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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Mantenimiento de piscinas
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El invierno había terminado y los primeros días con temperaturas cálidas habían llegado. Ya era el momento de disfrutar del sol y la piscina. La señora Barbosa estaba junto a la piscina, con su nuevo bikini esperando a que llegara el servicio de limpieza. No pasó mucho tiempo cuando llamaron a la puerta― Está abierto ―gritó.

Jairo empujó la puerta y entró cargado con su equipo y acompañado por un chico más joven. ―Voy a hacer el servicio de mantenimiento de la piscina este verano y he traído a mi hermano menor para enseñarle las cosas. Trabajará en la empresa este verano antes de ir a la universidad en otoño.

― Bienvenidos chicos, adelante y empiecen, y por favor llamadme Linda.

Los chicos se quitaron las camisetas y empezaron a trabajar en la piscina y a sudar por el calor de la mañana.

―Jun, ¿podrías ponerme un poco de loción en la espalda?

― Por supuesto señora Barbosa, quiero decir Linda.

Jun comenzó a aplicarle la loción solar y Linda se levantó y se desabrochó el top― Es un bikini nuevo y odio las marcas de bronceado.

― ¿Seguro que esto está bien?

― Por supuesto Jun. Por cierto, tienes manos y pecho grandes y fuertes, debes pasar mucho tiempo en el gimnasio. Creo que te he visto en algún sitio antes.

― He jugado al fútbol en el equipo local y cruzo muchas veces en bicicleta por esta calle para ir a entrenar.

― Pudiera ser, me parece recordarte, por supuesto recuerdo haberte visto pasar en bicicleta. ¡Pon loción también en mis piernas y mis muslos!

El chico comenzó a extenderle la loción solar en las piernas y ella las abrió para él. Jun no puedo evitar ver el bulto de los labios de la vulva bajo la braga del bikini y se sintió un poco avergonzado.

― Jun, seguramente un jugador del fútbol como tú tiene muchas novias.

― Bueno, en realidad me he pasado mucho tiempo en los entrenos y estudiando.

Ella se dio la vuelta, se quitó el top y dijo― Ahora por el frente, por favor.

Jun aplicó cuidadosamente la loción y cuando tuvo su mano en el pecho lleno, ella puso su mano encima de la de él y le pidió que se la extendiera bien― No pares hasta que te se lo diga. ¡Dios que bien siente, Jun!

El notó la mano de ella en su entrepierna, desabrochando sus jeans y bajando la cremallera y dijo― ¿Estás segura de eso, Linda?

― ¡Dios! Sí, Jun, sácate la polla para mí, necesito un joven que me folle bien.

Ella se quitó las bragas del bikini y el chico pudo ver que ya estaba húmeda. ― ¡Cómeme el coño, Jun! Utiliza tus dedos y tu lengua en mi coño, pero mantente alejado de mi culo

El chico se arrodilla entre las piernas de ella introduciendo sus dedos y acariciándole el clítoris.

― ¡Más rápido y más fuerte! ―exigió ella― ¡Oh Dios! Jun no pares me voy a correr. Y ella le explotó en la cara y se dio cuenta de que el hermano estaba de pie mirándolos y tocándose la polla.

― Ahora fóllame Jun mientras yo se la chupo a tu hermano ―dijo ella jadeando excitada.

Jairo la cogió por la cabeza de ella con ambas manos y empezó a follarle la boca mientras Jun la penetraba por el coño

― No tengo condón, ¿quieres que la saque antes de correrme? ―dijo el chico mientras se la metía hasta atrás.

― No Jun, quiero toda tu eyaculación dentro de mí.

Jun y Jairo empujaron cada vez más fuerte, más rápido y más profundo en ella. Y entonces ambos explotan al mismo tiempo, con chorro tras chorro de semen en su garganta y coño y ella estremeciéndose se corrió nuevo.

― ¡Esto ha estado increíble chicos! Creo que mi piscina necesitara servicio de mantenimiento cada semana.

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