La Página de Bedri
Relatos prohibidos Inicios
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Como cualquier otro chico he visto porno para satisfacer mi deseo de placer. Incluso después de diez años de matrimonio con Catalina y yo todavía lo hacemos casi todas las noches y dejamos fluir la pasión. Catalina, mi esposa había tenía cinco relaciones antes que yo apareciera, pero ella me dijo que nunca había tenido relaciones sexuales en ninguna de ellas. Pero un día nos emborrachamos en un bar y llegamos al tema de las mamadas en el auto. Y una cosa llevó a la otra y de mala gana me contó acerca de uno de sus novios en la universidad al que se la había chupado en el auto y de cómo era la primera vez que probaba semen pero no se lo tragó. Ella no me lo había dicho por algún motivo, pero ahora, después de una década de estar casados, no tenía realmente nada de importancia. Pero en el fondo, aquello me excitó mucho. La imagen de mi esposa con una polla en la boca y también mí parte bisexual se puso de manifiesto. Así que abrí otra cerveza e indagué más para ver si ella recordaba lo grande que era y el sabor de su semen. Ella se negó y aunque le noté algo de vacilación, no seguí con el tema. En el camino de regreso a casa, le dije que era excitante escucharla y que estaba bien hablar de ello. Catalina entonces, sorprendentemente, me preguntó si estaba preparado para una mamada en el camino de regreso. Detuve el auto en un lugar apartado cerca de la carretera y me la chupó. Después de acabar dejó que mis manos entraran bajo su ropa interior y pude notar que estaba completamente mojada. Sabía que había estado pensando en esa otra polla mientras chupaba la mía. Cuando llegábamos a casa pude notar que Catalina no iba a acabar la noche sin obtener algo. Tan pronto como entramos a la casa, ella se quitó la falda negra pero las bragas puestas y pude ver la humedad en su ropa interior blanca. Me senté en el sofá, me quité los pantalones vaqueros y comencé a acariciarme la polla mientras Catalina se quitaba su camisa verde mostrando sus amplias tetas. Pude ver los pezones duros a través de su sujetador blanco. ¡Después de eso, simplemente saltamos el uno sobre el otro como conejitos! Mientras estaba follando su increíble trasero, ella cerraba los ojos y se chupaba los dedos. ¡Me di cuenta de que seguía pensando en otra polla en su boca! Después de limpiarnos, le pedí que fuera honesta y me dijo si eso era lo que había estado pensando. También le dije que podría estar bien hacer eso. Ella admitió que sí, que en eso era en lo que estaba pensando, y sí, estaría dispuesta a intentarlo. Este fue el comienzo de cómo logré que Catalina se follara dos pollas al tiempo. Pero esas son historias para otro momento. Otro relato ... Poco a poco, cada vez hay más relatos porque poco a poco os vais animando a escribirlos y a enviarlos para compartirlos. A lo mejor, tienes cosas que contar y que te apetece compartir, pues este es el sitio. Si lo deseáis, puedes enviar tu relato a la dirección que figura en este enlace enviar relatos prohibidosY si lo que quieres es copiar algún relato y compartirlo en tu sitio, o en otro, no olvides copiar y pegar también el enlace de donde lo has obtenido. y el nombre del autor, no cuesta nada y es de justicia.Y si estás interesado en adquirir esta página, debes de saber que está en venta. Si tienes interés, puedes contactar con nosotros aquí. |
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