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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Correo electrónico a mi marido
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Este es un correo electrónico que envié a mi marido, después de un día de fiesta con mis amigas. Oculté intencionadamente algunos nombres y lugares para evitar que se reconocieran.

Llegaré más tarde porque mi amiga,“K” me llamó dijo que nos encontráramos en el parking de cercanías de mi casa. Por teléfono me dijo que ella y “L” habían cogido algo para desayunar.

Aparqué y cuando llegué junto a su furgoneta, “K” bajó la ventanilla y me dijo que subiera por la parte trasera. La puerta se abrió y vi a cuatro hombres que no conocía. Cuando pasé por encima de uno de ellos, mi coño ya estaba goteando. “K”, me pidió que la besara a ella y a “L” así que me incliné sobre el asiento delantero y cuando lo hice, les ofrecí a los cuatro hombres un espectáculo completo de mi coño desnudo y mi culo relleno con un enorme tapón anal. “K” abrió una bolsa de papel y sacó dos sándwiches, uno para ella y otro para “L”. Dijo que yo pronto tendría proteínas suficientes para mi desayuno.

Me hicieron pasar al fondo y “J” fue el primero en ir conmigo, le bajé la cremallera de los pantalones y saqué su gran polla. Me empujó hacia el piso y metió toda su polla dentro de mí. Me folló muy rápido y se corrió rápidamente en mi coño porque los otros estaban esperando.

“D” fue el siguiente y su polla era jodidamente enorme. Me sacó el tapón del culo y me lo puso en la boca. Luego me metió su enorme polla y me corrí al instante. Me folló fuerte y duro durante unos diez minutos y luego se corrió dentro de mí.

“JM” quitó el tapón de mi boca y lo sustituyó por su polla. “JA” metió su polla en mi inundado agujero del coño, y me corrí nuevamente. “JM” se corrió en mi boca, “JA” en mi vagina y llenó mi coño con su semen caliente.

 “L” volvió otra vez conmigo mientras los otros volvían a los asientos. “L” traía una pequeña taza que utilizó para recoger todo el semen que me habían dejado dentro de la vagina. Luego me lo echó despacito en la boca, para dármelo de beber, y me encantó cada gota.

Luego, “K” llevó a los hombres de vuelta a donde los habían recogido. Durante el viaje de vuelta me chupé todo lo que pude de mi cuerpo y me tragó cada gota de semen. “K” dijo que nos había reunido en aquel lugar por razones de seguridad y así, aquellos hombres no tendrían ninguna pista sobre dónde vivíamos.

Te veré en casa.

Anónima

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