Relatos prohibidos
Dejé el coche estacionado delante de casa dejando que acabe la canción antes de apagarlo y salir. Era solo otro día de trabajo como los demás. Entré en casa y no vi a mi esposa Carla, la busqué en la cocina y en la sala de estar, pero no había a nadie. Entonces subí al baño a darme una ducha que me ayudara a olvidarme de este día. Al entrar en la habitación vi a Carla y a dos chicas súper espectaculares desnudas en mi cama. Y en el ombligo de cada una había una vela de cumpleaños encendida. Al entrar yo en la habitación, comenzaron a cantarme el Feliz cumpleaños.
No tardé mucho en participar de la escena. Rápidamente me quité toda la ropa y hasta tuve que pedir un deseo antes de apagar las velas. Después de hacerlo me dedique a los pasteles que como estaban sentados, uno al lado del otro, y en fila, fui pasando de uno a otro, rotando por los tres.
—Esta es tu fiesta de cumpleaños, así que te acuestas aquí y nos permites a nosotras celebrar tu cumpleaños a nuestra manera — dijo Carla.
Así que me acosté y contemplé a las tres mujeres frotándose y masajeándose la espalda, el cuello, las tetas y el culo; incluso las vi lamiéndome por todas partes.
Eso me pareció genial y muy relajante, pero la dureza que comenzaba a desarrollarse en mi polla empezaba a ser dolorosa al estar tumbado sobre el vientre, así que me volteé sobre la espalda y las tres empezaron a acariciarme el pecho, las piernas y mi polla. Entonces Carla se inclinó y tomó mi polla con su boca y comenzó a chuparme mientras jugaba con mis bolas. Entonces noté que frotaba, con cuidado, mi culo con su dedo. Las otras chicas todavía estaban acariciando y lamiendo mi pecho, mis piernas, mis pies y los dedos de los pies. Se está tan bien al ser tratado con tantas atenciones.
Entonces una de las chicas se puso de pie y se sentó a horcajadas sobre mí mientras Carla guiaba mi polla hacía su coño. Comencé a bombear suavemente y luego de unos minutos, se liberó de mí, y la otra chica ocupó su lugar sobre mí, y comenzó follarme subiendo arriba y sobre mi polla. Después de unos minutos, la chica también se retiró dejando su sitio a Carla que dijo— Ahora me vas a follarme y llenarme con tu esperma.
Se puso sobre mi polla y se dejó bajar despacio, acomodando la polla en su vagina hasta que la tuvo toda dentro. Entonces empezó a moverse follándome muy duro, mientras las otras chicas me masajeaban y besaban, chupaban mis pezones y jugaban con mis bolas mientras Carla me follaba al estilo vaquera. Comencé a notar un hormigueo en mis bolas y sentí que estaba teniendo lugar una erupción que me hacía explotar dentro del coño de Carla. Mientras, ella se seguía moviendo jodiéndome y sacándome hasta la última gota y mis bolas quedaron vacías. Luego se bajó y los cuatro nos quedamos allí tumbados, acariciándome y besándome. Resultó ser el mejor de los cumpleaños.
Otro relato...