Esta web utiliza cookies, puedes ver nuestra la política de cookies, aquí Si continuas navegando estás aceptándola
Política de cookies +
La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Reencuentro con antiguos amantes
ADVERTENCIA: Esta página contiene textos, imágenes o enlaces que pudieran ser considerados no apropiados para personas menores de la edad legal. Por eso se hace esta advertencia. El contenido de los mismos es evidentemente "para adultos" y de contenido explícitamente sexual por lo que, hecha esta advertencia, si finalmente decides continuar, lo haces bajo tu única y exclusiva responsabilidad. No se obliga a entrar, es más, se recomienda que aquellas personas que puedan sentirse molestas, o incluso ofendidas, con el contenido de lo que aquí aparece, que se abstengan de hacerlo.

Regresé a casa de mis padres sabiendo que podría ser difícil después de tantos años y tantos secretos que dejé atrás cuando con diecinueve años me fui a la universidad. Me imaginaba que sería duro y costoso puesto que me encontraría con la mayoría de los hombres que me habían follado aquella época.

Mi secreto es que yo era insaciable y follaba y que daba placer a muchos amigos de mis padres, en su mayoría casados y que cada uno de ellos se pensaba que era mi único discreto amante. Es obvio que mi padre no sabía nada de todo aquello y de cómo si hija experimentaba y disfrutaba del sexo con sus amigos, que también son padres de mis amigos. Cuando me fui del pueblo, me había follado a once de sus amigos.

La primera vez que tuve sexo con un señor mayor, amigo de mis padres y padre de uno de mis amigos, fue una tarde que mis padres me reprendieron, por haberme quedado hasta tarde con un chico, delante de él.

Enfadada y llorosa salí de la casa y me fui a la parte de atrás, donde había un pequeño cenador rodeado de setos donde solía irme cuando quería estar sola. De repente llegó aquel hombre, con voz suave y pausada me dijo que no me enfadara con mis padres. Mientras decía eso me tomó por los hombros y me dio un abrazo. No fue un contacto sensual, todo lo contrario, fue inocente, cariñoso y hasta gentil. Pero en mi cabeza estalló la idea de cómo sería follar con un hombre adulto como aquel señor, mucho mayor que yo.

Estábamos a punto de salir de allí con destino a casa cuando le pedí que se sentara en el banquito para charlar. Lo hizo y se sentó confiado, yo me puse de rodillas, le miré a los ojos y con suavidad coloqué mi mano en su regazo y lo acaricié. Parecía avergonzado, pero su pene estaba endureciéndose rápidamente, así que antes de que pudiera negarse, le saqué la polla y comencé a chupársela. Él gemía y me suplicaba que parara, pero seguí chupando hasta que pude sentir con mi lengua a todas las venas de su pene endurecidas, de repente me detuve y le mire a la cara, tenía los ojos cerrados. No esperé más y levantando la faldita, aparté mi tanguita, y me senté rápidamente sobre aquella polla dura. Resultó bastante doloroso pero afortunadamente, mi coño aún estaba suficientemente lubricado porque había estado follando con mi novio antes de llegar a casa.

Lo jodí duro un rato, moviéndome hacia los lados para notar mejor lo apretado de mi coño. El comprendió mis intenciones y comenzó a metérmela duro arriba y abajo. Estábamos follando y gimoteando mucho cuando oímos a mi madre acercarse. Eso nos hizo acelerar y nos corrimos rápidamente. A él le dio tiempo a subirse los pantalones y a mí a bajarme el vestido. Tan precipitado fue todo, que me quedé sentada, con aspecto inocente, en el regazo del amigo de mis padres sintiendo su polla todavía dura. Él hizo un gesto a mi madre para que nos dejara otra ve a solas, como si necesitara más tiempo para hacerme cesar en el enfado. Mi madre regresó a casa e intenté volver a conseguir otro polvo. Pero él se negó y dijo que aquello nunca debería haber sucedido. Esa noche me sentí maravillosa y me di cuenta del poder real que tenía en mi coño. Aquel amigo de mis padres y yo no seguimos viendo y follando en secreto hasta que me fui de casa.

De regreso para aquellos pocos días, sabía que muy probablemente, iba a volver a excitarme a volver a ver a todos aquellos hombres que me habían follado. Además, se que a casi todos les gustaría tener una buena sesión de sexo conmigo, lo cual realmente no me importa, puede que todo lo contrario. Lo único que me interesa es poder mantener el secreto.

Esperaba ver a mi padre recibiéndome en la estación, sin embargo era Carlos, uno de mis antiguos amantes.

—¡Caramba! ¿Cómo es que eres tú quien me ha venido a recibir?

—Me ofrecí a tus padres y les dije que me cogía de camino.

Yo se lo agradecí y supongo que mis padres también porque la estación queda un poco alejada del pueblo dónde viven.

—Se te ve muy bien Carlos, tienes un aspecto muy juvenil, y muy atractivo.

—Muchas gracias ¿Oye, te apetecería parar a tomar algo de camino a casa?

Acepté imaginándome que lo que realmente quería era echarme un polvo. Condujo un rato por una carreterita secundaria hasta llegar a un hotelito apartado, estacionamos detrás del edificio y se movió para besarme. Le dejé hacer y pronto movió su cabeza desde mi cuello hasta mi pecho. Me abrí la blusa, me aparté el sostén para dejarle fuera los pezones y las areolas y levante mis pechos para que los besara, lamiera y chupara.

—Guauuuuuu, sí que es bueno —pensé para mí.

Carlos bajó la cabeza hasta mi ombligo y me lo besó mientras me bajaba las bragas. Luego se fue a comerme el coño.

—¡Oh cielo! ¿No podríamos coger una habitación? —le rogué.

—Mmmmmmmm claro que si, esto es solo el aperitivo.

Me acomodé la ropa y nos fuimos al hotelito al que entramos por una discreta puerta lateral. Todo hacía indicar que aquello estaba muy bien preparado por Carlos.

Nada más entrar en la habitación, él se abalanzó sobre mí como si fuera un animal en celo y m metió su polla dura como una roca. Me folló salvajemente hasta que se quedó exhausto y se hizo a un lado.

—¡Genial! Follas tan bien como siempre.

—¿Te ha gustado?

—Fue duro, tu coño se resistía pero me has dejado satisfecho.

Se levantó y comenzó a vestirse.

—¿Te vas ya?

—No, no me voy, bajo un momento al bar, espérame aquí que habrá más.

Fue entonces, cuando regresó, cuando empezó la fiesta de verdad. Cuando Carlos regresó lo hizo acompañado por Luís, Jaime y Jose, los tres también amigos de mis padres. Me explicaron cómo habían descubierto que me estaba acostando con todos ellos, y que eso incluía a sus hijos. Me dijeron que mi secreto ya no era mi secreto para ellos y que querían follar conmigo, de lo contrario se lo dirían a mis padres. Me quité la poca ropa que aún llevaba puesta y les ofrecí mi coño a aquellos cuatro hombres amigos de mis padres.

Luís y Carlos tomaron un pecho cada uno y me chuparon con fuerza el pezón. Mientas, Jaime me lamía el coño y comenzó a follarme con la lengua, como le había enseñado que me hiciera muchos años atrás. Jose se estaba masturbando al vernos y yo me excité más lo que hizo que Jaime sacara más jugo de mi coño. Cuando Jaime enterró su polla en mi coño Jose me ofreció la suya para que se la chupara. Durante cuatro horas se fueron intercambiando las posiciones hasta quedar agotados los cinco. Todo mi cuerpo fue acariciado, lamido y chupado y todos mis agujeros fueron penetrados; ni mi delicado culito quedó libre de aquellas hambrientas pollas.

Cuando finalmente llegué a casa, mis padres ya estaban acostados, y por la mañana mi madre solo sonrió y se burló preguntándome si los amigos de papá me habían dado la bienvenida. Más tarde me dijo que sabía lo que estaba pasando, que se había callado que sabía que cuando Berna fingía consolarme había visto como lo hacía follarme.

Antes de finalizar el fin de semana, ya me había follado a los once amigos de mis padres con los que ya había jodido y a otros cuantos nuevos. Me encanta follar con hombres maduros casados porque se quedan muy agradecidos y casi siempre, sus esposas no están interesadas en el sexo. Así que yo les doy lo que todos quieren y ellos me hacen disfrutar.

TB

Otro relato ...




Poco a poco, cada vez hay más relatos porque poco a poco os vais animando a escribirlos y a enviarlos para compartirlos. A lo mejor, tienes cosas que contar y que te apetece compartir, pues este es el sitio. Si lo deseáis, puedes enviar tu relato a la dirección que figura en este enlace enviar relatos prohibidos

Y si lo que quieres es copiar algún relato y compartirlo en tu sitio, o en otro, no olvides copiar y pegar también el enlace de donde lo has obtenido. y el nombre del autor, no cuesta nada y es de justicia.

Y si estás interesado en adquirir esta página, debes de saber que está en venta. Si tienes interés, puedes contactar con nosotros aquí.