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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Follar después del trabajo
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Entré por la puerta principal, recién salido del trabajo y esperando encontrar a mi esposa en casa. Subí a cambiarme de ropa, la tiré al tacho de ropa y entré a la ducha. Había una nota de mi esposa en el espejo "cariño, hoy trabajo hasta tarde, nos vemos a las nueve". Me metí en la ducha y empecé a pensar en ella, sentí que se me ponía dura pero no quería hacer nada todavía, quería esperar hasta que ella llegara a casa.

Salí de la ducha y me puse unos pantalones y una camiseta. Bajé las escaleras y preparé algo de comer y me relajé en el sofá leyendo el periódico. Después de comer, me quedé dormido y me despertó su beso― Hola guapo, ¿qué tal tu día?

La miré a los ojos y sonreí― ¡Mi día fue maravilloso, y es aún mejor ahora que puedo verte! ―La volví a besar y me levanté del sofá. Ella me miró y me sonrió mientras me decía que iba a subir a cambiarse.

Volví a la cocina y ella vino detrás de mí y me rodeó con sus brazos la cintura mientras me besaba en la mejilla.

― Te amo, mi princesa ―dije mientras sentía su mejilla junto a la mía.

Me di la vuelta y lentamente empezamos a bailar en la cocina, sin música, sólo nosotros, balanceándonos de un lado a otro y abrazándonos. Lentamente subimos a la habitación, parando en cada escalón para darnos un beso.

Cuando llegamos la empujé contra la pared, besándole el cuello y manteniendo mi cuerpo muy cerca del suyo. Sus manos empezaron a tirar de mi camiseta, levanté los brazos y ella me subió la camiseta por encima de la cabeza y la dejó caer al suelo.

Seguí besándole el cuello cuando empecé a poner mis manos bajo su camiseta, acariciándole suavemente la espalda. Sentí que se me ponía más dura y empecé a empujar hacia ella, dejándole sentir mi polla dura a través de mi pantalón. Seguí besándola mientras la llevaba a la cama. Se acostó y le quité la camisa, la miré a los ojos y la besé en los labios. Luego en cada mejilla, luego a cada lado de su cuello, y en sus hombros. Lentamente empecé a besar su pecho, besando entre sus tetas apretadas, moviendo cada pezón con mi lengua y luego bajando por su estómago hasta su ombligo. Me moví un poco y empecé a besarla por su lado derecho, y luego me moví al otro lado y la besé por su lado izquierdo.

Volví a besarle el estómago y le alcancé las bragas. Se las quité, pero en vez de bajarlas, le lamí los muslos, y luego bajé por su pierna izquierda hasta su pie. Luego empecé a besar su pie derecho y me dirigí, lentamente, por su pierna hasta que volví a subir, con mi cara mirando su coño apretado y húmedo. Empecé a lamerla de arriba a abajo por la rendija, probando su dulzura en mi lengua y subiendo hasta que le acabo por sacudir el clítoris con mi lengua. Puedo saborear como se va mojando más y más con cada golpe de la lengua.

Me alejé de su coño y empecé a besarle el estómago hasta que la volví a mirar a los ojos. Puse mis brazos alrededor de su espalda y empecé a besarle el cuello de nuevo, justo detrás de su oreja. Lentamente empecé a frotar mi polla por su húmeda raja, queriendo entrar pero queriendo excitarnos más con eso.

Ella puso sus manos en mi espalda, frotando suavemente mis hombros y acariciando mis costados. Empecé a frotar la cabeza de mi polla en su clítoris y de repente me metí en ella. Noté su coño apretado abriéndose lentamente para dejarme entrar, sentí su coño caliente y húmedo que me tomaba, se estiraba a mí alrededor, cediendo a mi polla centímetro a centímetro. Me quedé allí un minuto, sintiéndome dentro de ella y mirándola a los ojos. Puedo notarme creciendo dentro de ella y noto su coño dilatado a mí alrededor, siento que voy a destrozarla por dentro.

La miré a los ojos cuando empecé a moverme hacia adentro y hacia afuera lentamente, empujando hacia adentro intentando ir más y más profundo hasta que su coño no admitiera más.

Empezó a gemir mientras la besaba en el hombro y empezaba a morderla un poco. Bajé mis manos a la parte baja de su espalda y ella arqueó su espalda mientras yo empujaba más y más rápido.

― ¡Fóllame nene! ―dijo mientras yo empezaba a golpear su coño. La levanté un poco y seguí entrando, más y más profundo, más y más fuerte.

― ¡Cógeme nena! estás tan apretada que tu coño se siente muy bien alrededor de mi polla.

Me envolvió las piernas alrededor de la espalda mientras me ponía de rodillas, sus hombros son lo único que queda en la cama mientras empujo dentro y fuera de su pequeño coño apretado. Gimió más y más fuerte mientras me llevaba hasta el interior. Me agarré de sus caderas y seguí cogiéndola cada vez más fuerte, mi polla se siente increíble bañada por sus jugos y atrapada por su firmeza.

Empecé a sacarla y le pedí que se arrodillara. Ella felizmente accedió y lentamente empecé a meterme en su coño por detrás. Le agarré de las caderas y se la metí hasta el fondo. Quise ir despacio pero no me dejó y en su lugar, empezó a empujar hacia atrás contra mi polla forzándome a entrar en ella.

― ¡Joder! estás tan apretada que te noto como me envuelves la polla así.

Ella empezó a gemir más fuerte y me dijo que le diera una bofetada. Yo obedecí y dejé una marca roja oscura en su mejilla izquierda. Le alcancé y le tiré del pelo mientras me introducía más profundamente en ella. Al tirar un poco de su pelo sentí su coño agarrado a mi polla y me sentí como si me la estuviera follando, recibiendo una paja y una mamada al mismo tiempo. Era casi demasiado.

Empecé a empujar más y más fuerte ― ¿Vas a ser un buen chico y follarme como yo quiero?

Ella sabe que me encanta follarla a cuatro patas y eso me excita. Me la follé más y más fuerte, agarrándola por la cintura y dejando que mis pelotas la golpearan con fuerza.

De repente me retiré y la hice rodar sobre su espalda. Ella me rodeó con sus piernas, cerrando sus tobillos y forzándome a entrar muy profundamente. Puse mis manos en su trasero y la empujé más y más fuerte, mordiéndole el cuello cuando sentí que ella empezaba a hacer lo mismo. Me clavó las uñas en la espalda y yo bajé la mano y empecé a jugar con su culo. Se puso más y más apretada alrededor de mi polla e introduje mi dedo, un poco en su pequeño y apretado culo. Mientras lo hacía, sentí su mano en mi polla y su cuerpo comenzó a tensarse.

― ¡Fóllame nene! tengo tantas ganas de correrme ―gritó.

Ni siquiera me di cuenta de que había empezado a moverme rápido y profundo dentro y fuera de ella. Me se sentía tan bien y quería correrme con ella, que moví mi dedo más profundamente dentro de ella y noté que empezaba a correrse por toda mi polla mientras yo explotaba dentro de ella

Me quedé dentro de ella durante unos minutos y luego nos fuimos a tomar una ducha.

AG

Otro relato ...




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