí y otra vez en forma muy ardiente y apasionada nos besamos, ya me empezaba a excitar, ella lo notó al sentir que se movió mi instrumento; espera cariño, primero debo asearme, ah, claro le respondí; se dirigió a la ducha y escuche el chorro de agua de la regadera.

Me enderecé un poco y me di cuenta de una mancha de sangre confundida con flujo vaginal de mi mujercita, si, efectivamente la había recibido señorita, virgen; verdaderamente fui yo el primero; me levanté y me dirigí para meterme a la ducho junto con Viky, la perta de la ducha estaba medio corrida lo que me permitió ver me mi esposa sostenía la extensión del agua pegada a su bizcocho y ahogando sus gemidos de placer, justamente se estaba viniendo; se estaba provocando un nuevo orgasmo. En silencio caminé hacia atrás y me volví a sentar en el sillón diciendo: ya mi amor? Ya cariño, ya terminé al tiempo que aparecía con una toalla rodeada a su cuerpo desde sus pechos. Muy bien, le dije yo también me voy a duchar.

Terminé y al salir la encontré ya vestida con una falda de tela muy ligera arriba de sus rodillas, casi a la mitad de sus muslos, una blusa que contrastaba con la falda y con los tres primeros botones superiores libres que permitían ver prácticamente la mitad superior de sus pechos alojados en un sostén transparenta que permitía ver ligeramente la aureola y pezón de sus pechos. ¡guau, le dije, te ves preciosa, gracias mi amor, como te dije hace un momento, a partir de hoy seré tu esposa, tu amiga, tu amante, te amo tanto que estoy dispuesta a hacer todo lo que tu me pidas, y que mejor que cambiar mi imagen para que te sientas contento y orgulloso de la mujer que tienes, te agrada? Preguntó, si, si, claro, pero me sorprendes con tu cambio tan radical. Si mi amor, contestó, pero ya te dije que es tanto lo que te amo que estoy y estaré dispuesta a todo.

Bueno, por lo pronto si te parece, vamos a bailar un poco al bar, se oye que se encuentra muy animado, claro, me contestó, por eso me vestí así, para ti, para agradarte y que me presumas.

Al llegar al bar, la música estaba en descanso, así es que las luces se encontraban prendidas, el mesero nos acompaño hasta el otro extremo de la pista por lo que fuimos en unos instantes el centro de la mirada de todos los concurrentes, y en especial hombres que casi se comían con la mirada a mi esposa, me di cuenta y sentí una sensación extrema de celos, pero al mismo tiempo de excitación, pues mi verga se empezó a enderezar; nos sentamos y ordenamos algo de comer y unas copas de licor, cuando el mesero se retiró le dije a mi esposa: viste como te miraron? prácticamente se trasparente, bajo tu falda, las líneas de tu tanga, no mi amor, no me di cuenta, pero me imagino, te molesta? Pregunto, si me lo pides, jamás me vuelvo a vestir así, ya te dije que ¡TODO LO QUE ME PIDAS TE CUMPLIRÉ! Me quedé pensativo un momento concluyendo, se regresa a su forma de vestir anterior, no, pues no me gusta, mejor que siga con su nueva imagen, de inmediato contesté, no amor, no me molesta, es mas, si me permites decir, hasta me siento tremendamente excitado por la forma en que te vieron, seguramente con deseos de estar contigo, perdón mi amor, replique no se si mi comentario te molesta, no cariño, claro que no. Llegó el mesero y dejó el servicio, brindamos nuevamente por nuestra nueva vida, por nuestro amor, ella dijo: por tu mujer que te complacerá en todo lo que me pidas, salud.

Frank

 

 

Mi querido padrote

Esta es una historia coral que gira en torno al noviazgo y matrimonio de Viky y Juan, y también se narra el sexo con Sarita, la madre del amigo de Juan y como Antonio tiene sexo con Viky, la esposa de Juan que acaba entregándose a su marido como esclava sexual tras haber pasado una excitante luna de miel.

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