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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Cambio de aceite
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La luz del aceite del salpicadero se encendió cuando salí de mi trabajo. Me imaginé que podría llegar hasta el taller de reparación para un cambio de aceite. Todavía era temprano, pensé que podría llegar antes de que cerraran. Me detuve ante la entrada y vi que aún estaba abierto. Entré en el garaje dónde había tres hombres y uno de ellos se acercó, me dijo que apagara el motor y me abrió la puerta. Todavía estaba con la ropa que uso para trabajar, así que cuando saqué la pierna, el tipo me tuvo que ver bien el coño. Puso una gran sonrisa en su cara, y me di cuenta de que acababa de ver mi coño. Me tomé mi tiempo para salir, buscando mi bolso que estaba en el lado del pasajero del coche.

Finalmente salí, sonriendo al joven que mantenía mi puerta abierta. Cogió un portapapeles y marcó una lista de artículos que estaban disponibles. Mientras lo hacía, me di cuenta de que había un pozo debajo de mi auto. Otro hombre estaba allí abajo, decidí divertirme un poco y me acerqué a mi coche. Estaba justo debajo de mí, pude verlo moverse para verme mejor. Tenía una buena vista bajo mi falda y yo no tenía puestas las bragas.

Me di cuenta de que ambos hombres tenían unos ventipocos años, y eran muy guapos. Yo era el único cliente le pregunté si se estaban preparando para cerrar. Les dije que podía volver otro día. Me dijeron que ahora se podrían ocupar de mí. Sonreí y pregunté si me iban a enseñar a cambiar el aceite. Se volvieron a reír que sí. Dijeron que iba contra las reglas hacerlo pero que iban a hacer una excepción por mí.

El hombre en el foso era todo sonrisas, lo miré entre mis piernas y le sonreí. Bromeé con él diciendo que esperaba que no me mirara bajo la falda y entre risas insistió en que nunca había pensado en hacer eso, y me hizo un guiño.

El tercer chico estaba parado detrás de mí, y me incliné a propósito sobre el guardabarros, mientras su compañero empezaba a quitar el levantar la tapa del motor de mi auto. Esto le dio al chico que estaba detrás de mí, una buena visión de mi culo y mi coño. Al inclinarme hacia adelante, mi blusa se abrió, y le di al chico que me cambiaba el aceite una vista de mis tetas. Continué inclinándome hacia adelante actuando interesada en lo que él estaba haciendo. El chico que estaba detrás de mí, se movió a mi lado, actuando como si estuviera revisando la presión de mis neumáticos. Su rostro estaba parejo con mi coño, mientras jugueteaba con mi neumático. Lo observé mirándome el coño por el rabillo del ojo. Todavía inclinada hacia adelante, moví mi pierna derecha a un lado y un poco hacia atrás.

Su cara estaba solo a centímetros de mi coño, noté su mano en la parte posterior de mi muslo, moviéndose lentamente hacia arriba. Se detuvo por un momento esperando mi reacción. Como no me opuse, su mano subió hasta mi trasero y como seguía si oponerme empezó a acariciarme el culo y el coño.

El chico de debajo del coche estaba disfrutando del espectáculo y le pregunté si les daban a todas las damas este tipo de servicio. El chico que me cambiaba el aceite terminó, y se dio cuenta de lo que estaba pasando. Me metió la mano dentro de la blusa y me apretó el pecho. Yo sonreí y cerré los ojos, él abrió más mi blusa. Su boca encontró el pezón de un pecho y yo solté un pequeño gemido. Notaba unos labios y una lengua lamiendo y chupando mi coño.

El chico debajo de mi coche terminó y se unió a sus compañeros de trabajo. Los tres chicos me llevaron a un cuarto trasero dónde había un sofá. Me quitaron la falda y la blusa y un chico cerró las puertas.

Los tres se desnudaron me extendieron en el sofá donde me separaron las piernas y una polla encontró su camino hacia mi coño. Otra polla fue empujó en mi boca y unos dedos buscaron un camino hacia mi culo. El chico que se estaba cogiendo mi coño, gruñó y me metió toda su polla en mi coño dejando mi coño lleno con su semen.

Noté algo que parecía que lubricaba mi culo y un dedo empujó hacia adentro. La polla de mi boca bombeaba cada vez más rápido y finalmente me lanzó una carga caliente de semen en la garganta. Más lubricante y más dedos entraron en mi agujero del culo. Me dieron la vuelta, y las nalgas de mi culo se abrieron de par en par. Noté que la cabeza de una polla entraba en mi culo mientras otra polla entraba en mi boca. Poco a poco la polla de mi culo entró más profundamente y comenzó un lento pero constante ritmo para follarme el culo. La polla de mi boca empezó a follarme cada vez más rápido.

Los tres chicos se turnaron para follarme todos mis agujeros. Mientras me follaban se reía e hicieron comentarios de que yo era una puta. Cuando finalmente terminaron, me dieron unas toallas de papel y trapos para limpiarme.

Nos vestimos, terminaron mi auto, no me cobraron nada y me agradecieron la visita y me dijeron que cada vez que necesitara otro cambio de aceite podría pasar por aquí. Riéndose, dijeron que les encantaría volver a atenderme. Abrieron la puerta del garaje y se fueron mientras yo me alejaba.

Conduje a casa y fui a ducharme porque olía como el garaje. Mientras me miraba en el espejo, después de desnudarme. Vi la marca negra de un dedo y huellas de manos sobre todo mi cuerpo. Me di cuenta de que no se habían lavado las manos antes de follarme.

Mientras me duchaba, me metí la mano por la raja para lavarme el culo, encontré algo resbaladizo. Me miré la mano y fue entonces cuando me di cuenta de que usaban grasa de coche, para lubricarme el culo.

Bárbara

Otro relato ...




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