La Página de Bedri
Relatos prohibidos Encuentro con una mujer casada
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Conocí a Julia en una playa el pasado agosto. Yo estaba allí por trabajo y ella estaba de vacaciones con su marido Tom. Iba caminando por el paseo marítimo cuando se le voló el sombrero por el mucho viento. Se lo recuperé y me lo agradeció. Luego hablamos de las razones por las que estábamos allí y del tiempo tan caluroso que hacía. También me dijo que su marido y ella irían esa noche a un baile en el mismo hotel en el que yo me alojaba. Esa misma tarde, durante un descanso de mi reunión, volví al paseo marítimo. Ese día hacía mucho calor y había mucha gente en la playa. Es una playa muy tolerante y había muchas mujeres en topless. Siendo un hombre al que le gustan las tetas, estaba en el cielo contemplando tantas. Fue entonces cuando reconocí a Julia, tumbada en topless, con sus hermosas tetas bañada por el sol. Sus tetas son hermosas y en aquel momento me hubiera gustado acariciárselas. Estando allí mirándole las tetas, mi polla se estaba poniendo dura. Llevaba un pantalón de tejido fino y se notaba mucho. Además, tenía que volver a la reunión pero odiaba irme, las tetas de Julia eran tan hermosas que solo quería quedarme a contemplarlas. Decidí que esa noche iría al baile del que Julia me había hablado. Era un baile muy informal porque la mayoría de la gente estaba de vacaciones, muchos pantalones cortos y camisetas escasas para las mujeres. Vi a Julia y su esposo, Tom sentados en una esquina. Ella iba vestida con una falda muy corta y una camiseta transparente y zapatos negros de tacones. Mientras iba hacia ellos me di cuenta de que Julia no llevaba sujetador y sus pezones estaban muy hermosos empujando el tejido de su camiseta. Tom estaba borracho y Julia se veía disgustada y fuera de lugar, así que la invité a bailar. Mientras íbamos hacia la pista de baile me di cuenta de que Julia también estaba un poco borracha pero mientras empezábamos a bailar también me di cuenta de que es una maravillosa bailarina. Tom acabó yendo solo a su habitación para dormir la mona. Bailamos unos cuantos bailes más, conmigo abrazándola fuertemente y ella frotando sus grandes tetas contra mí. Empezó a sonar una canción muy lenta y la acerqué mucho a mí con una mano en su espalda empujando sus tetas hacia mí y la otra en su culo acariciándola y apretándola contra mi polla ahora semidura. Tiré de la parte inferior de la camisa hasta que metí la mano debajo de ella. Moví la mano hasta que pude alcanzar su teta, frotándola y apretando su duro pezón entre mis dedos. Le arrebujé la camisa desde abajo por encima de las tetas y coloqué ambas manos en sus tetas. Retiré mis manos descubriéndole el pecho para que todos lo vieran. Había otras dos parejas cerca y vieron las hermosas tetas de Julia. Cuando ella se dio cuenta de que la estaban mirando se giró un poco y las sacudió. La acerqué de nuevo mientras nos reíamos de ello. Lentamente fui deslizando mi mano por debajo de su falda hasta su coño. Estaba muy mojada mientras le frotaba con la mano. Ella a su vez frotaba mi polla medio erecta. Las dos parejas miraban cada uno de nuestros movimientos y parecían disfrutar del espectáculo. Cuando la canción terminó, salimos a tomar aire y la acerqué y la besé, un largo y profundo beso. Volvimos a la pista de baile y continuamos moviéndonos el uno contra el otro, cada vez más excitados. Volvimos a salir para tomar aire y terminamos dando un pequeño paseo cogidos de la mano y acabamos en mi habitación. Preparé una bebida mientras continuábamos la conversación. A la luz de mi habitación, las tetas de Julia se apreciaban perfectamente a través de la camiseta transparente, sus pequeños pezones en forma de bala estaban muy duros. Mientras charlábamos y bebíamos, ella se acercó más a mí. Nos reímos y hablamos como si nos conociéramos de toda la vida. Es fácil hablar con Julia y es un placer estar con ella. La rodeé con un brazo y la acerqué para darle un beso. Otro beso muy largo y cariñoso. Esta vez le cogí el pecho a través de la camiseta y le froté el pezón con el pulgar. Dejó escapar un suave gemido, así que froté un poco más fuerte. Noté su mano frotando el interior de mi pierna mientras la acercaba más. Le subí la camiseta y se la quité por encima de la cabeza dejando al descubierto sus tetas. Son muy firmes, casi perfectas, con unos pezones preciosos. Agaché la cabeza y me llevé el pezón a la boca y lo chupé y mordisqueé como un recién nacido. Sabía muy bien. Ella había subido su mano por mi pierna y m estaba frotando la polla por encima de los pantalones. Bajé la mano y me abrí la cremallera del pantalón y Julia no perdió tiempo en meter la mano. Me sacó y parecía estar muy satisfecha con lo que veía. La acarició mientras yo seguía besándola en el pecho. Después de unos minutos traté de empujarla hacia atrás en el sofá, pero ella se resistió. Fue ella la que me empujó hacia atrás y bajó la cabeza mientras metía mi polla en su boca. Me recosté y disfruté de lo que me estaba haciendo. Después de unos minutos, le levanté la cabeza y la empujé de nuevo al sofá. Le levanté el vestido y entonces me di cuenta de que también se había quitado las bragas. Empecé a besar el interior de sus muslos, primero uno y luego el otro, mientras subía hasta su coño. Pasé por encima de su coño y besé y lamí su vientre con cuidado de no tocar su clítoris. Toqué con mi lengua en su clítoris y ella saltó un poco. Finalmente tomé su clítoris en mi boca y lo chupé de la misma manera que antes había hecho con sus tetas. Por sus gemidos, me di cuenta de que estaba disfrutando de lo que le estaba haciendo. Le había metido dos dedos en su coño empujando dentro y fuera y estaba empapada. Después de unos minutos me paré, la ayudé a ponerse de pie y la llevé al dormitorio. En el dormitorio nos desnudamos mutuamente y nos tumbamos en la cama con Julia todavía con sus medias y zapatos altos. Nos besamos mientras nuestras manos corrían explorando el cuerpo del otro. La piel de Julia es muy firme y a la vez muy suave y tierna. La puse encima de mí y ella bajó cogiendo mi polla y metiéndosela en el coño. Ese fue el comienzo de una hermosa noche, follamos una y otra vez como adolescentes. Ahora, casi todas las noches la echo de menos. Julia me permitió tomar varias fotos de ella mientras estábamos en mi habitación. Me dijo que sería algo que tendría para recordarla. Miro sus fotos a diario y pienso en el maravilloso tiempo que pasamos. Nunca olvidaré esa noche que pasamos juntos y siempre la recordaré. Cómo podría olvidarla con sus hermosas tetas y sus duros pezones y el gran trabajo que hizo chupándome la polla y follando conmigo. Realmente es un sueño hecho realidad. Julia también me dejó una forma de contactar con ella. Contactamos a diario y me encanta chatear con ella, pero nada puede ser tan bueno como estar con ella y el tiempo que pasamos juntos. Otro relato ... Poco a poco, cada vez hay más relatos porque poco a poco os vais animando a escribirlos y a enviarlos para compartirlos. A lo mejor, tienes cosas que contar y que te apetece compartir, pues este es el sitio. Si lo deseáis, puedes enviar tu relato a la dirección que figura en este enlace enviar relatos prohibidosY si lo que quieres es copiar algún relato y compartirlo en tu sitio, o en otro, no olvides copiar y pegar también el enlace de donde lo has obtenido. y el nombre del autor, no cuesta nada y es de justicia.Y si estás interesado en adquirir esta página, debes de saber que está en venta. Si tienes interés, puedes contactar con nosotros aquí. |
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