Al día siguiente dejo a mi hija en la tienda de la suegra, como siempre antes del trabajo, solo que esta vez es un par de horas antes.

Llego al centro comercial y espero su mensaje, ella dice que ya casi está llegado, que está a punto de llegar una hora antes de que abra la tienda. Ella me envía un mensaje de texto diciendo que está estacionando, y me pidió que vaya a su tienda.

Mientras la estoy esperando, lo único que puedo pensar es en lo que hicimos, en lo bien que me sentí, en lo mucho que significó encontrar a una mujer que estaba en tantas cosas como yo. Miro en la tienda todavía oscura, ella trabaja para una especie de tienda de ropa alternativa, cadenas y esposas, espadas y cuchillos, figuritas, es increíble. Ella llega a la puerta, la abre rápido y me hace señas para que entre. Deja sus maletas, no puedo ayudar, pero quiero follarla en el mostrador allí mismo, pero había gente mayor daño sus paseos matutinos en el centro comercial. Llegamos a la parte posterior de la tienda.

Bea― ¿Vestidor o cuarto trasero?

Yo― ¿Cuál tiene más espacio?

Bea― Las habitación de atrás…

Yo― Vamos ahí…

Toma mi mano y me guía, tan pronto como la puerta se cierra, la levanto contra la puerta y la beso profundamente, sin perder tiempo, la muerdo en el cuello, le aprieto el culo con las manos, mientras ella se abraza a mí alrededor. Puedo sentir el calor de su coño contra mí mientras estoy besando su pecho. Ella está usando un sujetador de encaje negro, falda a cuadros rojos y bragas de encaje negro. Muerdo su duro pecho y ella gime suavemente y me rasca la nuca y la espalda.

La bajé y ella me ayudó a quitarme los pantalones, le quité las bragas y la tumbé en el suelo. Quiero devorarla y me meto entre sus piernas y empiezo a lamerle el clítoris, sabe increíble, como un trago de agua para alguien que ha estado rezando por una bebida durante días. Lamiendo cada centímetro de su clítoris, extendiendo sus labios, pero sin saber realmente cómo atacarlo, fue increíble, pero no sabía mucho al respecto, soltó una risita, me levantó y me besó, saboreando nuestros jugos juntos. Ella agarra mi polla, y me guía, la introduzco profundamente dentro de ella, porque el suelo es duro, movió sus caderas un poco más alto para que mi polla golpeara su punto G con cada empuje.

La mantuve profunda como pude al principio, luego dándole cada centímetro de mí, dejándola sentir la longitud de mi pene. Ella vino, y pude sentir el agarre duro de su coño y sus uñas, fue increíble.

Le di la vuelta, deseando volver a ver su culo perfecto, su falda se movió un poco, cuando entré por detrás. La estoy embistiendo fuerte, y apenas puedo sostenerme, se sentía tan jodidamente increíble, azotando su culo, su coño aferrándose a mí, su corrida otra vez. Mi pulgar juega un poco con el agujero de su culo, mientras deja escapar otro gemido de placer cuando mi pulgar entra lentamente.

En este punto ya es demasiado, la agarro por las caderas, la golpeo más fuerte cada vez, asegurándome de que sepa que toda mi polla está dentro de ella, sus gemidos se hacen más fuertes cuando dejo escapar mi semen profundamente dentro de ella otra vez. Tirando de su cabello y hombros mientras lo libero, dejando toda la vara dentro de ella...

Nos sentamos por un minuto, y ella toma una camisa de la habitación, saca todo mi semen que estaba caliente. Yo todavía estaba duro cuando ella hizo eso.

Yo― ¡Joder... eso fue..." mierda…!

Bea― Mmm... Eres genial... te gusta tomar el control.

Dicho eso, agarré la parte de atrás de su cabeza y la besé de nuevo, la hice ponerse encima de mí, todavía estaba duro como una roca, y la hice cabalgar fuerte y rápido. Ella me mira a los ojos, y me dice― ¿Quieres saber por qué me gustabas tanto cuando estabas encima?

Yo― ¡Joder, claro!

Bea― Mira hacia arriba.

Miro al techo y había un espejo que estaba frente a nosotros, ella estaba mirándome mientras yo estaba arriba, ahora puedo verla follándome duro y cabalgarme profundo…

Me envió al clímax otra vez.

Yo ―A la mierda Bea, me voy a correr

Bea― Yo también, bebé…

Ambos nos follamos duro, asegurándonos de que los dos nos corriéramos... la estoy agarrando fuerte y noto su cuerpo temblar…

Finalmente comienzo a ablandarme dentro de ella, cuando comenzamos a recoger, tomo sus bragas en el suelo

Bea― ¿Qué estás haciendo?

Yo―Quiero mantener esto...

Ella me besa, asiente y me sonríe. Le doy un abrazo y me dirijo al trabajo.

Recibo un mensaje de texto de ella en el almuerzo y un mensaje de imagen de ella acostada detrás del mostrador.

Bea― Estoy jodidamente mojada porque no tengo ropa interior y me follaste bien, quiero más, Dios, si tuvieras el día libre hoy, te follaría en esta tienda todas las oportunidades que tenga.

Después de esto, comenzamos a configurar horarios para encontrarnos en su casa, y en la tienda, ambos se convirtieron en nuestros terrenos de sexo. Los que me quieran juzgar, apúrenlo porque mi esposa conoce toda esta historia.

Luís Alberto

Otro relato ...

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