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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
¡Bésame!
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Me gusta mucho besar, es genial. Me encanta cuando me tomas en tus brazos y me acercas lo suficiente para que sienta tu cálido aliento en mis labios mientras me miras a los ojos. Me encanta sentir tu cálido cuerpo contra el mío.

Cuando me beses, envolveré mis brazos alrededor de tu cuello y abriré mi boca, ofreciéndome a ti. Estarás pasando tus manos por mi espalda y luego volverás a subirlas para pasarlas por mi pelo mientras te abrazo con fuerza. Me desabrochas la camisa y me la quitas, mi sujetador es lo siguiente mientras te desabrocho los pantalones y los empujo hacia abajo. Pongo mi mano sobre el bulto de tu ropa interior y noto cómo empiezas a endurecerte bajo mi mano.

Te besaría en el cuello mientras te froto la polla a través de tu ropa interior. Te besaría en tu musculoso pecho y me metería un pezón en la boca. Me metería entre tus piernas para acariciarle las bolas.

Siento tus fuertes manos en mi cabeza, empujándome hacia abajo. Me pongo de rodillas, poniendo mis brazos alrededor de tu cintura y apoyando las palmas de mis manos tu culo, mientras te beso la polla a través del tejido. Engancho mis dedos en la cintura y tiro de tu ropa interior hacia abajo liberando tu dura y gruesa polla. Te bajo los calzoncillos por las piernas mientras tomo tu polla en mis manos y te miro. No puedo abarcar con mis manos alrededor de ella, pero hago lo mejor que podio para chuparla mientras tú me la empujas a la boca.

Me meto todo lo que puedo y luego me retiro hacia atrás y le beso la punta antes de empezar a pasar la lengua por la parte inferior. Envuelvo mi mano sobre la cabeza mientras empiezo a chuparle las bolas. Estás tieso y duro como una roca mientras paso mi mano arriba y abajo, frotando tu polla.

― ¡Vamos, móntame polla, nena! ―Gimes y me pongo a horcajadas sobre tus caderas y te la guío hacia mi coño mojado. Mientras me la meto grito de dolor y placer. Me estás estirando y me encanta. Coges mis pechos con tus manos y empiezas a apretarlos y a masajearme los pezones.

― ¡Oh, tu polla me da tanto gusto! ―Digo jadeando y gimoteando mientras te monto. Miro tu fuerte cuerpo y sintiendo tu polla negra dentro de mí mientras me agarras por las caderas y tiras hacia abajo, haciendo que tu polla entre más en mi cuerpo que está en llamas mientras me corro. Me das la vuelta y empiezas a follarme con fuerza mirándome a los ojos. Te rodeo la cintura con las piernas y tú bajas tu cuerpo sobre el mío. Me besas mientras gimoteo de placer por el largo y el grosor de tu polla

Tomas mis tobillos con tus manos y me dejas ver tu cuerpo mientras me metes con tu polla.

Mi marido entra y lo miras mientras sigues follándome― Tu esposa adora mi polla ―Le dices mientras él asiente con la cabeza― Ya lo veo ―Dice pero ni siquiera lo miro, mi atención está puesta en ti― Me encanta tu cuerpo, ¡por favor cógeme más fuerte!

Empiezo a flexionar mis caderas y me corro, otra vez― Me encanta tener tu gran polla dentro de mi coño de mujer casada ¡Córrete para mí, cariño!

Me follas con tu poderosa y caliente polla durante una docena de arreones más, luego la sacas y rocías tu semen sobre mis tetas. Todavía te corres cuando me siento y me metes la polla en la boca. Sostienes mi cabeza mientras te chupo la última parte, y luego te limpio la polla.

Montana

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