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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Follada por los amigos de mí marido
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Mi marido y yo tuvimos invitados en casa. Eran dos viejos amigos de mi marido, de un antiguo trabajo que mi marido había dejado hacía algunos años. Estaban allí en uno de sus aburridos viajes de negocios. Eran más jóvenes que él, chicos musculosos y guapos.

Aquel domingo pasamos un bonito día en nuestro jardín trasero, disfrutando de una barbacoa, un buen vino tinto y la piscina. A la tarde siguiente llegué de mi trabajo y mi marido me llamó para decirme que estaba con sus amigos mostrándoles la ciudad. Así que me estaría tranquilamente a solas durante algunas horas, hasta que volvieran a casa para la cena.

Me di una ducha rápida y luego me desnudé hasta quedarme con un pequeño tanga rojo. Luego me tumbé estiré en una silla de jardín junto a la piscina. Estaba cansada, así que pronto me quede dormida bajo los rayos del sol. Cuando abrí los ojos, los dos amigos de mi marido estaban frente a mí, analizando mi cuerpo casi desnudo.

Quise taparme cuando uno de ellos, Charlie, sonrió y dijo― No tienes necesidad de ocultar esas bonitas y sexys tetas morenas.

Murmuré algo sobre mi marido y me dijeron que lo había llamado su jefe y que los había dejado en la puerta de nuestra casa y se había ido.

― No te preocupes por él, nena, tenemos mucho tiempo para disfrutar ahora.

Le miré y que podía ver un gran bulto creciendo en sus pantalones. Luego miré Emerson, que tenía la mano en su enorme polla sujetándola a través de los pantalones.

Me senté descubriendo que mi diminuto tanga rojo estaba en mis tobillos, dejando al descubierto mí recortado montículo y mi coño afeitado.

Charlie me reclinó de nuevo en la silla de piscina y me pidió que me relajara. Emerson me quitó las bragas de los pies y las olió, diciendo que mi olor era dulce.

Vi como Charlie sacaba la polla que era verdaderamente monstruosa. Un verdadero monstruo de al menos vaticino centímetros de largo y muy grueso. Me dijo que ambos se habían estado masturbando mientras me miraban allí tumbada desnuda y con los ojos cerrados.

Mientras hablaba, noté que Emerson me abría las piernas de par en par y empezó a besar el interior de mis muslos, de arriba a abajo, de un lado a otro. Cerré los ojos y dejé escapar un suave gemido. Charlie cogió mi mano y la llevó hasta su dura polla. Envolví mi mano alrededor acariciándola, cuando Emerson puso su boca en los húmedos labios de mi coño y los lamió de arriba abajo, dejé escapar un fuerte gemido y le rogué que me comiera el coño.

No perdió tiempo y empezó a lamer y chupar mi coño y mi clítoris. Me estaba poniendo muy caliente y me llevé la polla de Charlie a la boca y la chupé metiéndome todo lo que pude. Me agarró del pelo y empezó a bombear su gruesa polla en mi boca.

Eso duró unos diez minutos, cuando Charlie soltó una enorme carga de semen en mi boca, que me tragué. Me saqué su polla aún rígida de la boca y les dije que quería que me follaran.

Los dos hombres me levantaron de la silla y entre ambos me llevaron a la casa en brazos. Intenté soltarme de ellos pero me sujetaban con firmeza. Entonces les dije que tenía que usar el baño y entonces me señalaron a la bañera y me dijeron que hiciera lo que quisiera, mientras ellos miraban. Después de soltar un largo chorro de orina, Emerson me sugirió que me lavara el coño y el culo para ellos.

Después, me hicieron agachar y separar las nalgas y comprobaron que mi culo estaba limpio. Luego Charlie, me levantó del suelo y me puso sobre los hombros, me llevó al dormitorio y me tiró en la cama mientras se quitaban la ropa. Se subió a la cama y Emerson me dio una palmada en el culo y pidió que me pusiera encima de su amigo y lo montara.

Charlie me puso encima de él y enterró su enorme y gruesa polla en mi coño, haciéndome quejar de dolor. Entonces empecé a cabalgar su polla arriba y abajo, mientras él me agarraba las tetas y me chupaba los pezones. Mientras tanto, Emerson se puso detrás de mí. Pensé que iba a meterme la polla en el coño al mismo tiempo que su amigo, pero de repente sentí que empujaba en el agujero trasero. Le dije que usara el lubricante que tenía junto a la cama, pero se limitó a escupir en mi apretado agujero un par de veces y colocó allí la cabeza de su polla. Luego empujó un poco, haciéndome gritar y gruñir como una loca. Sentía que su polla me desgarraba el ano abriéndomelo de par en par.

Los tres conseguimos acoplarnos con un buen ritmo mientras Charlie me chupaba los pezones y Emerson me daba palmadas en el culo. Los dos amigos de mi marido se reían, diciéndome lo zorra casada que era y cómo les gustaba follarse un coño como el mío.

Emerson me agarró del pelo y me metió su gran polla hasta el fondo del culo y de repente disparó su cálido semen mientras me tiraba de mi cabeza hacia atrás. Casi al mismo tiempo Charlie gruñó y dejó salir su semen también.

Exhausta caí encima de Charlie mientras Emerson se acostaba sobre mí, podía sentir su polla todavía en mi culo y nunca se ablandó. La sacó de mi culo y yo rodé sobre su compañero.

Charlie se levantó y me metió la polla en la boca, pidiéndome que se la limpiara.

Le chupé y lamí la polla aún dura para limpiarla. Cuando se retiró, Emerson me dio mi consolador de goma de veintiocho centímetros y me dijo que lo usara en mi coño él mientras le chupaba la polla. Cogí el enorme consolador y moví la enorme la polla de goma dentro y fuera de mi coño.

Para cuando las pollas de ambos se pusieron duras de nuevo, Emerson se subió a la cama y su amigo empujó mi cara entre sus piernas, haciéndome chupársela y lamerla. Charlie me montó por detrás metiendo su polla en mi culo y luego en mi coño, diciéndome todo el tiempo lo perra que era. Después de que me llenara el coño de nuevo, cambiaron de sitio y Emerson me folló el culo y el coño, mientras Charlie me metía la polla en la boca.

Me follaron una y otra vez, hasta que los dos se corrieron al menos tres veces dentro de mí. Me trabajaron el coño con el consolador de goma y me obligaron a hacérmelo yo misma mientras ellos miraban.

Antes de dejarme allí en la cama, desnuda, dolorida y llena de semen, me dijeron que la próxima vez que volvieran, alquilarían una habitación de hotel para tenerme con tranquilidad y compartirme como buenos amigos.

Más tarde, esa noche, cuando mi marido y yo nos fuimos a la cama, se acercó a mí y sentí su dura polla empujar contra los labios de mi coño desnudo. Mi pobre coño estaba muy dolorido por haber sido atravesado por aquellas enormes pollas, así que me moví un poco y la polla de mi marido encontró acomodo en mi culo. Se acercó a mí y me susurró al oído que mi coño estaba muy apretado esta noche. Pero siguió follándome el culo.

Mientras mi marido me follaba el culo, podía oír a sus amigos en su habitación, hablando y riendo. Tenía muchas ganas de decirle que quería que sus amigos me follaran; pero mi coño estaba demasiado dolorido.

Por fin, mi marido eyaculó en mi ano y se retiró. Me quedé tumbada, con su semen saliendo de mi culo, empapando las sábanas.

De repente me acordé de que mi tanga rojo seguía en el patio trasero...

Luciérnaga

Otro relato ...




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