Un sábado mi esposa Andrea y yo fuimos a cenar y luego a la casa de Steve y Becky. No me habían dicho quiénes estarían allí, pero a juzgar por la forma en que Andrea se vistió, me imaginé que podría ser algo más que una noche cualquiera. Llevaba un pequeño y sexy vestido rojo que le llegaba justo por encima de la mitad del muslo, sus piernas están muy bien bronceadas por lo que estaban desnudas. Llevaba unos zapatos con tacones altos que hacían que sus piernas parecieran aún más sexys. En el restaurante la miraron varios de hombres y mujeres. Le susurré que estaba llamando mucho la atención y ella se rió y dijo que el hecho de que los hombres la miraran le mojaba el coño. Le pregunté si estaba mojado entonces. Se retorció un poco en su asiento y dijo que sí.

De camino a casa de Steve, le pasé la mano por la pierna hasta llegar a las bragas. Abrió las piernas para permitirme el acceso a la entrepierna y le frotara los labios de su coño suavemente afeitado a través de las finas bragas de nylon. Cuando supe que estaba bien y caliente le pregunté si tenía planes de tener sexo con alguien en casa de Steve y Becky. Ella cruzó las piernas atrapando mi mano, los músculos de sus muslos se tensaron aplastando mi mano en su coño muy mojado. Sus caderas giraron haciéndome frotar su clítoris, dijo― Sí, voy a conseguir que Steve me folle mientras tú mantienes ocupada a Becky.

Llegamos en su calle antes de que ella soltara mi mano, luego descruzó las piernas y apartó mi mano, luego se quitó las arrugas del vestido― Gracias por preparar mi coño para la gran polla de Steve ―dijo. Justo cuando llegamos a la entrada de la casa le pregunté cómo sabía que tenía una gran polla.

Me dijo que a Becky se le había escapado una vez que Steve estaba muy bien dotado y que desde entonces había soñado con que se la metieran en el coño.

Justo antes de llegar a la puerta le dije que guardara el semen para comérmelo cuando llegáramos a casa. Antes de tocar el timbre la puerta se abrió y Steve dijo― Me había parecido oír un coche.

Andrea se volvió hacia mí y me dijo― Por supuesto, cariño ―y luego entramos en la casa.

Steve y Becky tenían otro invitado. Un chico llamado Richard que era muy guapo y tenía la cabeza afeitada. Besó la mano de Andrea cuando Steve nos presentó. Me dijo que era un tipo extremadamente afortunado por tener una esposa tan hermosa. Le dije que estaba de acuerdo y Becky le indicó a Andrea que la siguiera a la cocina. Steve preparó unas bebidas y salimos a la terraza.

Lo que Steve me dijo allí me sorprendió, dijo que Richard es el novio de Becky. Miré a Richard que levantó su bebida como para saludarme.

― Ya que has dicho eso Steve, Andrea me dijo que quería tener sexo contigo esta noche mientras yo mantenía a Becky ocupada ―le dije.

― Bueno eso no será un problema, Richard y yo nos follaremos a tu linda mujercita mientras Becky y tú veis una película en la televisión.

No sabía qué decir o hacer hasta Richard dijo ― Vamos adentro.

Una vez dentro, cuando Andrea y Becky volvieron al estudio desde la cocina, Steve dijo ―Becky querida, Richard y yo vamos a llevar a Andrea a nuestra habitación y follarla.

Miré a Andrea que tenía una sonrisa en su cara, luego miré a Becky y no parecía sorprendida. Becky dijo que estaba bien, que se quedaría allí y vería la televisión. Steve tomó la mano de Andrea y los tres fueron por el pasillo hacia un dormitorio y cerraron la puerta. Yo miré nerviosamente a Becky y le pregunté qué había en la tele.

Ella cogió el mando a distancia y dijo― Algo que te va a encantar ―y me indicó que me sentara. Me senté en el sofá y tomé un gran sorbo de mi bebida mientras Becky encendía la televisión. Entró en la pantalla de configuración y cambió la entrada. Allí en la pantalla plana gigante estaba mi esposa siendo desnudada por Steve y Richard. Miré a Becky y sus cejas se levantaron. Me preguntó si aquel canal me venía bien. Le dije que sí, se levantó y cogió mi vaso vacío y dijo― Te prepararé otra, va a ser una noche larga.

Cuando volvió, se sentó a mi lado y me preguntó si quería comerle el coño― Sé que no puedes tener sexo conmigo, Andrea me ha dicho que llevas una jaula de castidad.

Becky es una mujer muy guapa y le dije que si quería que le comiera el coño con mucho gusto lo haría. Se levantó y metió la mano por debajo de la falda y enganchó sus bragas, las apartó a un lado y se recostó en el sofá. Le separé las piernas mientras se levantaba la falda. Dejó al descubierto su coño afeitado y luego me agarró del pelo y me guió hasta su clítoris. Mientras chupaba su botoncito y movía mi mano hacia arriba para mantener sus piernas separadas. Los músculos de los muslos se tensaban y trataban de apretarme la cabeza.

Después de que ella tuviera su primer orgasmo me senté y me limpié la cara, miré la televisión para ver lo que estaban haciendo. Andrea estaba de espaldas y Richard le daba de comer su gran polla mientras Steve estaba ocupado chupando el coño de mi mujer. Miré a Becky que estaba inmóvil, tumbada abierta de par en par. Mientras miraba a mi esposa con los dos hombres, comencé a meterle los dedos a Becky. Su coño estaba realmente relajado, tanto que podía meter fácilmente cuatro dedos en ella. Supuse que los años en que Steve la había penetrado la habían aflojado.

Volví a mirar la pantalla de la televisión y Andrea estaba de rodillas mientras Steve estaba tumbado, su polla estaba dura pero no sobresalía. Estaba sobre su estómago, llegando a su ombligo. Andrea se sentó a horcajadas sobre él y se metió la polla entre los labios del coño y vi cómo se le tensaban las nalgas cuando empezó a penetrarla. Fue follada por los dos durante casi dos horas. Yo me comí a Becky que tuvo varios órganos antes de oír que se abría la puerta del dormitorio. Becky, se levantó y apagó el televisor antes de que entraran. Steve me preguntó si Becky había encontrado algo interesante para ver y le dije que sí.

Andrea se tambaleaba cuando la ayudé a subir al coche. De camino a casa le pregunté si lo había pasado bien. Empezó a contármelo todo sin saber que yo lo había visto. Cuando llegamos a casa yo tenía las peores bolas azules de la historia pero Andrea dijo que su coño estaba muy estirado y lleno de semen y que se quedaría encerrada durante tres días mientras se recuperaba. Le pregunté si podíamos volver a ir a casa de Steve el próximo fin de semana. Andrea dijo que no creía que su coño pudiera soportar dos grandes pollas de nuevo tan pronto.

Gogo

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