La Página de Bedri
Relatos prohibidos Gina, la rubia y yo ADVERTENCIA: Esta página contiene textos, imágenes o enlaces que pudieran ser
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Gina terminó su curso y después de unas cuantas sesiones de sexo más regreso a su casa. Ella estaba feliz y yo también, prometimos seguir en contacto y así lo hicimos. Nos comunicamos mucho por videoconferencia y nos masturbamos mutuamente, a ella le encantaba ver mi cara cuando me corría. La convencí para que hiciera cosas que en realidad no quería hacer, pero me di cuenta de que cada vez era más sumisa conmigo, tuve que planear un viaje para verla. Gina me confesó que había conocido a un chico y que le gustaba bastante. Me alegré por ella y se lo dije. No quería que ella no tuviera una relación con alguien sólo para que yo pudiera seguir con aquella relación a distancia. Ella se merecía una relación estable. Las cosas fueron bien con Gina y su nuevo chico y después de un par de años se casaron. Gina me había dicho muchas veces que yo también debía encontrar a alguien. Seguimos manteniendo el contacto, pero cada vez menos a medida que su relación de pareja crecía y nuestra relación sexual terminaba. Tuve un par de citas con Judit de nuestra oficina central, Judit tenía unos 35 años, era hermosa y rubia. En nuestra tercera cita me invitó a cenar a su casa. Llevé unas botellas de vino obligatorias, una tinta y otra blanca, y Judit las disfrutó mucho, yo sólo tomé una copa porque volvería a casa en coche. Judit se había quejado de rigidez en el cuello durante la cena, así que me ofrecí a darle un masaje en el cuello y Judit accedió. Me puse detrás de ella y empecé a masajearle el cuello. Me di cuenta enseguida de que podía ver por debajo de su top desde donde yo estaba y que tenía unas areolas muy oscuras, lo cual es inusual para una rubia. Mientras hacía mi magia, pude ver que sus pezones empezaban a endurecerse, y besé el lado de su cuello― ¡Qué bien! ―dijo. Le estaba masajeando desde el cuello hasta los hombros y de nuevo hacia atrás. Judit cruzaba y descruzaba las piernas. Podía oler el jugo de su coño. En nuestra cita anterior habíamos hablado de nuestra vida sexual actual y ninguno de los dos tenía actividad sexual reciente, aparte de masturbarse. Desabroché disimuladamente otro botón de su blusa y bajé con cautela mis manos hacia sus tetas, todavía besando su cuello, apreté y acaricié sus tetas, y luego comencé a pellizcarle los pezones. Había un fuerte olor a jugo de coño, y un buen número de gemidos de Judit. Desabroché el resto de los botones y me puse a un lado de Judit, me incliné y empecé a besarle las tetas, y cuando tomé su pezón en mi boca ella inmediatamente jaló mi cabeza más cerca de sus tetas. Le mordí los pezones y ella gimió y suspiró. Le di la vuelta a la silla y me arrodillé frente a ella, sin dejar de besar, chupar y mordisquearle las tetas. Puse mis manos en sus rodillas y comencé a moverlas hacia arriba, al llegar a la parte superior de sus piernas comencé a alejarlas lentamente― ¡Oh, te burlas! ―dijo. Empecé a subirlas de nuevo y esta vez abrió mucho las piernas. Tomé eso como una invitación, y esta vez en lugar de apartar mis manos, continué. Noté humedad en mi mano, Judit no llevaba bragas, por eso probable que pudiera oler el aroma de su coño que estaba muy mojado. Utilicé una mano para jugar con su clítoris y la otra para separarle los húmedos labios de su coño e introduje dos dedos dentro de su vagina, los gemidos de Judit se hicieron más fuertes, y cuanto más rápido metía y sacaba mis dedos ella más fuerte gemía. Pronto se corrió y su coño soltó una gran cantidad de jugos mientras gritaba― ¡Jodeeerrr! ―Después de un momento, se levantó, me cogió la mano y me dijo― ¡Vamos a la cama! ―.Le dije ―No estoy seguro de poder esperar tanto ―y la empujé contra la mesa. Judit captó la intención y se echó hacia atrás con las piernas en el aire. Enterré mi cara en su coño, sabía tan bien como olía, y lo había estado oliendo durante mucho tiempo. Lo besé, lo lamí y me llevé los labios de su coño a la boca y los mordí. Estaba oyendo unos oohs y ahhs muy alentadores mientras me daba un festín. Me levanté, me bajé los pantalones y los bóxers y me tumbé sobre Judit. Mientras la besaba ella chupaba con avidez mi lengua saboreando sus propios jugos. Metí mi polla dentro de su coño muy lentamente, centímetro a centímetro, con el sonido de sus jadeos mientras chupaba mi lengua― ¡Oh, joder! ―la oí decir― ¡Oh, joder, joder, joder, esto es increíble! Empecé a follarla muy rápido y el sonido de mis pelotas golpeando su culo se hizo muy fuerte― ¡Cumple dentro de mí! ―dijo, no necesité una segunda invitación y mientras mi polla entraba y salía de su coño supe que iba a tener una enorme eyaculación― Me voy a correr", grité.― ¡Oh, joder, joder, joder! ―gritó Judit mientras eyaculaba dentro de ella. Nos quedamos allí durante unos segundos― Realmente necesitaba eso ―dijo Judit. Luego cogió una servilleta de la mesa y se la puso entre las piernas, me cogió de la mano y me llevó a las escaleras. Antes me había quitado los pantalones y los bóxers, así que los recogí del suelo y los llevé con conmigo. Llegamos al dormitorio e inmediatamente nos quitamos el resto de la ropa. Judit me empujó a la cama y empezó a besarme en los labios, luego la barbilla, luego el pecho, luego el estómago y luego me besó la polla y dijo― Gracias polla, ha sido un gran polvo ―luego se metió mi polla en la boca y empezó a lamerla y limpiarla del jugo de su coño― Me encanta ese sabor ―dijo, y me pregunté si se refería al jugo del coño en general o al de ella en particular. Judit me chupaba bien la polla, era suave y generosa, de vez en cuando me pajeaba y luego la devoraba con avidez. Judit decidió que quería mi polla dentro de ella de nuevo y acercó su cabeza a la mía para besarme, frotó los labios de su coño arriba y abajo con mi polla haciéndola húmeda y resbaladiza, y fue increíble. Insertó mi polla dentro de ella y se sentó, montándome al estilo vaquera. Sus tetas saltaban arriba y abajo mientras me montaba, las agarré a ambas y las apreté juntas, lo que pareció gustarle, y disfrutó cuando jugueteé con sus pezones entre mi pulgar y mi dedo índice. Empezó a acelerar y a tener otro orgasmo― ¡Oh, joder, joder, joder, me encanta tu polla dentro de mi coño! ―Luego se desplomó hacia delante y se quedó sin aliento durante unos segundos. ― ¿Sabes lo que realmente me gusta? ―dijo. ― ¿Dos botellas de vino? ―Bromeé. ― No, me gusta que me follen a lo perrito ―y entonces saltó de mí y adoptó esa posición. Me bajé de la cama y tiré de ella hacia el borde, eché un buen vistazo a su coño y a su culo y lamí suavemente desde la raja hasta el culo, lamí un par de veces más para hacer que su culo estuviera realmente húmedo y lubricado y luego metí mi polla en su coño. Judit gemía mucho mientras le follaba el coño muy rápido, y le abofeteé el culo, Judit gimió un poco y le volví a abofetear el culo― Oooohh ―gimió mostrando que le había gustado y le abofeteé el culo unas cuantas veces más ya que claramente lo estaba disfrutando. Entonces apoyé mis manos en su culo mientras me la follaba y dejé que mis pulgares empezaran a acariciarle el culo, ella estaba disfrutando y le pregunté― ¿Has hecho alguna vez sexo anal Judit? ―ella dijo que no lo había hecho pero que no le importaría probarlo, y entonces tuvo otro orgasmo gritando― ¡Fóllame el culo por favor, por favor, por favor! ―Por experiencia sabía que tardaría en abrir su pequeño culo lo suficiente como para meter mi polla dentro de ella, no es que tuviera una gran polla, pero eso es así. La cambié de posición en la cama para que siguiera a cuatro patas pero con la cabeza colgando del borde para que pudiera chuparme la polla mientras la abría. Al cabo de un rato empecé a abrirle el culo, y ella se había acostumbrado a la invasión de mis dedos y me chupaba aplicadamente la polla. La puse de lado y me acosté detrás de ella, inicialmente metí mi polla en su coño y le di unos cuantos empujones para que mi polla estuviera bien lubricada. Saqué la polla de su coño y la coloqué contra su culo, entonces metí mis dedos en su coño y tiré de su culo hacia mi polla, lenta pero inexorablemente, hasta que se la metí hasta los cojones. Empecé a follarla, lentamente al principio, pero luego mucho más rápido, Judit estaba gimiendo como lo hace y disfrutando completamente de su primera polla en el culo, se relajó y también lo hizo su ano― Espera, ―dijo― quiero ver esto―Y se apartó de mí y abrió la puerta de su armario, que tenía un gran espejo. Me hizo acostar de espaldas y se bajó sobre mi polla, mirándola en el espejo desaparecer en su culo― ¡Joder, es lo más cachondo que he visto nunca! ―dijo. Yo también lo encontré extremadamente cachondo mirando lo mismo en el espejo, y consecuentemente eyacule dentro de ella. ― Será mejor que te vayas, mi hijo llegará pronto a casa ―dijo. Más tarde me enteré de que el hijo de Judit vivía en casa con ella y aunque tuvimos bastantes sesiones nunca llegué a pasar la noche. Un día recibí una foto de Gina, era una foto del interior de su coño peludo, pero faltaba algo, era su himen. Recordé haberle pedido que me enviara esa foto durante nuestros días de encuentros sexuales y me prometió que lo haría después de casarse y perder la virginidad― Estoy llegando a tu ciudad ―decía el mensaje, y algo relacionado con el trabajo― ¿Podemos quedar para cenar? Y tal vez puedas presentarme a Judit ―Mis pensamientos instantáneos fueron “un trío”. Gina se había vuelto muy sumisa conmigo durante nuestras sesiones, y Judit había mencionado aquella primera noche lo mucho que le gustaba el sabor del coño ― Por supuesto que podemos quedar para cenar Gina, y me encantaría presentarte a Judit ―Ya le había enviado a Gina una foto de Judit cuando nos reunimos por primera vez y Gina la describió como una belleza. Y también le había enviado un video corto que había tomado de mí follando a Judit al estilo perrito y corriéndome en su culo, el comentario de Gina al respecto fue― Mmm ―Le había hablado a Judit de Gina cuando habíamos estado comentando nuestros anteriores encuentros sexuales, que fue cuando me contó un incidente con una amiga en una fiesta, cuando se habían besado, y Judit había deseado que hubieran ido mucho más allá. Le pregunté a Judit durante una de nuestras sesiones de sexo, si quería hacer un trío con Gina y conmigo e inmediatamente dijo que sí. Judit se excitó instantáneamente con la idea y fue particularmente vocalmente expresiva esa noche, cuando estábamos follando― No puedo esperar a verte follando ese coño peludo, mientras ella lame el mío ―dijo. Gina sabía lo que iba a pasar, de hecho lo había instigado, al enviar la foto y pedir que le presentara a Judit, lo único que no sabía eran los detalles. Judit quería planear lo que iba a suceder, así que la dejé. En nuestra siguiente cita, Judit me mostró algunas cosas que había comprado, lencería a juego de su talla y de la de Gina, un vibrador que no hacía ruido y un par de arneses. ― Cuando recojas a Gina, tráela aquí y dile que no llegaré a casa hasta dentro de unas horas. Llévala al dormitorio y fóllala en la cama. Yo voy a estar en el vestidor con la puerta abierta para poder mirar, para eso es el vibrador silencioso. En algún momento tienes que llamarme para que te acompañe. ― Entonces, ¿para qué es la lencería a juego? ―pregunté.. Así que el plan se estableció Judit era verme follando con Gina y luego unirse a ella. El plan de Gina era besar a aquella belleza rubia y lamer su coño afeitado, y mi plan era pasar las mejores semanas de mi vida. Gina llegó y cuando la recogí nos abrazamos como amantes perdidos. La llevé al parque, a ella le encantaba visitar el parque y mirar los árboles y las flores, y disfrutar del aire fresco, encontramos un lugar aislado para poder besarnos porque Gina era extremadamente tímida a veces. Luego, nos subimos al coche, y le dije a Gina que íbamos a casa de Judit, pero que estaría fuera hasta las 5 de la tarde aproximadamente, Gina me sonrió. Mientras conducía puse mi mano entre las piernas de Gina, era algo que siempre le había hecho durante su visita anterior. Cuando llegamos a casa de Judit se la mostré― Esta es la habitación de Judit ―dije ― Es bonita ―dijo Gina, la atraje hacia mí y la besé. Gina usaba mucho su lengua cuando besaba y sus besos siempre me la ponían dura. Empecé a desvestirla lentamente mientras nos besábamos, primero su blusa y su sujetador, luego le besé las tetas y le mordí los pezones, eso le gustó mucho. Judit nos miraba desde el armario, y se había bajado la bata y se estaba masajeando las tetas. Quería chuparle las tetas a Gina. Le desabroché los vaqueros a Gina y se los quité y las bragas a la vez, estaba desnuda y su coño peludo era un espectáculo para la vista, nos besamos un poco más, levanté uno de los pies de Gina sobre la cama, Judit podía ver ahora el agujero del amor de Gina. Judit se quitó la bata y puso en marcha el vibrador en su clítoris, ahora quería sus dedos dentro del coño de Gina. Acaricié el coño de Gina, y descubrí lo húmedo que estaba, froté mis dedos hacia arriba y hacia abajo de la raja, y luego deslicé un par dentro, Gina jadeó mientras nos besábamos. Moví mis dedos dentro y fuera rápidamente, Gina movía sus caderas al ritmo de mis dedos― ¡Aaaggghhh! ―gritó mientras tuvo su primer orgasmo. El grito me sorprendió y también a Judit. Le di la vuelta a Gina y la incliné sobre la cama, quería ver dentro de su coño, no sé por qué, pero lo hice. Separé sus labios y le di a Judit una gran vista, y luego comencé a lamer. Lamí, chupé y mordí sin parar. La respiración de Gina se hizo más fuerte y rápida y supe que era el momento de follarla― Ponte de rodillas en la cama ―le ordené― separa las nalgas para que pueda ver el agujero que me he follado antes y el agujero que me voy a follar ahora ―Gina hizo lo que le dije, ahora estaba muy seguro de que cuando le dijera que lamiera el coño de Judit no dudaría. Froté mi polla a lo largo de la raja de Gina y lentamente la metí dentro de ella que ya estaba empapada. Había esperado mucho tiempo. La follé con fuerza y rápido, sus jugos volaban de su coño a mis piernas― Aaaggghhh ―gritó mientras tenía otro orgasmo. Saqué la polla de su coño y me fuí a su cabeza, Gina agarró mi polla y la llevó a su boca. Todo aquello fue demasiado para Judit que tuvo un orgasmo, pero logró reprimir los gritos. Mientras Gina me chupaba la polla le hice señas a Judit para que viniera a comerle el coño a Gina. No necesitó que insistiera, salió del armario desnuda y enterró su cabeza en el coño de Gina, aunque Gina se sorprendió, no se escandalizó, todo el tiempo supo que Judit estaba allí, y nunca perdió el ritmo mientras chupaba mi polla. ― Quiero ver cómo te follas a Judit, la rubia ―dijo Gina. ― ¡Si, hazlo! ―dijo Judit. Gina se movió a un lado mientras Judit se ponía a lo perrito, empujé mi polla en el coño ya empapado de Judit y empecé a follarla. Gina puso su cabeza debajo de Judit y empezó a besarla. Gina estaba impresionada con el tamaño de las tetas de Judit y comenzó a apretarlas y a jugar con sus pezones mientras yo me la follaba aún más fuerte. A Gina le gustaba el aspecto del coño rasurado de Judit, mientras que Judit quería lamer el coño peludo de Gina. Gina se deslizó por la cama de espaldas y enseguida estaban haciendo un 69. Se la saqué a Judit y me dirigí a Gina de nuevo, pero esta vez le metí la polla por el culo y la follé mientras la lengua de Judit estaba en su coño. Después de un rato, me volví a Judit y la follé también por el culo. Las chicas estaban tan implicadas que se besaban con Gina encima y se comían los coños. Les separé sus piernas y pude ver los 4 agujeros que me había estado follando, todos en línea, así que me puse entre sus piernas y empecé a empujar mi polla al azar en los cuatro agujeros hasta que mis pelotas estaban a punto de reventar de semen. Las separé y dije― ¿Quién quiere mi semen? ―Las dos lo pidieron y me masturbé rápidamente y eyaculé sobre sus caras y tetas. Se turnaron para lamerme y chuparme y luego se dedicaron a lamerse mutuamente limpiándose de mi semen. Cuando recuperamos el aliento, dije― Judit, esta es Gina y Gina, esta es Judit. Después de cenar Judit me pidió que fuera a desvestirme al dormitorio ya que tenía una sorpresa para mí. Al cabo de unos minutos Judit y Gina entraron con lencería a juego, Historias con GinaEstos son unos relatos de AngelBD donde nos narra sus aventuras sexuales con Gina una joven mujer a la que conoció virgen. Poco a poco, cada vez hay más relatos porque poco a poco os vais animando a escribirlos y a enviarlos para compartirlos. A lo mejor, tienes cosas que contar y que te apetece compartir, pues este es el sitio. Si lo deseáis, puedes enviar tu relato a la dirección que figura en este enlace enviar relatos prohibidosY si lo que quieres es copiar algún relato y compartirlo en tu sitio, o en otro, no olvides copiar y pegar también el enlace de donde lo has obtenido. y el nombre del autor, no cuesta nada y es de justicia.Y si estás interesado en adquirir esta página, debes de saber que está en venta. Si tienes interés, puedes contactar con nosotros aquí. |
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