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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Mi mujer Mamen
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Mamen y yo nos casamos muy jóvenes, sin acabar los estudios y sin tener trabajo, así que las dificultades económicas eran constantes. Cuando mi esposa consiguió un trabajo de media jornada un gran hotel el dinero nos vino muy bien. También y aprovechando esa relativa bonanza, Mamen comenzó a comprar ropa nueva y no pude evitar darme cuenta de que a menudo eran bastante sexy y seductora. Casi al mismo tiempo, comenzó a llegar más tarde a casa del trabajo por las noches.

―Salgo con algunas chicas del trabajo esta noche y puedo llegar muy tarde porque vamos a una discoteca ―me dijo: un sábado por la noche.

No me agradaba pero pensé que se merecía un poco de diversión después de trabajar duro todas las noches de la semana.

Eran más de las cuatro de la madrugada cuando ella llegó a casa y yo no estaba muy contento. ―¿Dónde has estado hasta ahora? ―le pregunté cuando llegó al cuarto y comenzó a quitarse la ropa para acostarse.

―Será mejor que te cuente la verdad porque algunos de los vecinos lo vieron dejándome, no sé lo que estaban haciendo mirando por la ventana a esta hora de la noche.

―¿Qué quieres decir con quién te dejó?

―Bueno, su nombre es Juan y ha estado detrás de mí durante semanas y he dejado que me traiga a casa varias veces y esta noche salí con él, tuvimos a una cita.

―¡Jesús! ¿A qué estás jugando?

Ella se metió en la cama a mi lado y dijo―Todavía no he hecho mucho con él.

―¿A qué te refieres con que no has hecho mucho con él?

Se apoderó de mi polla y dijo ―¿Quieres que te lo cuente?

Sentí que mi polla se ponía rígida y subí entre sus piernas y cuando ella me permitió subirla, me preguntó nuevamente― ¿Quieres que te cuente todo al respecto?

Empujé hacia arriba ella y dije― dime.

―Bueno, cuando me traía a casa, estos días atrás, no parábamos un poco antes de y nos besuqueábamos y me tocaba las tetas.

― Continúa con lo que pasó esta noche.

―Te estás volviendo un pervertido ¿Si te lo digo me dejarás tener otra cita con él?

Estaba realmente excitado y me sorprendí al oírme decir― sí, solo dime qué pasó.

―Bueno, esta noche lo dejé ir un poco más, me quitó el sujetador y me estaba besando las tetas cuando sentí que deslizaba su mano por el interior de mi muslo y no lo detuve, y él realmente metió sus dedos en mi coño.

―¿Y te folló?

―Nooooo, pero le prometí que lo dejaría en mi próxima cita, ¿Todavía me vas a dejar salir con él otra vez?

―Está bien, puedes hacerlo si realmente es lo que quieres hacer.

―De acuerdo, tengo una cita con él mañana por la noche.

La noche siguiente, mi esposa estaba ansiosa por su cita con Juan, me llamó y me preguntó ―¿Dónde están esas prendas de lencería fina que me regalaste por mi cumpleaños?

―¿Te refieres a las que dijiste que eran tontas y una pérdida de dinero?

―Sí, esas...pero creo que a Juan le gustarán.

Le indiqué donde estaban y la observé mientras se las ponía.

―Te ves genial y muy sexy ―le dije

Algunos minutos más tarde ser iba con hombre que sabía que se la follaría esta noche.

Estaba en la cama cuando regresó llegó a casa alrededor de las dos de la madrugada.

―Es más temprano de lo que esperaba, ¿Cómo te fue?

Se desvistió rápidamente y se metió en la cama. Luego ella agarró mi polla y me preguntó ―¿Quieres saber todo lo que pasó?

―Por supuesto que sí, ¿Lo pasaste bien?

―Sí, muy bien, y también Juan, solo lo hicimos una vez, pero duró mucho tiempo antes de que él acabara y tuve tres o cuatro orgasmos antes de que él se corriera.

―¿Tiene una gran polla?

―¡Oh sí! aproximadamente un par de dedos más larga que la tuya y mucho más gorda, La sentí enorme cuando la empujó hacia arriba.

Intenté ponerme encima de ella, pero me lo impidió diciendo― No, no esta noche, pero te haré una paja

―Está bien, pero continúa y cuéntamelo todo.

―Bueno, nos metimos en la parte trasera de su coche, nos desnudamos y nos abrazamos y besamos durante mucho tiempo, después acarició mis pechos y sentí su mano sobre mi rodilla, así que abrí mis piernas para que pudiera llegar al coño. Después de eso, no pasó mucho tiempo hasta que se puso entre mis piernas y sentí que su polla terminaba empujando contra mis labios. Tuve que ayudarlo a meterla, pero una vez que estaba dentro de mí comenzó a empujar duro y rápido hacia arriba y realmente estaba disfrutando de la sensación de su polla moviéndose dentro de mí. Pronto tuve mi primer orgasmo y eso pareció excitarlo más y comenzó a embestir con su polla contra mí y me volví a correr. Por supuesto, pronto él se corrió después de eso.

―¿Se puso una goma?

―No, estoy tomando la píldora y de todos modos sabes que no me gustan esas cosas. Además, todos modos hacerlo en el coche no era muy cómodo, así que le dije que él podría venir aquí cuando estés de turno de noche.

―¿Vas a dejar que te folle en nuestra cama?

Sí, claro que sí, y él probablemente querrá pasar toda la noche conmigo para que pueda follarme más de una sola una vez.

Acepté y cuando llegué a casa después de mi turno de noche me fui directamente a la cama y Mamen dijo―Menos mala que no has regresado a casa media hora antes.

―¿Por qué, qué ha sucedido?

―Juan ha estado aquí toda la noche y hace media hora todavía estaba encima de él con su polla dentro de mí y me tenía chillando de placer.

― Así que has tenido una buena noche.

―He tenido cuatro o cinco orgasmos muy juntos solo por la mañana.

Me deslicé en la cama junto a ella y me agarró mi polla y me la frotó suavemente mientras m e seguía contando.

―Me folló dos veces la noche anterior y las dos veces duró mucho antes de correrse, la segunda vez debe haber durado más de cuarenta minutos ¡Fue genial! Nunca he disfrutado tanto del sexo. De cualquier manera antes de irse le pregunté si le gustaría dormir conmigo cada vez que tú estuvieras de turno de noche

―¿Y qué dijo Juan?

―Estaba flipando, y dijo que eso sería genial y también preguntó si podríamos seguir saliendo los sábados por la noche.

―¿Qué le dijiste?

― Que si, por supuesto y que también sería bueno si pudiéramos salir una noche durante la semana.

―¿Y aceptó?

―Claro que aceptó y también me preguntó si eso significaba que teníamos una aventura.

―¿Tenéis una aventura?

―Bueno, si vamos a salir juntos y duerme conmigo, supongo que significa que estamos teniendo una aventura amorosa. ¿Y sabes qué me respondió?

―Ni idea…

―Que eso era genial y que esperara a que se lo contara a todos sus amigos que estaba teniendo una aventura con una mujer casada.

―¿Y por qué se lo quiere contar?

―Dice porque siempre están hablando de sus novias y se pavonean mucho cuando se acuestan con alguna mujer. ¿Y sabes qué más?

―No, dime…

―Me preguntó si me importaba si les daba mi nombre para que supieran que es verdad.

―¿Te importa?

― No, no me importa, está bien y si salimos regularmente, algunos de ellos nos verán juntos tarde o temprano.

―¿Cómo es?

―Es mayor que nosotros, algunos años, pero me agradó la primera vez que trató de hablar conmigo y ahora me encanta estar con él. Me enciende cuando me besa, siempre me besa durante una eternidad antes de que empezar a acariciarme. Estoy lista incluso antes de que empiece a acariciarme las tetas y anoche cuando deslizó su mano entre mis piernas, le dije ―Apúrate Juan, quiero que me folles ahora― Pero hay algo más que necesito saber, cuando Juan me saque, querré traerlo a casa a la cama, ¿Dormirías en la habitación libre para que pueda dormir conmigo en nuestra cama?

―Sí, por supuesto que lo haré si eso es lo que quieres que haga.

―Bien, se lo diré esta noche y luego mañana es sábado, así que saldré con Juan.

El domingo por la mañana llegué a casa del trabajo y mientras subía las escaleras, Mamen abrió la puerta de la habitación y asomó la cabeza.

―No puedes entrar, Juan todavía está aquí y creo que querrá follarme otra vez antes de que se vaya, así que vas a la habitación de invitados.

Unos minutos más tarde cuando acababa de acostare cuando escuché los sonidos de hacer el amor desde nuestra habitación, los muelles de la cama crujían, mi esposa jadeaba y gemía y después de bastante tiempo ella comenzó a gritar su nombre― Juan, Juan, oh Juan, te amo ―Entonces él gruñía ruidosamente y supe que realmente estaba haciendo gozar a mi esposa y eso además de excitarme me encantó.

Bernardo.

 

 

Aventuras de Mamen

Bernardo es autor de estos relatos que forman la Historia prohibida Las aventuras de Mamen

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