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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Sobrina y sobrinos de mi marido
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Nací, viví y me crié en un país en el Norte de África atrasado en algunas cosas. Cuando cumplí 18 años, un amigo de mi padre que había quedado viudo, me pidió en matrimonio a mi padre. Le dijeron a mi madre que me preparara para casarme con este hombre que sabía que sería bueno para los negocios de mi padre. Le dije que estaba decepcionada porque el hombre no era atractivo y además mucho mayor que yo, así que le pregunté cómo podía evitar este destino y me respondió que podía deshonrarme y convertirme en una puta.

El elegido para ser mi marido tenía 57 años y no era físicamente nada bello, y después de dos semanas de matrimonio desearía haber elegido ser una puta. Mi primera vez con el sexo fue dolorosa pero afortunadamente fue rápido. Con el tiempo la situación no mejoró y no era lo que esperaba que fuera el sexo al leer las revistas que mi padre tenía escondidas.

Mi marido se pone sobre mí y busca con su polla, que yo noto grande pero que nunca he visto. Una vez con ella dentro de mi coño inexperto se mueve hasta que se corre dentro de mí, luego rueda de lado para dormir y me manda a mí a mi pequeña habitación.

Como comerciante de edificios, siempre se va de la ciudad durante varios días y durante esos momentos me envía a quedarme en la casa de su hermana que tenía una hija viuda unos pocos años mayor que yo. Su hermana vivía en una gran casa en las afueras de la ciudad y yo compartiría los aposentos de Sarita de su hija, sobrina de mi marido,  que nos acompañamos mutuamente.

Pronto Sarita y yo nos hicimos muy buenas amigas y ella me preguntó, durante una de mis estancias, si el sexo con su tío era satisfactorio y para explicarlo se lo describí diciéndole que él mete la polla dentro de mí y hace lo que se esperaba, pero que a mí me gustaría gusta girar las caderas pero que solo las putas hacen eso para disfrutar del sexo.

Luego le pregunté si volvería a casarse para que la pudieran follar y ella se rió y confesó que la follan regularmente. Luego, más tarde, cuando nos aseamos y se preparamos para la cena, ella me agarró de la mano y me hizo tenderme en la cama. Acarició mi pecho, y antes de que me diera cuenta de lo que estaba pasando, comenzó a frotar su esbelto cuerpo contra el mío, besó y chupó mis pezones, que se sentían fantásticos mientras ella apretaba su rodilla, que estaba entre mis muslos, contra a mi coño. Me besó y chupó un pezón y guió mis manos para desnudar y tocar sus pechos.

Luego me dijo que me dejara llevar y que hiciera lo que sintiera que debía hacer cuando hiciéramos un 69. No sabía a qué se refería  así que me dijo que no me preocupara, que sabría hacerlo de forma natural.

Se giró encima de mí y comenzó a besar mi clítoris y chuparlo mientras exploraba mi coño con sus dos dedos. Eso hizo que mis sentidos se volvieran locos y me di cuenta del hermoso coño que tenía y comencé a lamerlo, y antes de darme cuenta tenía la lengua profundamente, dentro de ella follándola y frotándole el coño.

Me di cuenta de que estaba obteniendo mucho placer y utilicé mis manos libres para buscar y acariciar sus pechos que tenían pezones muy tiesos y duros, así que apreté los pezones y le pedí que se detuviera para poder disfrutar de los pezones, que tenían un hermoso color rosado pardusco y luego colocó mi rodilla al lado de su coño e hizo lo mismo con sus rodillas contra mi coño y nos frotamos el coño hasta que nos corrimos.

Cuando llegamos a la cena, mi cuñada no dijo nada sobre que llegáramos tarde, pero sí comentó algo acerca de cerrar las puertas para tener privacidad.

Fue varias semanas después cuando mi esposo llamó para decirle a su hermana que venía a quedarse cuatro días ya que tenía negocios en dos ciudades.

La mañana antes de que mi marido se fuera, me buscó en la cama y se puso sobre mí, cogió su gran polla y la metió en mi coño, así que me preparé debajo de él para estar cómoda y para mi sorpresa su polla se movió más profundamente en mi coño. Luego dijo que podía mover mis caderas porque le gustaba la forma en que su polla se hundía así en mi coño. Follamos más tiempo del que jamás habíamos follado en los siete meses que llevábamos juntos y susurró que íbamos a follar así más cuando regresara.

Un día que mi cuñada y su esposo tenían invitados extranjeros, y Sarita y yo acordamos cenar esa noche con sus dos hermanos y dejar que sus padres entretuvieran a sus invitados.

Después de la cena, Tote se puso frente a Sarita, y ella le frotó por encima de los pantalones con la mano y se podía ver que su polla estaba levantándose bajo  los ropajes, y sin dudarlo, ella le desabrochó la bragueta y salió una polla enorme. Ella me miró para comprobar que yo observaba y me dijo que ahora me queda mirar como follaba y sorprenderme. Sari  tomó aquella enorme polla en su boca y chupando la empujó profundamente dentro de su garganta hasta casi ahogarse.

Mientras tanto David le había quitado la bata y estaba besando y chupando sus tetas y sus dedos estaban frotándole y deslizándose en su coño. Me preguntó si quería compartir el jugo de su coño, así que me desvestí y fui deslizando mis dedos hacia adentro y hacia afuera alternativamente fuera de su coño que lamí para disfrutar del néctar.

Tote le agradeció a su hermana la mamada e hizo un gesto con la cabeza hacia mí. Sarita le dijo que podía confiar en mi discreción y guardarle el secreto con sus hermanos ya que era la única forma de tener relaciones sexuales discretas, cuando en una cultura no se habla de eso y se respeta el honor.

Ofreció a cada hermano una paja con sus tetas y le permitió a Tote deslizar su enorme polla en su coño y mantenerlo dentro de ella, cruzó las piernas sobre la parte baja de su espalda. Esto me permitió ver el movimiento de su polla deslizándose dentro y fuera de su coño. Me sorprendió el ritmo de su cuerpo golpeando suave pero firmemente y el pecho hinchándose con cada golpe. Estaba tan conmovida por polvo que ser hermano y hermana había dejado de importar. Fue entonces cuando me di cuenta de que David había desnudado mis senos y comenzaba a acariciármelos. Luego  tiró de mí hacia él, intenté protestar por este manejo porque estoy casada con su tío, pero él quería su placer, así que cedí. Comenzó a besarme ardientemente por todo el pecho, los pezones, los hombros, las orejas, trabajando en mi coño y, poco después, debí desmayarme por la excitación y tuve a la sensación de que mi coño estaba estirándose para dejar entrar su pene. Le pedí que se detuviera ya que mi coño no podía con su gran polla, pero me pidió que nuevamente me relajara y su voz me tranquilizó y su polla se deslizó adentro pero era tan masiva ya que completó la perforación de mi coño y mi total desvirgamiento. Cada empuje dentro y fuera era como si todos mis nervios estallaran. El polvo fue muy diferente a los que había tenido con el torpe de mi marido. David era sensual y salvaje. Giré mis caderas para empujarlo una vez que mi coño se había acostumbrado al tamaño de su inmenso pene. Tuve innumerables orgasmos y las sesiones de sexo con David se prolongaron durante los cuatro días que mi esposo estuvo ausente. Más tarde, Sari me preguntó si quería probar con Tote y le dije que David se había ganado mi coño esta vez y que la próxima vez consideraría la oferta. .La noche en que mi esposo regresó me pidió que me sentara en su regazo para poder contarme su viaje. Mientras hablaba, pensé en mi coño lleno con semen de David y sabía que pronto el esperma de mi esposo pronto estaría allí y eso me entusiasmó, lo cual mi esposo notó y me preguntó qué era gracioso. Le dije que quería que me follara como lo hizo antes de irse. Esto lo complació y entramos en su habitación y esta vez fue mejor, pero no como con David.

TBD

Otro relato ...




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