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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Aburrida Raquel
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Raquel era mi hermosa pero constantemente aburrida hija adolescente. Venía a visitarme casi todas las tardes para decirme lo aburrida que estaba. Su madre y yo nos habíamos divorciado hacía años, pero seguíamos siendo grandes amigos y vivíamos cerca uno de otro

Raquel empezaba a parecerse mucho a su madre y era casi una réplica perfecta de la chica que había conocido hace tantos años. La madre de Raquel siempre se quejaba de estar aburrida hasta que la introduje al sexo.

― Hola Raquel, ¿cómo estuvo tu día?

― Aburrido, papito ―siempre me llamaba así.

Hemos tenido esta conversación muchas veces― ¿Por qué no te apuntas a un gimnasio?

― Eso es taaan aburrido.

― ¿Qué tal si aprendes a tocar un instrumento musical?

― Es aburrido.

― ¿Cine?

― Aburrido.

― ¿Por qué no te buscas un buen novio?

― Porque los chicos de mi edad son muy aburridos, inmaduros, obsesionados con su propia persona, obsesionados con el deporte, obsesionados con el coche y sólo buscan una cosa, además, ninguno es tan guapo como tú papito.

Era agradable saber que mi hija adolescente me tenía en alta estima.

Cenamos y luego llevé a Raquel a casa con su madre.

― Estoy preocupada por ella ―dijo su madre― me recuerda mucho a cómo era yo a su edad, con todos esos sentimientos negativos. Menos mal que por fin te pusiste a follar conmigo, porque si no, no sé lo que habría hecho. Saber que iba a tener tu polla dentro de mí todos los días, ciertamente fue un aliciente para casa día.

― ¿Qué quieres decir con que por fin me puse a follar contigo?

― Solía decirte constantemente lo aburrida que estaba con todo, esperando que intentaras follar conmigo para quitarme el aburrimiento, pero tardaste años en darte cuenta.

― ¿De verdad? ¿Le has mencionado esto a Raquel?

― ¡Oh sí! la única vez que veo una sonrisa en su cara estos días es cuando le cuento lo que solíamos hacer.

Se quedó muy impresionada cuando le conté el trío que hicimos con mi mejor amiga Fina, de hecho se encerró en el baño durante 20 minutos después de esa historia.

Al día siguiente Raquel llegó justo cuando iba a salir― Lo siento nena he tenido una llamada urgente, volveré en unos 45 minutos y traeré comida.

― Aburrido, papito.

Le di un beso a Raquel y me subí al coche. Cuando llevaba 10 minutos conduciendo, una alarma sonó en mi cabeza ¿He apagado el portátil? ¡Jode! No me acuerdo. ¿Lo verá Raquel? ¿Encontrará las películas que he hecho con su mejor amiga Mónica?

Llevaba un tiempo follando con Mónica, vino un día supuestamente buscando a Raquel, pero acabó diciéndome lo cachonda que estaba y cómo siempre me había encontrado muy atractivo. Acabamos follando tres veces ese día, y bastantes más desde entonces.

Fue idea de Mónica empezar a filmar nuestras sesiones, le encantaba verlas cuando nos visitaba. Tuvimos una hace tres días.

Comenzaba con Mónica de pie delante de mí en un abrigo largo, diciendo― ¿Puedo preguntarte algo personal, papito? ―Entonces se desabrochaba el abrigo para revelar su desnudez debajo y decir― ¿Cómo es que no me has cogido en el culo todavía papito ―Luego dejaba caer el abrigo al suelo.

Me quedaba mirando su cuerpo desnudo, le había vuelto a crecer el vello del pubis, cuando empezamos a follar estaba afeitada, pero le dije que me sentía como si me estuviera follando a una niña, así que se lo volvió a dejar crecer.

Le besaba las tetas, chupando y mordiendo sus pezones, eso le gustaba mucho. Estaba muy cachonda todo el tiempo y nunca me había molestado en intentar follarle el culo, porque su coño estaba siempre suave, húmedo, resbaladizo y sabía muy bien. Metí un par de dedos en su interior y rápidamente le proporcioné el primero de muchos orgasmos. Cogí a Mónica, la llevé al comedor y la puse sobre la mesa. Mónica había insistido en que hiciera esto cuando la comiera, también había insistido en que me sentara en la silla de Raquel para hacérselo. Eso lo hacía más tabú para ella, y un poco para mí también.

― Llámame bebita, papito ―Mónica sabía que yo llamaba a Raquel bebita.

― Nena, tu coño sabe muy bien ―Y Mónica se retorcía bajo mi boca que lamía, chupaba, mordía y masticaba lo suficiente para que se corriera de nuevo. Había una segunda cámara en el salón para recoger todo eso. Mónica volvió a tener un orgasmo, y luego se deslizó de la mesa para aterrizar en mi regazo, mientras lamía sus jugos de mi cara.

― Un día quiero lamer los jugos de Raquel de tu cara, papito ―eso me sorprendió, pero la idea me excitó, un trío con la súper cachonda de Mónica y mi niñita Raquel ―Nunca va a suceder―pensé para mí mismo.

Mónica se levantó de mi regazo y soltó una risita mientras miraba la mancha de humedad que había provocado― Será mejor que te quites esas cosas húmedas, papito ―Me levanté y Mónica me quitó rápidamente los pantalones y los bóxer. Mi polla estaba dura como una piedra y Mónica se la restregó por la cara, luego se la llevó a la boca. Tenía mucho talento lamiendo y chupando, haciéndome cosquillas en los huevos, y provocando mi culo con su dedo, pero sin meterlo nunca dentro de mí. Quitó su boca de mi polla y empezó a pajearme, con el dedo aun acariciando mi agujero.

― Me gusta hacerme esto cuando me masturbo, por eso quiero que me folles el culo, ¿serás cuidadoso, no?

En ese momento empezó a deslizar su dedo dentro de mí― ¡Guau, pequeño juguete para follar! Eso es.

― Llámame Raquel papito, mientras te corres en mi boca.

Entonces empezó a chupar con fuerza mi polla y a meter y sacar su dedo de mi culo.

― ¡Ah, carajo, Raquel! Me voy a correr en tu boca, ahora asegúrate de tragar todo mi semen o voy a tener que azotarte ―Eyaculé dentro de la boca de Mónica, y como la pequeña zorra que es, se las arregló para dejar escapar algo de semen de su boca para que pudiera recibir una buena nalgada.

― ¿Soy un mal juguete para follar, papito? ¿Vas a ponerme sobre tus rodillas y azotarme?

― Sí lo eres, y sí lo haré.

Le di la vuelta a la silla de Raquel y me senté en ella, entonces puse a Mónica sobre mis rodillas, Mónica metió una mano bajo su cuerpo y me acarició la polla aún dura, habíamos hecho eso muchas veces, y sé lo cachonda que la ponía.

Le di una sonora nalgada― Te dije que te tragaras todo mi semen.

― Lo siento, papito, he sido una niña mala y merezco ser castigada.

Le volví a golpear― Sí, fuiste muy mala y te voy a azotar hasta que te corras ―Y le metí dos dedos dentro de su coño mojado y la hice retorcerse.

― Ooo, papito, por favor llámame Raquel.

Le comencé a dar nalgadas y decir Raquel. Plash― Raquel ―Plash― Raquel ―Plash― Raquel ―Plash― Raquel ―Plash― Raquel ―Plash― Raquel.

Mónica me pajeaba cada vez más fuerte con cada golpe. Le metí tres dedos en el coño y la hice correrse de nuevo. Entonces froté su propio jugo del coño por el ano, Mónica lo había estado esperando y sabía lo que iba a suceder.

Metí lentamente un dedo dentro y fuera de su culo. Ella ronroneó como un gatito― Eso es muy agradable, papito ―Y le metí otro dedo dentro― ¡Oh, mierda! papito, no puedo esperar a que me folles el culo.

La levanté, la apoyé sobre la mesa y le susurré al oído― Ponte de puntillas ―Me gustaba mucho hacerle temblar involuntariamente las rodillas, así que siempre la ponía de puntillas cuando no estábamos tumbados para follar. Mónica se puso de puntillas y pasó la mano por detrás para separarse las nalgas. Estaba anticipándose un poco porque yo quería follar primero su suave y jugoso coño y le metí la polla en su coño y mi pulgar en su culo.

― Eres un juguete sexual, Raquel ―le dije―Me encanta follar tu coño caliente, húmedo y jugoso, y esta noche voy a follarte el culo virgen. Después de que te folle el culo me pertenecerás sexualmente para siempre, igual que tu madre. Cuando me visites en el futuro, llevarás una falda y una blusa sin ropa interior, quiero tener acceso inmediato a tus tetas, tu coño y tu culo en todo momento.

― Sí, papito, lo que quieras, pero por favor, fóllame el culo ahora.

Saqué la polla de su cálido y húmedo coñito y me senté en la silla, atraje a Mónica hacia mí y la bajé lentamente sobre mi polla. Hubo un poco de resistencia cuando mi polla se encajó en su orificio tabú, pero le dije que se relajara y lentamente la bajé sobre mi polla que poco a poco empezó a desaparecer dentro de su pequeño y apretado culo. Hasta que entró por completo, dentro de ella, y empecé a jugar con su clítoris y los labios de su coño.

― Oh, joder ―gimió― esto es increíble ―dijo empezando a moverse lentamente hacia arriba y hacia abajo sobre mí. Luego metió dos dedos en su coño y empezó a acariciarme la polla a través de las paredes de su vagina― Puedo sentir tu polla en mi culo a través de mi coño ―dijo Mónica, que estaba moviendo su culo hacia arriba y hacia abajo cada vez más rápido y más fuerte.

― ¡Joder, es increíble! ¡Jódeme, papito! Seré tu esclava sexual y no volveré a usar ropa interior. Y si me follas el culo te chuparé la polla y le comeré el coño de Raquel, incluso me comeré el coño de la madre de Raquel y te chuparé la polla después de que te hayas follado a Raquel y a su por el culo.

Entonces se quedó callada y sin fuerzas, y se desmayó mientras se corría.

―Quieres decir que me he desmayado mientras follábamos, papito, tengo que ver esa película ―dijo cuándo se recuperó

Ya había llegado a casa, me había convencido de que Raquel no habría mirado en mi portátil, y si lo hizo sería muy poco probable que encontrara la carpeta con las películas, la había llamado prudentemente cosas aburridas del trabajo.

Entré por la puerta con la comida y grité― Hola, cariño, he vuelto.

Raquel estaba de pie frente a mí con un abrigo largo― ¿Puedo preguntarte algo personal papito?

AngelBD

Otro relato ...




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