Esta web utiliza cookies, puedes ver nuestra la política de cookies, aquí Si continuas navegando estás aceptándola
Política de cookies +
La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Follada y sumisa
ADVERTENCIA: Esta página contiene textos, imágenes o enlaces que pudieran ser considerados no apropiados para personas menores de la edad legal. Por eso se hace esta advertencia. El contenido de los mismos es evidentemente "para adultos" y de contenido explícitamente sexual por lo que, hecha esta advertencia, si finalmente decides continuar, lo haces bajo tu única y exclusiva responsabilidad. No se obliga a entrar, es más, se recomienda que aquellas personas que puedan sentirse molestas, o incluso ofendidas, con el contenido de lo que aquí aparece, que se abstengan de hacerlo.

Bueno, el señor polla gorda de la otra noche me llamó de nuevo justo después del partido, me dijo que quería follar conmigo y que iba a venir ahora mismo. Diez minutos más tarde estaba en la puerta de mi casa y entró como si fuera el dueño del lugar. Sacó su gran polla, que estaba jodidamente dura, me empujó hasta ponerme de rodillas y me metió su gran polla hasta la garganta y me sujetó la cabeza como si fuera un tornillo de banco. Me folló la boca como si la estuviera usando para masturbarse, moviendo mi cabeza hacia arriba y hacia abajo de su gran estaca de carne, metiéndomela hasta la garganta y luego me hizo tener arcadas durante minutos.

Luego me llevó al dormitorio y me tiró en la cama sobre el vientre, me quitó las bragas y me metió su gran lengua en mi agujero. Metió y sacó su gran lengua en el agujero de mi coño y mi culo, babeándome todo mi coño como un cerdo hambriento. Me sacudí arriba y abajo salvajemente mientras empezaba a correrme sobre su boca caliente.

A continuación, se levantó y presionó su cabeza de su polla, grande y gorda, justo contra mi agujero del coño, y embistió en mi pequeño agujero del coño. Eso fue todo, inmediatamente me corrí de nuevo y mojando toda la cama. Mi coño estaba empapado y lubrificado. Apretó mi cuerpecito con todo su peso y metió y sacó su gran polla de mi coño como un oso salvaje. Mi coño se volvió loco de pasión.

Me encantan los hombres mayores, siempre he sido una folladora de papitos desde que me follé al padre de mi mejor amigo en secundaria. Me encantó oírlo gruñir y gemir como un animal salvaje mientras me penetraba el coño una y otra vez. Me corrí por tercera vez y dejé escapar un grito apasionado, como un perro salvaje mientras metía y sacaba su gran polla de mi pequeño y caliente coño y luego la sacaba y la metía en mi pequeño y apretado culo.

― ¡Mierda! ―grité mientras mi cuerpo se movía salvajemente al sentir su gran polla en mi culo. Eduard gruñó y gimió mientras me inmovilizaba y seguía metiéndome su gran polla en mi culito. Pasó debajo de mí con su gran mano de hombre y pellizcó mi clítoris con fuerza y me corrí de nuevo disparando un gran chorro de dulce jugo de coño por toda la cama.

― Eres una pequeña perra caliente ― me dijo y sacó la polla de mi culo y la condujo a mi coño de nuevo y me cogió como una herramienta de poder. Entonces, con un gigantesco gemido, se puso rígido disparando una y otra vez calientes chorros de semen en lo más profundo de mi vientre. Me inundó con un semen caliente, espeso y pegajoso, como con una manguera de incendios en lo más profundo de mi vientre. No paraba de eyacular y eyacular semen caliente dentro de mi coño mientras sus caderas se agitaban hasta que descargó hasta la última gota.

Cuando por fin terminó de echarme semen, se limpió la polla en mi cara y me miró a los ojos y me dijo― Eres una zorrita caliente. Muchas gracias por la follada, zorra. Volveré pronto. Ahora ven aquí, pequeña zorra, y bébete mi orina ¡Ahora!

― Soy una pequeña zorra ―dije y me acerqué, tomé su pene con mi boca y lo dejé mear en mi garganta y me tragué cada gota de su orina.

― Sabía que eras una zorra adicta a la orina ―dijo.

Y aquí estoy, cubierta de sudor, semen y orina, goteando de mi agujero como una puta que acaba de ser follada.

Soy solo una chica con un cuerpecito de poco más de metro y medio y apenas 40 kilogramos de peso. Él es alto como un oso, de más de dos metros y ciento veinte kilogramos de peso y tiene una polla gigante para follar todos mis agujeros. Es un tipo que acabo de conocer en el bar de al lado, la otra noche que me cogió en su habitación de hotel y ahora viene a mi casa para follarme.

Me encanta echar un buen polvo. No hay nada que me guste más que un desconocido mayor y caliente con una gran polla follándome como una putita mimada.

― Cuanto te tenga bien domada, voy a empezar a traer a mis amigos ―dijo― Y te haré follar con todos. Ahora eres mi pequeña zorra, soy el dueño de tu culo. Vengo a esta ciudad una semana al mes, así que te veré en tres semanas.

Yo ya no puedo esperar.

Cindy

Otro relato ...




Poco a poco, cada vez hay más relatos porque poco a poco os vais animando a escribirlos y a enviarlos para compartirlos. A lo mejor, tienes cosas que contar y que te apetece compartir, pues este es el sitio. Si lo deseáis, puedes enviar tu relato a la dirección que figura en este enlace enviar relatos prohibidos

Y si lo que quieres es copiar algún relato y compartirlo en tu sitio, o en otro, no olvides copiar y pegar también el enlace de donde lo has obtenido. y el nombre del autor, no cuesta nada y es de justicia.

Y si estás interesado en adquirir esta página, debes de saber que está en venta. Si tienes interés, puedes contactar con nosotros aquí.