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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Mi esposa dejó que se la metiera en el culo
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Esta es una pequeña historia. Mi esposa y yo estamos en la treintena y ya llevamos varios años casados. Nuestra vida sexual siempre ha sido satisfactoria pero ahora estamos teniendo el mejor sexo de nuestras vidas. Nuestras últimas sesiones sexuales han sido especialmente intensas y apasionadas.

Mi esposa, que goza de una excelente salud, ha perdido mucho peso últimamente y su libido se ha disparado. En eso no hay quejas. Incluso hemos empezado a compartir fotos en las redes sociales, lo que ha hecho que también haya más diversión en el dormitorio.

Cuando mi esposa bebe se pone cachonda y le gusta convertirlo en un juego. Habíamos acostado a los niños, y los dos estábamos tomando unas copas, viendo la tele, dejando que la noche se calmara. Mientras estaba sentada, a mi lado en el sofá, con una manta sobre ella y sus pies reclinados, noté que sus caderas comenzaban a mecerse, hacia adelante y hacia atrás, y escuché algunos sutiles gemidos en voz muy baja. Si bien mi intención inicial era tirar de la manta, sabía que pretender ignorarla produciría mejores resultados. Después de un par de minutos de estar felizmente “inconsciente” y “ajeno” de lo que me rodeaba, noté que la manta ya no cubría su camisa, y miré para ver sus pálidos pechos brillando en la suave luz de la televisión. Luego guió mi mano hacia ellos, y con su otra mano metió la mano en la abertura frontal de mis calzoncillos y comenzó a acariciarme la polla, mientras continuaba viendo la televisión como si nada estuviera mal. Esto continuó hasta que el programa que estábamos viendo terminó y ella se dirigió rápidamente al dormitorio sin decir una palabra. Obviamente la seguí.

Una vez que entramos en el dormitorio, la intensidad aumentó inmediatamente de forma exponencial. Empezamos a besarnos sobre la cama, ella sobre su espalda y yo encima. Empecé a chuparle los pezones y a jugar con sus pechos amasándolos con mis manos. Empecé a reposicionarme para chuparle el coño, pero en vez de eso tiró de mis brazos hacia adelante, bajó la mano y metió mi dura polla dentro de ella. Estaba empapada. Tuvimos sexo por unos minutos, mientras se la metía profundamente y su respiración se intensificaba. Luego puse una almohada debajo de su trasero y empujé sus caderas hacia atrás, con sus rodillas hasta el pecho, moviendo la cabeza de mi polla contra el techo de su vagina con cada empuje. No tardó mucho en empezar a correrse, y yo a sentir su coño apretarse y palpitar alrededor de mi polla. Casi me pone al borde de venirme pero aún no estaba listo para terminar allí.

Se giró sobre sus rodillas, con el trasero en el aire y las piernas ligeramente separadas. Tiré de sus caderas hacia mí, agarrándola de las nalgas y metiéndosela profundamente. Ella había metido la mano entre los muslos estaba jugando con su clítoris. Su coño comenzó a apretarse de nuevo alrededor de mi polla así que cogí velocidad y le dije que estaba a punto de acabar, y que quería correrme dentro de ella.

Entonces ella dijo― ¿Es ahí donde quieres terminar? Puedes acabar en mi culo si quieres

― No digas nada más ―le respondí.

Fui a buscar un poco de lubricante y me unté la polla con él. Ella me quitó la botellita y empezó a lubricar su pequeño y apretado agujero. El solo hecho de ver su dedo deslizarse dentro de su trasero hizo que mi polla se pusiera aún más tiesa y dura. Luego ella se giró sobre su lado derecho, tirando de mi brazo derecho por debajo de ella para agarrar su pecho. Con mi mano izquierda guié mi polla dentro de su apretado culo, empujando con cuidado. Ambos emitimos gemidos audibles cuando la cabeza de mi polla entró. Entonces ella tomó mi mano izquierda con la suya y me hizo agarrar su pecho izquierdo mientras yo empezaba a empujar lentamente hacia ella. Sabía que no duraría mucho, se sentía increíble. Ella se echó hacia atrás contra mí y gimió profundamente, mientras toda mi polla entraba dentro de ella. Lentamente tomé velocidad de nuevo, agarrándome a sus tetas y cogiéndome a ella hasta que no pude aguantar ni un segundo más.

Acabé tan fuerte dentro de ella que todo mi cuerpo tembló. Ella me acercó y me apretó las manos contra sus pechos. Tuve réplicas de placer cuando ella apretó mi polla con su culo varias veces. Me quedé dentro de ella unos minutos hasta que recuperamos la respiración. Luego nos levantamos y nos duchamos.

Anónimo

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