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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Nipona 5
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Con solo abrir las piernas mi mundo soñado existía. En nada de tiempo era la mujer de un hombre que me daba todo, solo me importaba complacerlo y en ello iba mi placer también.

Después supe que Chona no había sido desvirgada y fue así como el "abuelo" se comió un segundo virgo en tan poco tiempo y siendo hermanas parecía tejernos un destino cantado.

Chona era muy puta, en las partidas de póker los fascinaba y con su lenguaje de “haceme el culo y acábame en la boca; manoséame, cógeme; demostrame que te gusto”, los encendía y hacían fila para revolcarse con ella y hasta les pedía que la agarraran entre los 3.

Con mi marido-tutor y protector salíamos de vacaciones y así empecé a conocer centros turísticos de diferentes partes del país y en poco tiempo saldríamos al exterior.

En uno de esos lujosos hoteles fue cuando apareció aquella mujer con la que me había ido a buscar a casa. Después de una cena en un lugar muy íntimo empecé a darme cuenta el porqué de su visita.

Hubo un par de roces y caricias como al descuido; delante de ella en la cama empezamos a besarnos con mi abuelo marido y en poco se plegó ella. Nunca había visto una mujer desnuda y menos desconocida y mayor. Se sumergió entre mis piernas y cuando sentí su lengua en mi conchita creí enloquecer. Que buena lengua la de una mujer. No tomó mucho tiempo empezar a sentir que me ardía el cuerpo como nunca y la boca y manos de mi marido fueron complementando.

Fue solo esa vez que estuve con ella y era el precio por hacerse pasar por la esposa de mi hombre, no sé cuántas veces acabé, solo sé que fue una noche única.

Tiempo después vendría mi cumpleaños más esperado y tuve la fiesta espléndida que mi cuerpo generoso y agradecido logró. No hay mucho para decir, terminando el instituto, mi abuelo marido me embarazó y mi hijo y yo quedamos como sus herederos universales. Eso fue lo que calmó la furia de mamá.

Pero debo decir que se sacó todos los gustos que tenía y sin sentir asco de nada me sometí a sus caprichos por siempre. Hasta el extremo de acostarme con mi hermana y él sirviéndose de las dos.  La Chona cobró muy bien ese servicio, en placer y dinero.

Nipona

Mi Nipona

Esta es la historia de la relación que surge entre una joven, Nipona, y su medio abuelo, el viudo segundo marido de su abuela.

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