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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Follé a la sobrina de mi mujer
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Hola mi nombre es Alberto y les quiero relatar mi experiencia prohibida con la sobrina de mi mujer, de nombre Jama. Eso ocurrió en Caracas, Venezuela.

En una oportunidad fui con mi esposa a una reunión donde mi cuñada. Allí la pasamos de lo mejor y en un momento, que esta fuera de la reunión, llego esta linda jovencita Jama. No la veía desde hacía varios años cuando era una menorcita. Me puse hablar con ella y me dice que me recuerda y que se había casado y tenía una niña. Luego de mucho rato conversando de todo con ella, le pregunto por su pareja y me dice que, en estos momentos, están separados y que ella estaba en casa de su mama Después me dice que está trabajando y que había muchos chamos que la enamoraban pero a ella no les paraba porque le gustan hombres maduros ya hechos. Nos reímos y cuando nos retiramos me despedí de ella.

Un día, estoy en un centro comercial y mi sorpresa fue encontrarla nuevamente. Andaba con su niña, conversamos mucho y me pregunto dónde yo trabajaba; le dije dónde y me dijo― Pronto te sorprendo y me caigo por allí.

Pasaron unas dos semanas y un día me llaman de la recepción de la empresa y me dicen que me solicita una joven. Salí atender y mi sorpresa fue mayúscula al ver a Jama allí, lindísima esperándome, La saludé con un beso en la mejilla y un abrazo. Eran como las diez de la mañana y me dijo― Te dije que te visitaría, ahora dime donde me vas a llevar ―Me quedé realmente sorprendido y le dije que subiera conmigo a mi oficina y al mediodía yo ya me podía retirar.

Salimos de mi trabajo y la lleve a comerse un helado. Estando en la heladería me dijo que lo que deseaba era tomar algo y conversar conmigo en otro lugar. Allí la miré y ella con picardía me dijo― Estas nervioso, no has estado con otra mujer fuera de mi tía ―Le respondí que si pero que ella era mi sobrina política y me cortó diciendo― Solo quiero charlar, tú me caes muy bien, siempre con mi hermana comentamos que tú eras simpático ¡chevere!

Fui a una licorería, compré una botella de ron y gaseosa, porque ella prefería tomar cuba libre, bebida popular en Venezuela. Llamé un taxi y fuimos a un hotel. Ya en la habitación preparé los tragos, conversamos de nuestras vidas, fui al baño y al regresar estaba ella acostada en la cama vestida― ¡Ven, acuéstate a mi lado! ―me dijo. Le tomé sus manos y le dije era muy hermosa. Sonrió y me dijo― Cálmate solo venimos hablar, no te me excites recuerda que eres mi tío ―y volvió a reír pero con una expresión picara. Eso fue el detonante, la tomé y la acerqué a mí. Se puso sonrojada y me dijo― ¡Bésame!

La bese profundamente y ella correspondió como poseída. Coloqué mis manos en sus hermosos senos debajo de su blusa y ella cerró sus ojos. La fui desnudando lentamente y comencé a besar, chupar, acariciar ese hermoso cuerpo. Ella gemía de placer cuando puse mi boca en su vagina; tenía una cuquita linda. Pedía que parara, que iba acabar y entonces le metí la lengua y frote su clítoris. Pegó un gemido profundo y su líquido empezó a salir, parecía que orinaba, era fantástico. Luego me dijo― ¡Que rico sabes excitar a una mujer ven penétrame!

Yo estaba como loco con esta mujer con ese cuerpo. Me desvestí y cuando me acerqué a ella me atrajo, tomé mi pene y se lo metió en la boca. Me lo chupaba súper rico, su lengua era la mejor. Me lo mamó hasta que no podía más. Traté de retirarme un poco pero ella me sujetó con mucha fuerza y me dijo― Acaba en mi boca quiero probar tu leche ―Me vacié en ella, era como la gloria. Estuvo con mi pene succionando todo el líquido. Nos abrazamos y más relajados nos miramos. Ella me dijo― No sientas culpa, yo soy toda una mujer, solo soy tu sobrina política y mi tía es muy afortunada de tenerte.

Brindamos y ella tomo de nuevo mi verga y dijo― Ahora quiero que me cojas duro, con pasión, como nunca has cogido a otra mujer, quiero tu huevo en mi cuca ―La jalé hacia la orilla de la cama, coloqué mi pene en la entrada de su rajita y la penetré. En cada embestida gemía muy fuerte, me decía― ¡Que rico cojes!

La bombeé por un rato, luego ella se subió sobre mí y cabalgo como endiablada. Gemía, gritaba y se vino como en dos oportunidades. Pero no sé si por el efecto del ron yo no eyaculaba. Me volvió a decir― ¡Que fuerte eres! Te voy a sacar esa leche, la quiero, la quiero.

La voltee y la puse de espalda, lamí su culito, sus nalgas eran hermosas. Introduje un dedo en su ano y me dijo― ¡Por ahí no! Todavía no lo he podido hacerlo con mi esposo por ahí. Le seguí chupando su cuquita y el culito hasta que se empezó a retorcer. El dedo se lo introduje nuevamente en el ano, gemía de placer y fue cuando la puse la verga; empujé despacio, entró la cabeza y gritó. Dejo de resistirse y se lo metí todo, gemía, decía― No puedo ―pero a medida que se lo metía y sacaba, fui acelerando hasta que sus gritos eran de placer― ¡No pares, cógeme más, más fuerte!

El culito lo tenía apretadito, era rico. No aguanté más y me vacié como nunca. Quedé sorprendido, la cantidad de semen fue muy abundante, le salía lentamente del ano. Se volteó, me besó y lloró abrazada a mí. Le pregunte si le hice daño y me dijo― No amor, me has hecho muy feliz, he tenido varios orgasmos, nada parecido a mi esposo. Le da asco hacer lo que me hiciste, chuparme el culo, la totona. El solo permite que yo se lo chupe a él y penetrarme. Gracias por cogerme tan rico, ahora entiendo porque mi tía no te suelta.

Terminó la tarde, nos bañamos y cuando ya estábamos vestidos para irnos me dijo― ¡Déjame volver a mamártelo! quiero que acabes en mi braga, para tener tu leche esta noche y no olvidar este momento.

Me la chupó con pasión y cuando iba acabar se tumbó en la cama, bajo su braguita y frotó el pene en su cosita; la leche cayó entre sus piernas y su cuquita. Se subió la braga y me dijo― ¡Gracias por complacerme!

Nos besamos de nuevo y salimos; en el camino me dijo que esto era nuestro secreto y que se iba del país para donde es oriundo su esposo, en el Perú, pero que antes de irse quería que estuviera con ella nuevamente. Lo hicimos así, está fuera de Venezuela pero no olvido esos momentos de pasión con ella, sobre todo la primera vez.

Espero les haya agradado este relato el cual fue totalmente real.

Alberto

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