Hacia muchos días que no tenía sexo con mi cuñado y ya estaba mi cola que hervía. Una mañana vamos con mí esposa al mercado y cuando me dirijo al baño, veo escrito en la puerta “TE COJO” y un número de teléfono. Sin dudarlo un instante anote el número, pensando mandarle un mensaje ni bien estuviera solo.

El lunes al ir al trabajo le mande un mensaje diciéndolo “Hola” solamente, a lo que él respondió enseguida, preguntándome quien era y donde había obtenido su número de teléfono.

Le dije que lo había visto escrito en una puerta de un baño del mercado y allí el se dio cuenta que lo que yo quería era obtener sus servicios y que me hiciera sentir su pija muy dentro mío.

Quedamos en vernos al otro día, en la estación de San Miguel. Llegue puntual y al instante se me acerca un muchacho unos 30 años, con barbita candado, delgado muy simpático. Me dijo -Hola soy Guille! ¿Vos sos Daniel?

 –Si, le dije y subió al auto.

Arrancamos y me dirigí a la ruta 8, para la zona de Pilar. Allá hay mucho campo y zonas donde no hay gente alguna.

Anduvimos un rato y no encontraba un lugar donde parar, hasta que por fin encontramos una estación de servicio abandonada y allí nos metimos con el auto. Paré el motor y empezamos a hablar. Yo empecé a meterle mano, debajo del pantalón sintiendo una pija hermosa. No era gigante, pero era dura, gruesa y muy sabrosa.

Luego de unos instantes, corrimos los asientos un poco hacia atrás para yo poder agacharme y meterme todas su pija en mi boca. ¡¡¡Que delicia!!! El comenzó a gemir al instante. Luego de un rato de pajearlo y chupársela al mismo tiempo, me lleno la boca de su leche, tibia y espesa, pero muy rica.

Nos acomodamos la ropa y nos fuimos. El me preguntaba si me había gustado su pija, a lo que yo le respondía que si, pero que la hubiese preferido dentro de mi cola. ¡¡¡Eso lo ponía a mil!!! Quería cogerme en plena avenida, en cualquier lugar. Así que quedamos en encontrarnos otro día.

Luego de quince días de mensajearnos a través del celular y de prometernos cosas, que me iba a coger a full, que me iba a echar tres polvos, etc. A lo que yo le respondía que si, que lo deseaba y lo estaba esperando con muchas ganas. Finalmente llego el día y al vernos nos dimos un beso, medio en los labios, medio en la mejilla y decidimos ir a un hotel.

Jamás había ido a uno, con otro hombre. ¡¡¡Me moría de vergüenza!!! Pero pudo más la calentura que todo lo demás. Llegamos a la habitación, nos desnudamos, nos acostamos y empezamos a besarnos a full. ¡¡¡Qué bien que besa!!! ¡¡¡Que labios tan suaves tiene!!!! Luego de un rato; el me pedía una y otra vez que se la chupara como lo había echo el otro día en el auto. Por lo que fui bajando con mis labios hasta llegar a su miembro, que de por si estaba más duro que nunca.

Luego de saborearlo por unos 10 minutos me dijo que estaba a punto de eyacular, por lo que me detuve un instante, y le ofrecí mi cola. ¡¡¡Estaba como loco!!!Me puse boca abajo y con mis manos abrí mi cola para dejarle el camino bien abierto. Al ver ese panorama, el acomodo su miembro en la puerta de mi ano y lo fue deslizando muy suavemente, muy hermosamente. En ese momento me sentía en las nubes, en el cielo. Tener una pija, de alguien a quien prácticamente no conocía y disfrutando de ella, era algo que jamás había pensado que ocurriría un día.

Luego de unos minutos de una cogida fenomenal, acabo llenándome la cola de su exquisita leche. Yo me puse un poco triste, pensando que ya todo terminaría allí, pero él me dijo, -Chupámela un ratito mas para que se pare nuevamente. Y fue lo que hice al instante. Luego de chupársela unos minutos ya estaba dura de nuevo y con ganas de seguir cogiéndome. Esta vez puso mis piernas sobre sus hombros y me la introdujo de un envión. Así estuvo un rato, luego, yo le pedí que me lo hiciera tipo cucharita, que es una de las formas que más me gusta que me lo hagan.

Así estuvimos otro rato. Ya el estaba a punto de acabar nuevamente. Esta vez le pedí que me dejara saborear su néctar. El me la arrimo a la boca y luego de un par de chupadas me lleno la boca.

Descansamos un rato, nos dimos una ducha y allí mismo se le puso dura de vuelta y me cogió bajo la lluvia, tipo perrito en la ducha.

Terminamos de ducharnos, nos vestimos y ya nos pensábamos retirar del hotel, cuando miramos la hora y aun faltaban 10 minutos para terminar el turno, por lo que Guille me dice: -Si aún faltan 10 minutos chupámela un rato más. Se baja el cierre de su pantalón y saca su hermosa pija para que se la chupe un poco más. No me hice rogar ni un segundo, empecé a pajearlo y a mamársela con muchas ganas hasta que me lleno la boca nuevamente. Era un toro cogiendo, me acabó 3 veces en 9 minutos, y yo dichoso de el.

Ahora si salimos del hotel, lo lleve hasta la estación del tren y me despedí de el con una linda manoseada de pija. Prometiéndonos vernos pronto otra vez. Con Guille nos seguimos juntando cada tanto y cada vez que estoy con él lo disfruto mucho.

Bueno amigos espero les haya gustado mi relato. Este, como todos mis relatos son 100% reales.

Daniel

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