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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Mis encuentros con Alejandro
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Esta relación comenzó hace ya más de 5 años y les puedo jurar que, además de mis encuentros sabrosos con mi cuñado, fueron los encuentros sexuales más maravillosos que pase con un hombre.

Cierto día, chateando por teléfono, se me presenta un señor, que dice ser preferentemente activo,-Alejandro me llamo, tengo 58 años, soy activo y me gustaría conocerte-me dijo.

Yo acepte de inmediato, ya que por esos días la relación con mi cuando estaba un poco enfriada.

Quedamos en vernos al día siguiente, en la bajada de la autopista 25 de mayo y Av. La Plata, en Buenos Aires y nos gustábamos, nos iríamos a un hotel, a pasar un gran momento junto.

Al llegar, le envío un mensaje al celular y me contesta que está en camino. Mis nervios me hacían transpirar más que de costumbre, las ansias por conocerlo y sentir a un macho dentro de mi cola, me ponía a mil. Los minutos parecían horas esperándolo.

De pronto, se presento ante mí un hombre 1.77, unos 80 Kg., bigote con barba candado muy pequeña.

-Hola, ¿Daniel?

-Siii!! Le conteste, desde adentro del automóvil. Tú debes ser Alejandro. ¿No?

-Si- me dijo él. Al instante le abrí la puerta del auto y lo invite a subir.

Una vez dentro, nos miramos, de arriba abajo. El me pregunto: ¿y qué te parezco, te gusto? A lo que le dije que si. -¿Y yo, que te parezco? Me gustas, respondió.

¿Entonces vamos a un hotel?. A lo que le respondí con un siii. No podía contener mis ganas de besarlo ahí mismo, o de meterle mano bajo el pantalón.

Llegamos, ni bien cerramos la puerta de la habitación, comenzó a desnudarse, y yo lo imite al instante.

El ya lo había hecho muchas veces con hombres distintos, entonces tomo la delantera. Para mí era la primera vez que lo hacía con un desconocido.

Al desnudarse, en forma completa comienza a abrazarme y besarme con gran pasión, metiéndome la lengua hasta el fondo de mi boca. ¡¡¡¡¡¡Que hermosos besos estaba recibiendo de mi amado Alejandro!!!!!!.

Se sentó en la cama y yo parado besándolo. Luego lo empuje a la cama y me acosté sobre él, continuando besándonos. En un descuido de él, le tome su pija y me la coloque entre las piernas, cerquita de la entrada de mi cola, y juntaba las piernas para presionarla.

-No era que no tenias experiencia?- Me dijo.

¿Quién te enseño todo esto, la virgen María?- Me decía, dándome mucha gracia.

-Yo te dije que lo hice con pocos, no pocas veces- Con los pocos que lo hice lo hicimos por muchísimo tiempo y de mil formas diferentes.

Así estuvimos un largo rato, besándonos, acariciándonos la cara, su hermoso cuerpo, hasta que baje a su hermoso miembro, el cual acaricie, poniendo duro como una roca.

Nos levantamos de la cama, yo me quede sentado en el borde y él al pararse quedo con su miembro cerca de mi boca, a lo que se lo agarre con mi mano derecha y me lo metí de una en la boca. El comenzó a gemir, parecía que le estaba encantando.

Estuve un rato chupándoselo, hasta que me invito a darnos una ducha juntos.

Allí, además de miles de besos más, comenzó a acariciarme la cola y jugar con sus dedos. Me pidió que me ponga de espaldas a él y que me agache un poco, bajo la ducha. Acomodo su miembro en la entrada de mi cola y lo fue metiendo muy de a poco. No tenía un pene muy grande (unos 16 cm) y ni muy ancha, por lo que, con la dilatación de sus dedos, el agua de la ducha y un poco de jabón que ayudo también, me entró casi de una. Apenas tuvo que ir haciendo unas pausas para llegar a golpear sus testículos con mis nalgas.

Al llegar al fondo comenzó un mete y saca ¡¡¡¡MARAVILLOSO!!!! Luego, al sentir que estaba por terminar, retiró su pene, se dio vuelta, se arrodilló frente a mí y se metió todo mi miembro dentro de su boca, saboreándolo con mucho placer.

Cuando lo tenía rígido, me dio la espalda y poco mas se lo clavó el solo, ya que me lo agarró con su mano, lo colocó en la puerta de su ano y fue empujando hacia atrás hasta tenerlo todo dentro de él. Al estar todo penetrado, lo tomé de su cintura y comencé a metérselo, lo más a fondo como podía (mi pene no es gran cosa).

El comenzó a gozar como loco y yo también. Si bien a mí me gusta más que me cojan que yo coger, pero con Alejandro lo estaba pasando muy bien.

Terminamos de bañarnos, nos secamos un poco los cuerpos y nos fuimos a la cama nuevamente, para seguir dándonos amor.

Continuamos con los besos, las caricias. Cada rato el me ponía boca abajo, se acostaba sobre mí y me penetraba con intensidad. Al sentir que estaba por acabar, paraba y yo comenzaba a penetrarlo a él. Lo penetré boca abajo, tipo perrito y con las piernas de él en mis hombros. El también lo hizo de todas las formas posibles.

Luego de más de una hora de cogernos mutuamente, le pedí que cuando fuera a terminar lo hiciera dentro de mi boca, a lo que él se negó y me dijo que eso era asqueroso y penetrándome con la boca abajo, al llegar el momento la sacó de mi cola y me llenó la espalda de su hermosa leche. Yo la tomé con mis dedos y me metí en mi boca parte. El me miraba como desconcertado y dándose cuenta que realmente me gustaba mucho el sabor de la leche.

Luego lo puse tipo perrito y comencé yo a penetrarlo a él con el fin de terminar yo también. Al cabo de un rato comencé a sentir ese fuego interior y le llené la cola de leche.

Nos besamos un rato mas, nos cambiamos y nos fuimos.

Con Alejandro cogimos 10 veces, y en las siguientes veces me dejó tomarme toda su lechita, hasta en una le hice tomar la mía a él también, siempre en hoteles de capital. Algunos con jacuzzi, muy bonitos, otros no tan lindos; pero estando con Alejandro, me hubiera gustado hacerlo aunque sea en los pastos, al costado de una ruta.

Daniel

Otro relato ...




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