Esta web utiliza cookies, puedes ver nuestra la política de cookies, aquí Si continuas navegando estás aceptándola
Política de cookies +
La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Probando algo nuevo
ADVERTENCIA: Esta página contiene textos, imágenes o enlaces que pudieran ser considerados no apropiados para personas menores de la edad legal. Por eso se hace esta advertencia. El contenido de los mismos es evidentemente "para adultos" y de contenido explícitamente sexual por lo que, hecha esta advertencia, si finalmente decides continuar, lo haces bajo tu única y exclusiva responsabilidad. No se obliga a entrar, es más, se recomienda que aquellas personas que puedan sentirse molestas, o incluso ofendidas, con el contenido de lo que aquí aparece, que se abstengan de hacerlo.

Mientras estuve casado con la que ahora es mi ex mujer experimentamos cosas nuevas con las que ambos disfrutamos y ella de algunas en especial.

Antes de casarse conmigo, Sonia apenas había tenido sexo y había sido muy convencional así que poco a poco comenzó a querer probar cosas diferentes.

Comenzamos yendo a los parques no muy cerca de nuestra casa para hacer el amor, y en ocasiones, ella lo acababa convirtiendo en todo un espectáculo permitiendo que los mirones se acercaran e incluso le manosearan sus tetas de buen tamaño mientras las volvía a ocultar dentro del sujetador. Yo ya me había acostumbrad a esta interacciones.

Un sábado no fuimos al campo y extendimos nuestra manta en un claro bastante al interior de un bosque que ya había visitado para estos placeres.

Habíamos hecho el amor y estábamos desnudos a la sombra de un arbolito. Ella estaba extendiéndose mi semen sobre su sensitivo coño con los dedos. De repente, un perro salió de entre los árboles y se dirigió directamente hacia nosotros. Tuvo un comportamiento dócil y amistoso dejándose acariciar, hasta corrió tras un palo que le lancé y lo trajo de vuelta.

Sonia lo estaba acariciando detrás de las orejas estando ella sentada con las piernas separadas y el perro de pie entre ellas. De repente, sumergió su cabeza entre las piernas de mi esposa y le lamió el semen que salía de su coño. Ella dio saltito y juntó las piernas riéndose.

—¿Cariñito, eres un chico malo? —Le preguntó y el perro pareció entender e intentó nuevamente meter su hocico entre las piernas de Sonia. Ella siguió tratando de impedirlo pero el perro insistió más y logro dos o tres veces más su objetivo.

—Me está poniendo muy cachonda —dijo Sonia.

Yo me reí y le dije—bueno, deja que te de una lamida.

—Si no lo impides quizás lo acabe haciendo.

—Haré lo que sea que te haga feliz querida.

—Está bien, entonces.

Sonia le soltó la cabeza al perro y se reclinó hacía atrás apoyándose en los brazos y separando las piernas. El perro encontró fácilmente su clítoris y pronto mi esposa comenzó a gemir y decir —Oh maldición, tiene una lengua maravillosa.

Sonia le fue dejando que la lamiera más y más hasta que finalmente, tendida sobre su espalda, con las piernas abiertas y mientras el perro la lamía, tuvo un orgasmo.

Ella me miró y dijo— creo que necesito que me follen de nuevo

Yo estaba duro como una roca mirándola porque me gusta verla así y le dije— Parece que el perro está haciendo un buen trabajo y se lo merece.

Apartó al perro lo suficiente para poder levantarse y darse la vuelta sobre la barriga ofreciendo el culo al aire. El perro le lamió nuevamente el coño y esta vez comenzó a estar más excitado. Tenía ya el pene fuera de la funda y parecía estar intentando montar este nuevo animal que era mi caliente esposa. Finalmente se puso sobre las patas traseras sujetando a Sonia por la cadera con las delanteras tratando de apuntar con su polla en el coño.

Sonia se movió y estiró y colocándose para recibir su polla, Cuando lo logró se quedó sin aliento—Es enorme —dijo boqueando.

—Bueno, ambos estáis experimentando cosas nuevas —dije.

Ella se movió un poco el perro se le hundió la polla más profundamente en el coño y comenzó a follarla deslizándose más y más comenzando a formar su nudo que ahora estaba en la entrada del coño de mi mujer.

— Oh sí, eso está bien —dijo ella.

El perro golpeaba con fuerza haciéndola gemir— Oh, es demasiado grande.

—Tranquilízate, relájate y ya verás como disfrutas.

Sonia soltó un grito cuando el nudo entró, ahora la estaba follando salvajemente y ella gemía y gritaba— Oh sí, fóllame, fóllame el coño, oh sí, fóllame, hazme gozar.

Después de más de media hora, el perro se soltó y comenzó a lamerse. Sonia lo cogió y sujetándolo por la cabeza lo besó en la boca y se la chupó sentada con el perro entre las piernas.

Sorpresivamente una voz gritó— Aquí chico, ven Rocky, vamos chico.

Dos hombres jóvenes en el borde de claro, entre los árboles, habían visto todo el espectáculo y ahora el perro corría hacia ellos.

—¿Es la primera vez que a tu mujer la folla un perro? —preguntó uno de ellos.

—Si —les dije mientras me cubría con la manta.

Sin embargo, Sonia no se cubrió y desde el suelo les dijo—Eso solo fue un aperitivo y ahora necesito más —Y se recostó sobre la hierba separando las piernas mientras extendía el abundante semen por los labios de su coño acariciándose el clítoris.

Los dos hombres miraron a Sonia y luego a mí.

—Si ella quiere, entonces háganlo.

Rápidamente se desnudaron descubriendo unos penes grandes y tiesos. La hicieron colocarse a cuatro patas, como una buena perra, y la follaron, uno por detrás mientras el otro lo hacía por la boca. Se cambiaron varias veces de sitio hasta que casi otra media hora después remataron su faena atentamente observados por mi y por Rocky que estuvo todo el tiempo a mi lado, tumbado con la cabeza apoyada sobre sus manos y gimiendo, como lloriqueando ocasionalmente.

Cuando los desconocidos se fueron con su perro, Sonia confesó sentirse bien jodida y abrazándome y cubriéndome a besos me dijo—fue maravilloso ¿podemos tener un perro?

—Claro que podemos, pero tú te encargarás de todo, de cuidarlo, de sacarlo a pasear, de limpiarle las caquitas, de todo.

—¿De todo, todo, todo?

—De todo.

—¿Hasta de…?

—¿Hasta de satisfacerle como hembra?

—¿Me ves muy perra?

—Mucho, eres muy perra.

Desde aquel sábado, Sonia comenzó a ser toda una autentica amante de los animales, en todos los sentidos, especialmente de los perros.

S50

Otro relato ...




Poco a poco, cada vez hay más relatos porque poco a poco os vais animando a escribirlos y a enviarlos para compartirlos. A lo mejor, tienes cosas que contar y que te apetece compartir, pues este es el sitio. Si lo deseáis, puedes enviar tu relato a la dirección que figura en este enlace enviar relatos prohibidos

Y si lo que quieres es copiar algún relato y compartirlo en tu sitio, o en otro, no olvides copiar y pegar también el enlace de donde lo has obtenido. y el nombre del autor, no cuesta nada y es de justicia.

Y si estás interesado en adquirir esta página, debes de saber que está en venta. Si tienes interés, puedes contactar con nosotros aquí.