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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Hermanastra traviesa
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Era un caluroso día de agosto. El verano estaba llegando rápidamente a su fin y el colegio empezaría en un par de semanas. Yo estaba vestido sólo con unos vaqueros cortados, sin necesidad de una camiseta. Mi hermanastra había estado nadando y llevaba un pantalón corto rosa sobre su bikini.

Intenté no mirar sus tetas, que se movían al pasar, después de todo era mi medio hermana, pero la parte superior del bikini no cubría mucho y era difícil no mirar. Nuestros padres estaban en el trabajo y estábamos solos en casa todo el día. Yo estaba viendo la televisión y ella entró en la casa y se fue a su habitación su habitación. Los dos estábamos bastante aburridos y acalorados.

Ella salió de su habitación y se sentó en una silla al lado del sofá en el que yo estaba sentado. ― Estoy aburrida ―dijo― No sé qué hacer, iba a ir de compras con mi amiga Berta, pero acaba de llamarme y lo ha cancelado.

― Sí ―respondí ligeramente molesto― Chicas guapas, ¿eh? ―Supongo que respondí. Ella estaba tratando de sacarme de quicio.

No sé qué tenía en mente, pero se acercó a mí y me cogió de la mano― Ven a mi habitación un momento.

En su cama tenía un par de revistas de sexo, me pregunté por qué las tenía, pero pronto lo descubrí. Se quitó el top y se bajó los pantalones cortos, se sentó desnuda en la cama y empezó a hojear las revistas, encontrando un par de fotos. Su cuerpo desnudo me puso cachondo y traté de ocultar mi erección― Se rió y dijo que no, no, no, no es justo dejar tu ropa puesta cuando me quité la mía. Me desabrochó los pantalones y me los bajó― Siéntate conmigo.

Nos sentamos en la cama mirando fotos de mujeres desnudas y mi polla se puso durísima.

Mi hermana se recostó en la cama y me dijo― Lámeme y cómeme el conejito el coñito.

Me puse entre sus piernas y lamí la raja de entre sus piernas. Sabía muy bien, incluso el parche de vello rubio que rodeaba su dulce coño. Ella apretó sus tetas mientras yo lamía y gimió― Mmm ¡Que agradable!

Después de lamerle el coñito un rato me pidió que parara, que me levantara un segundo. Me levanté y ella se puso boca abajo con su hermoso trasero frente a mí― Lámeme la raja del culo.

Me arrodillé y empecé a pasar mi lengua por su raja del culo ―Mmm ―gimió―Es… agradable.

Entonces me pidió que le lamiera el agujero. Separé sus nalgas y busqué su capullo rosado con mi lengua. Lo encontré y chupe y lamí el dulce agujero de su culo― Ohhh ooohhhh volvió a gemir.

― ¡Es buenooo! ¡Dios! ¡Es muuuyyy buenooo! ―exclamó mientras enterraba su cara en su almohada y gritaba temblando.

Después de unos minutos se levantó de y se puso de rodillas en el suelo― Voy a chuparte la polla.

Empezó a chuparme la polla como una experta, sorbiendo y babeando toda mi polla. Era muy caliente, es muy buena, una autentica profesional.

― Mmm ooohhh ―gemí porque ahora era mi turno de gemir y noté que mi semen se acumulaba en mis pelotas.

― ¡Dame hermanito, córrete sobre mí!

Se apartó y yo empecé a masturbarme. En poco tiempo me corrí en sus tetas y en su cara.

― Mmm ―volvió a gemir.

Luego se rió y sonrió― Niño travieso lamiendo el agujero del culo de tu propia hermanita. Mmm.

Se levantó y me besó la mejilla con sus labios llenos de semen. ¡Qué día más interesante resultó ser!

Jerry

Otro relato ...




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