La Página de Bedri
Relatos prohibidos Otro chico para Güendolina
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Vic estacionó su destartalado automóvil, le había costado un poco encontrar el lugar pero finalmente estaba allí. Miró el papel en su mano y vio el número en la casa. Sí, aquel era el lugar. Era extraño porque debería haber habido más motos y autos. La fiesta iba a comenzar a las ocho y él iba un poco adelantado, pero no había problema, podría ayudar a organizarlo. ― ¡Vic, entra! ¡Llegas temprano! ―Dijo una voz desde la puerta abierta de la casa, levantó la vista y allí estaba Güendolina, sonriéndole desde la entrada principal de la casa. Güendolina, tenía la cabeza ladeada y lo saludaba con la más amplia de las sonrisas. Dio un paso adelante y comenzó a disculparse por no haber traído nada para la fiesta. La sexy pelirroja de cincuenta y tres años le indicó la puerta y le dijo que no se preocupara ya que había mucha cerveza en la nevera dentro de la casa y mucho más en otra nevera junto a la piscina. La verdad era que no tenía la edad suficiente para comprar alcohol, pero a Vic, como le gustaba que lo llamaran, no quería parecer demasiado joven. Allí estaba él, apenas comenzaba como estudiante de primer año en la universidad y aquella mujer caliente había tenido la amabilidad de entregarle una invitación para una fiesta de estudiantes en su casa. Ella era, en su honesta opinión, una hermosa mujer madura, muy sofisticada en su ajustado vestido rojo; muy elegante. Ante ella, Vic, no quería parecer demasiado joven. Lo que no sabía era que su juventud y su inocencia había sido lo que hizo que Güendolina sacara la invitación del cajón. A ella le gustaban tales cualidades. Lo que Vic tampoco sabía era que nadie más, aparte de ellos dos, estaría en la fiesta. Cuando le dio la invitación, ella le había dicho que era solo para invitar a estudiantes especiales. Vic medía casi dos metros y es musculoso, después de años de natación. También tenía un largo torso triangular y flancos musculosos debajo de la camisa. Con su cabello rubio y rizado, pómulos altos y sus penetrantes ojos azul-verde unidos a un cuerpo de joven gladiador, ella supo de inmediato que era el que recibiría la siguiente invitación. Como un cordero esperando a ser atrapado por una devoradora hambrienta de jovencitos como ella ― Sal a la piscina Vic, te traeré una cerveza ―le dijo alegremente mientras lo tomaba de la mano y lo llevaba a través de la casa hacia el patio trasero. Mientras pasaban junto a la chimenea de piedra y adobe; Víctor vio a una Güendolina más joven con un vestido de novia, de pie junto a un hombre con un esmoquin. Vio otras fotos, de él y ella juntos, en vacaciones, cenas, paseando perros en alguna playa en algún lugar. ― ¿Entonces, dónde está el señor? Preguntó Vic. ― Oh, estará fuera de la ciudad por negocios este fin de semana y la mayor parte de la próxima semana ―respondió Güendolina. Por un segundo, ella frunció el ceño ante las fotos del manto y luego explicó― A él le encanta hacer fiestas aquí, por lo que se arrepiente de no estar ¡Sabe lo importante que es el cuerpo estudiantil para mí! Luego, le pasó un brazo alrededor de su cintura y con la otra mano abrió la puerta del patio, guiándolo hacia la piscina y tocando inocentemente su trasero. Ella asintió con satisfacción y sin que él lo viera al notar el firme culo del chico. Ella le dio una cerveza de la nevera y luego puso un poco de música en el sistema de sonido del bar de la piscina. Ella le preguntó si le gustaban los "viejos y él asintió. Dos segundos después, "Gett Off" de Prince, sonaba a través de los altavoces. Vic sabía quién era Prince, pero no conocía aquella canción y no sabía ninguna de las connotaciones detrás de ella. ― Ya sabes ―dijo ella― La invitación decía fiesta en la piscina, ¿verdad? ― Ummm sí, claro ―respondió él. ―¿Entonces donde esta? ―preguntó ella y él le devolvieron la mirada sin comprender. ― Tu traje de baño ―dijo ella . ―Oh, aquí ―dijo abriéndose los pantalones con su traje de baño debajo. ― Pues quítate esos pantalones tuyos y entra a la piscina ―Dijó juguetonamente mientras terminaba de prepararse su bebida. Ella era mandona pero con la cantidad justa, asertiva pero sin ponerlo incómodo. Ella no era del todo nueva en ese juego, cuando una devoradora de chicos acecha una presa, sabe que no debe asustarla. De todos modos, su manera de sonreír sin sentido era algo que le gustaba y él respondía exactamente de la forma que ella quería. Vic se quitó los pantalones y la camisa como estuviera en su hogar y a ella le gustó. El chico estaba bastante verde y ella podría cuidar de aquel pastelito configurándolo y moldeando como ella . El chico era maleable y ella captó esa cualidad al instante. Despues de quitarse la ropa, Guendolina lo admiró, tenía piernas poderosas. Ella también vio que llevaba un bañador de natación azul. Era otra ventaja, aquel paquete suyo era considerable incluso si todavía no estaba excitado. Era como si hubiera puesto mucho relleno en la parte delantera de su traje de baño. También se dio cuenta de que cuando él se dio la vuelta, sus firmes nalgas tenían un hoyuelo en cada costado, denotando un culo musculoso que era bueno para empujar. Cuando se quitó la camisa y se sentó en una tumbona su torso tampoco la decepcionó. Sus ojos encontraron una barriga musculosa que estaba dividida en el medio con una hermosa cresta; resultado de innumerables entrenamientos en piscina. Además, sus costados eran tan delgados y musculosos como ella había intuido cuando lo evaluó por primera vez a través de su ropa. Todo eso, y el hecho de que tenía un rostro que era un cruce sus dos actores favoritos debajo de los rizos rubios de Adonis. Era como si el David de Miguel Ángel se hubiera transformado de piedra en carne. Al verlo así, Güendolina se encontró a sí misma mojándose un poco entre las piernas. Ella sabía que era el momento de su turno, tomó un sorbo de su bebida y luego alcanzó el dobladillo de su vestido sacándoselo sobre su cabeza. Lo arrojó sobre la misma silla que la camisa de Vic y se encontró con el aturdido silencio que estaba buscando! Güendolina llevaba una impresionante tanga verde de micro-kini que era más un hilo dental de color esmeralda que un traje de baño. Lo que es más. El joven notó inmediatamente que estaba abierto un poco en la entrepierna luciendo el pubis rosa de Güendolina y la pista de aterrizaje de cabello castaño. Un tatuaje de una pequeña mariposa en la parte superior del muslo derecho completaba la imagen por debajo. En la parte superior, solo tenía dos triángulos verde esmeralda del tamaño de notas post-it que cubrían sus tetas y sus duros pezones de color cereza. Un trozo de cuerda, como un espagueti verde corría alrededor de su espalda; sosteniendo su top en su lugar. No, no era un traje de baño, era una sugerencia susurrante de una prenda que parecía haber sido dibujada con pintura verde en su cuerpo bellamente esculpido. Le encantó la expresión de su cara, tenía la mandíbula abierta y resultaba demasiado jodidamente divertido para ella que tomó otro sorbo de su Margarita para ocultar el hecho de que quería ocultar una risita. Cogió la botella de tequila del bar y le dijo que tomara un par de vasos de chupito de la encimera junto con la sal y los limones. Luego sugirió que mientras estuvieran vestidos así, la piscina estaría bien , era una fiesta en la piscina después de todo. Vic la siguió hasta el agua y bajó los escalones hasta el extremo poco profundo de la piscina. Colocó los limones, la sal, y los vasos de chupito en el borde junto a él. Con nerviosismo, dio un sorbo a su cerveza de parecer que estaba demasiado calmado para ser afectado por Güendolina. Pero no le estaba funcionando; cuando ella se paró frente a él en el agua hablando con él, ella no se lo estaba tragando y tampoco su polla ayudaba elevandose dentro de su speedo. Así que, Vic ―preguntó ella notando que su traje de baño crecía por la parte delantera con cada segundo― ¿Has conocido a alguna chica desde que llegaste al campus? ―Tomó un sorbo de su bebida y miró el hinchado paquete. Ella levantó la vista cuando él tardó demasiado en responder y cuando sus ojos se encontraron con los de él, simplemente miró hacia abajo. Ella estaba controlando absolutamente la situación y le estaba poniendo muy caliente. ― ¿No, todavía no? ―Preguntó, examinando su cerveza y notando sus ojos mirando directamente a los suyos. ― Sí ―ronroneó ella― cuando Marisa, mi asistente, te dio el dormitorio, debes haber notado que había chicas en el pasillo ¿verdad? ―Ella dejó caer su cabeza en una especie de burla― ¡Vamos, déjame mirarte en esos hermosos ojos azules! ―Obligándolo al contacto visual. Justo cuando la punta de su pene crujía la parte delantera de su traje. ¡Guendolina ya era duela de la situación! Se dio la vuelta y sirvió un trago para ambos y luego ella continuó con la conversación, colocando los vasos de chupito en el borde de la cubierta de la piscina. ― Debes haberte dado cuenta de que habría una cierta ventaja en eso ―continuó ronroneando― ¿verdad? ―Su sonrisa era cálida y sus ojos miraban directamente a los de él que euería apartar la mirada, pero no podía. Ella estaba jodidamente caliente pero era demasiado intimidante para él. El joven macho estaba mirando directamente a la cara de la gran cazadora justo antes del salto y su mente estaba en blanco como si hubiera olvidado de hablar. Ella le había hecho una pregunta, pero todo lo que podía hacer era mirar fijamente sus ojos color marrón ámbar y , su respuesta fue deliciosamente tonta. ― Umm, ¿qué ... ventaja? Oh, sí, creo que es algo bueno, simplemente no he hablado con ellas todavía ―Ella lo tenía completamente desarmado y, sin embargo, él todavía estaba tratando de ser amable. ― ¿Entonces, hay una chica? ―Preguntó ella― Estás siendo leal y no estás jodiendo a nadie, ¿pero a ella sí? ―Arrugó la nariz cuando dijo― Jodiendo ―y el efecto fue como otro golpe en la cara para él. Encontraba impactante y absolutamente caliente que hubiera una hermosa y elegante mujer tan cerca de él hablándole así. ― Uh ―tartamudeó― Sssi, sí. Había una chica llamada Raquel, habíamos salido de manera regular el último año, pero ella fue a otra universidad y yo vine a esta. Lo hicimos una pocas veces pero ... um ahora..uh..um ... ―Las manos de Güendolina habían empujado la parte delantera de su traje de baño hacia abajo en un movimiento deliberadamente rápido y él notó su caricia. Su mano estaba sobre su polla y aquello no era un accidente. Él podía estar sorprendido pero ella era todo calma deliberada. Ella lo escrutó con interés mientras tomaba un sorbo de su bebida, como si hubiera sacado el brazalete de diamantes más extraordinariamente espectacular de un estuche de joyas y se estuviera maravillando con él. Sus labios se fruncieron y ella asintió con la cabeza pero en unos segundos era obvio que la inclinación de su cabeza era algo más. Estaba contenta de haber tenido razón en algo. Lo que lo hizo aún más cómico y atractivo para ella fue que aquel pequeño cachorro seguía intentando mantener la conversación entre balbuceos. ― Así que lo hicimos ... ummm un par de veces ... y uhhhh realmente nos gustamos ... unos a otros, pero ... AAHHHHH ... no parecía que funcionaría y ... decidimos ... ¿Um señora Güendolina? ― Si Vic? ― dijo acariciandole la polla y tomando un sorbo de su bebida mientras le miraba con sensuales ojos. La canción de Prince había terminado y Talk Derty To Me, de Jason Derulo, sonaba en su lugar. ― ¿No hay nadie más que venga a la fiesta? ¿Quiero decir que puedo ver thth tha ...? ―Se calló con el dedo de Güendolina en los labios, cuando ella decidió que era hora de hacer que el balbuceo se detuviera. ― Shhh, Vic ―su voz arrullaba sonando suave y calmante como la miel― tienes toda la razón, nadie vendrá esta noche, aparte de ti y de mí ―Ella empujó su traje más abajo y continuó con el mismo susurro tranquilizante mientras sus dedos bailaban sobre su polla debajo del agua y su pene palpitaba y dolía con cada delicado cosquilleo. ― Déjame explicarte algo, mi adorable jovencito con gran polla ―Te lo noté cuando entraste en mi oficina esta semana. Cuando regresaste hoy te estaba esperando. Sabía que era viernes y que harías planes para esta noche y posiblemente todo el fin de semana, así que te di una invitación, la única para hoy. Ahora estás aquí, mi mano está sobre tu polla y no te resistes ―Vic movió la cabeza con incredulidad y tomó un sorbo de su cerveza. ― Ahora ―continuó con un poco de autoridad que era más profesional que cualquier otra cosa― tienes algunas preguntas; estoy segura. ... Primera; no, mi esposo no lo sabe. Es más, él nunca puede saberlo. Segundo; me encantan las pollas, me encantan las pollas jóvenes y de cierta calidad ―Él asintió levemente sin poder creer que aquello le estaba pasando cuando con su mano ella a tientas sus bolas. Ella estaba asombrada con gran pieza que tenía. En realidad la había la subestimado un poco y por la sensación en su mano, adivinó que tenía aproximadamente el mismo tamaño que una botella de agua de medio litro, y tal vez con un par de centímetros más de largo que su botella el gimnasio). Ella había escogido bien. ― Ahora ―susurró ella― tienes dieciocho años, yo tengo cincuenta y tres. Ambos somos adultos y no has protestado. Ahora voy a proponer que nos comportemos como adultos que tienen un bar lleno de alcohol, una buena polla gorda y un fin de semana entero. Mi esposo no regresará a casa hasta el miércoles y es solo el viernes por la noche. ¡Haz las cuentas! ―Luego se inclinó hacia delante y lo besó. Fue un beso profundo devorando los labios y donde su lengua entró en su boca mientras su mano frotaba aquella encantadora polla por debajo de la superficie del agua. Él no se resistió, la verdad era que estaba tan paralizado y simplemente dejó que la poderosa corriente sexual que ella había creado lo llevara a donde fuera. Su traje e baño terminó en el fondo de la piscina. La parte superior del micro-bikini salió volando revelando sus dos pechos deliciosamente bronceados, con pezones preciosos de colot cereza en areolas del tamaño de una moneda de plata. Ella lo hizo pararse en los escalones de la piscina mientras le hacía una profunda y voraz mamada con su boca. Vic solo podía agarrarse a su adorable cabeza. Todo aquello era parte del plan, ella quería que él se corriera, quería que él explotara ahora y no más tarde cuando su orgasmo era de la mayor importancia para ella. Había tenido suficientes pollas de dieciocho, diecinueve y veinte años para saber que tenían la costumbre de eyacular demasiado pronto dejándola insatisfecha y seca. Aunque eso no era para preocuparse porque ella era una experimentada fellatrix. Lo había hecho muchas veces antes con chicos jóvenes recién llegados de casa y aún oliendo como la última comida que habían comido de mamá. Ella los chuparía hasta el orgasmo y luego les tomaría un tiempo volver a correrse. Tuvo que hacerlos disparar en su garganta, algo que ella ansia, y luego una vez que estuvieron duros de nuevo podrían dentro de ella. Vic le duró unos cuatro minutos en su boca. Parecía que la técnica de garganta profunda de Güendolina fue exquisita para él y, lo que es más; ¡Nunca había tenido una mujer tan hermosa y con tanta experiencia y talento como la que ahora le chupaba la polla. Él jadeó, se puso rígido y soltó una carga colosal de caliente semen salobre hasta la parte de atrás de su garganta. Ella pudo haber puesto las bebidas, pero al parecer, Vic había ofrecido el primer aperitivo sabroso de la noche que ella tragó. Tan maravilloso como para él fue para ella. A Güendolina le encanta la sensación de una polla estremeciéndose y chorreando en su boca cuando un joven agita su cabeza de lado a lado mientras lanza un gruñido. Eso hizo que su clítoris y sus pezones se hincharan hasta que estuvieron lo suficientemente duros como para cortar diamantes. Esta vez tampoco fue una excepción pero sus pezones y su clítoris ahora ansiaban alivio y ella necesitaba frotar e pulsante botón del amor con capucha de ella contra algo malvado y de un hombre. Sus dedos habían estado vagando entre sus piernas durante toda la sesión de mamada, pero no era suficiente; ella necesitaba más de algo. Gúendolina salió de la piscina diciéndole que fuera un buen chico y que se quedara quieto. Desde su posición, mientras ella iba hacia el bar, Vic tenía la vista perfecta de su caliente culo. Las tres visitas semanales al gimnasio habían dado sus frutos una vez más como un joven regodeándose en su propia felicidad post orgásmica con los testículos vacíos que aún era capaz de mirar al perfecto culo de una hermosa mujer madura de cincuenta y tres años y exclamar― ¡Ooohhh Diossss, joder que culo…! Güendolina la bebida y buscó algo y, cuando ella lo encontró, volvió a la piscina con su Margarita, y una cerveza para él. ― ¿Que es eso? ―Preguntó Vic, mirando a un extraño dispositivo. ― Eso ―dijo, colocando su bebida en el borde de la cubierta y sentándose con los pies en el agua― es un juego de pinzas para los pezones ―Ella sujetó cada pinza a sus protuberancias en forma de gotas de goma, las abrazaderas se unieron mediante una fina cadena de oro conectada a una pequeña cadena de tracción, todo reluciendo en la brillante puesta del sol. Luego le contó que le encantaba que sus pezones se endurecieran y se retorcieran. Después cambió la conversación a lo doloroso que estaba su clítoris. También explicó algunas reglas sobre lo que le gustaba llamar, la etiqueta "orgásmica". En segundo lugar, le informó que un auténtico caballero debía seguir la regla de dos por uno en orgasmos; por cada uno que el hombre experimente, la dama debería obtener dos, si el hombre esperaba ser reclamado nuevamente por ella. Dejó en claro que estaba más que lista para enseñarle cómo llevarla al clímax antes de que él se corriera nuevamente, si él estaba dispuesto a aprender. Le encantaba ser la profesora porque le proporcionaba una muy especial traviesa excitación. Era una especie de "Maestra del sexo" o más apropiadamente una amante. Incluso se podría decir que en el arte de complacerse a sí mismo y mostrarle a otros tales secretos, era una consumada Masturbatrix. Hizo un puchero con su boca y se acarició el clítoris diciendo con de voz de niñita malcriada― ¿Entonces, qué dices? Mi pobre clítoris dolorido también necesita algo de amor ¿Te importaría dejarte llevar por mí a algunas clases privadas, Vic? El chico la vio acariciándose a un bonito capuchón de su clítoris con capucha de color rosa mientras ella seductoramente. A él no le importó lo más mínimo su tono ligeramente condescendiente, tomó un trago de su cerveza y se colocó en el agua entre sus muslos diciendo― Supongo que la clase ha comenzado. ¡Enséñeme profesora ―Ella le miró a los ojos y se rió de lo que le dijo. La lección había comenzado y duraría todo el fin de semana. Ella le hizo comenzar su "ejercicio práctico" con la boca en su clítoris. Le dijo exactamente cómo la debía lamer, y a que ritmo y velocidad, Se lo explicó mientras se sentaba en el borde de la piscina; tomando traguitos de su margarita. Él fue una práctica rápida y ella ronroneó palabras suaves de aprobación diciéndole lo bien que lo estaba haciendo. Ella le pasaba los dedos por el pelo y lo guiaba en su coño hasta exactamente los lugares donde la lengua necesitaba llegar. Después de un minuto, su excitación comenzó a aumentar. Ella bajó las piernas y las apoyó sobre los robustos y poderosos hombros del joven. Fue un hermoso momento mágico, ya que tanto él como ella ahora estaban bañados por el brillo de una violenta puesta del sol de verano. Entonces, ella le dijo que se imaginara cómo le gustaría que le chupara la polla pero que se centrara únicamente en su clítoris. La sensación de los labios y la lengua sobre su encapuchado clítoris rosa iluminaba el centro de placer de su cerebro y se recostó con la boca abierta y la barbilla temblando. Las sensaciones se convirtieron en deliciosamente intensas en el bello crepúsculo magenta. ― ¡Oh, Vic! ―jadeó ella― ¡No te detengas! Mete tus dedos dentro de mí y sigue ¡Uuuggghhh ¡Oooh ¡Sí! ¡sigue chupando! ¡Ooohh! ―Ella ordenó que le metiera dos dedos en el coño y los enganchara hacia atrás hasta que las puntas rozaran su punto G. Entonces lo hizo lamer y ordeñar vorazmente su botón del amor. Mientras lo hacía, la mano libre de Vic bajó entre sus piernas en la parte baja de la piscina; aquello era demasiado jodidamente caliente y comenzó a acariciarse. Ella notó las sacudidas de su hombro y supo lo que era esa vibración. A ella le encantó que un espécimen masculino tan maravillosamente poderoso como aquel se considerara adecuado masturbarse en su honor. Como resultado, su ego estaba ahora tan hinchado como su clítoris y eso la ponía extremadamente cachonda. Ella le soltó el cabello llevando sus dos manos hasta las abrazaderas y la cadena; retorciéndose, girando y tirando de sus pezones en una exquisita tortura durante cinco minutos que finalmente la llevaron a su primer orgasmo de la noche. ― ¡Siiii! ¡Ooohhh! ¡Aaarrrggg! ―gimió Güendolina, estremeciéndose mientras se sacudía y temblaba. La cara de Vic fue alcanzada por una oleada de salpicaduras de jugos, cuando la hermosa mujer madura que aullaba al otro lado de sus labios, seguía temblando y gritando pero con los sonidos ocultos por la fuerte música del sistema de sonido. Todo era parte del plan y Güendolina era inteligente, muy inteligente de hecho. Cuando comenzó a seducir a los chicos en su casa, la piscina se convirtió en su lugar favorito, especialmente por la noche, donde podía ocultar sus conquistas. El único problema era el ruido pero no habría, los vecinos pensarían que estaba haciendo otra fiesta y la música cubriría sus gritos a la perfección; simplemente haciendo que suene alta en la piscina. La alta cerca y los altos setos alrededor de la piscina hacían el resto. ¡Problema resuelto” Ella se corría y él tenía una buena lengua pero hora quería saber cómo se sentía dentro de ella aquella magnífica y venosa polla que había chupado antes. Tan pronto como ella contuvo el aliento, Güendolina regresó al agua y se unió a su rubio neófito para recibir más instrucciones para nadar. La púrpura en el horizonte era ahora lo suficientemente intensa como para poder ver las estrellas. Güendolina y Vic se movieron hacia aguas más profundas, hasta sus hombros. La oscuridad y las sombras proporcionan un maravilloso ocultamiento. Ella saltó sobre su cuerpo mientras él estaba de pie sobre el fondo de la piscina con las piernas separadas para mantener el equilibrio. Ella envolvió los brazos y las piernas alrededor de su musculoso torso y se hundió sobre su polla, la punta de su hongo se elevó a través de la abertura esmeralda sin entrepierna de la parte inferior de su micro bikini. Era más polla de lo que ella había esperado. Se había hundido sobre un gran “pony” rubio y por un momento un exhaló jadeo― ¡Aaahh! ―mientras se adaptaba a la encantadora penetración que tenía lugar dentro de ella. Estaba felizmente empalada y comenzó a balancearse sobre él; mordiéndose el cuello y devorándole los labios mientras su gran polla venosa de pony, con su curva de plátano malvado, entraba en ella y rastrillaba su punto G en feliz colisión. Sin embargo, no todo fue tan completamente maravilloso; unos minutos en el agua más profunda y Vic anunció con una expresión de sobresaltado horror― ¡Oh, señorita! Creo que voy a… ―Ella lo interrumpió con una calma pero asertiva― ¡No! ―Dijo ella sacudiendo la cabeza como si le estuviera enseñando a un cachorro― ¡No, no te corras, Vic. Respiración y relájate y cálmate ―Ella se bajó de él y lo condujo de vuelta a las aguas menos profundas. Lo sentó en las escaleras con el agua por encima de su cadera y luego se sentó a su lado. Cuando su erección comenzó a ablandarse, tomó la polla en sus manos y le acarició las bolas. ― Te voy a enseñar a controlarte ―le dijo ella― es un pequeño truco que puedes usar para evitar que te corras demasiado rápido ―Él asintió mientras ella continuaba― ¿Te has masturbado viendo porno, verdad Vic? No mientas, todos lo hemos hecho ¡Demonios, lo hago todo el tiempo! La computadora de mi casa tiene más virus que un cepillo de dientes debido a todo lo que veo. He visto películas en línea usando mis juguetes. Pero esa no es la pregunta no ¿Te masturbaste? ― El chico asintió tímidamente después de un incómodo silencio, mientras disfrutaba de las caricias que ella le estaba dando. ― Bien ―contestó ella― Me gusta la honestidad y me gustan los chicos que lo son. Bueno, cuando te masturbas puedes llegar al límite y luego averiguar dónde está. Una vez que conozcas cual es, esa sensación en la que casi te corres, puedes controlarlo y joder, joder, y joder un tiempo más largo y la chica podrá disfrutar de una buena polla hasta que se corra. ¿Entiendes? ― Él asintió de nuevo con la boca ligeramente abierta. ― Ok, bien. ¿Surfeas? ―preguntó ella. ― Surfeo en la playa del Sur". ― Ok, eso es bueno ―dijo ella frotando su polla y apretando sus pelotas― piensa en esto como surfear, hazlo mal y te hundes en tu orgasmo. Necesitas seguir deslizándote sobre la superficie del agua; tu clímax es esa superficie. ¡Solo mantente rozando y saltando sobre tu orgasmo y puedes durar para siempre! Además, cuando acabes, será grandioso un montón de placer ¡Ya verás! Intentémoslo. Ella lo masturbó durante los siguientes quince minutos y le besó el cuello mientras acariciaba y apretaba sus bolas; llevándolo hasta el borde de la corrida mientras susurraba obscenidades en su oído; luego retrocedia cuando ella notaba que sus bolas se apretaban y su cara comenzaba a mostrar el revelador síntoma de una inminente "corrida. Por tres veces lo llevó hasta allí y las tres veces lo sacó del borde del abismo hasta que finalmente le ronroneó― Ok bebé, ¿crees que estás listo para volver a entrar dentro de mí? ― ¡Claro! ―dijo― estoy bien ―Su voz tenía confianza y ahora sabía de lo que era capaz y de lo que no se trataba de controlar sus testículos o su polla. Era solo controlar con la mente. Ella lo montó mientras él se sentaba en los escalones en las cálidas aguas de la piscina, a horcajadas y frente a él. Ella se acomodó sobre su polla y comenzaron a follar y sacudirse en el agua como dos criaturas marinas que habían entrado en las aguas poco profundas de mares cálidos para engendrar. Ella le quitó las pinzas del pezón arrojando su juguete de tortura de tetas sobre el hormigón mientras ella suspiraba sin aliento para él― ¡Muerde y chupa mis tetas! ¡Mastícalas y lamelas! ¡Chupa mis pezones mientras me follas! ― Vic no necesitó que se lo dijera dos veces. Se encorvaron y retorcieron formando olas de un lado a otro de la piscina mientras él se apretaba con sus pechos y ella enredaba sus dedos en su melena dorada tirando hacia ella. Abajo, su gruesa y curvada hoz entró fuerte en su rosado agujero a través de la ranura en su micro bikini. Cada empujó fuerte y duro entraba profundamente. Ella aplastó su clítoris contra él, susurrándole en la oreja mientras la cabeza de la polla continuaba golpeando su punto G antes de alcanzar la parte posterior de su pared vaginal como un gozoso martillo. Como resultado, ella estuvo fuera de sí en muy poco tiempo, liberándose con locos incoherentes sollozos y susurros lascivos en su oído de todas las cosas agradables que ella quería que él le hiciera. Ella gritó y suspiró con cada empujón hasta que, por fin, después de varios minutos, notó como el el enorme monstruo de su clímax se dirigía hacia ella. ¡Lo había conseguido! Se había resistido hermosamente de acabar, bordeando la superficie de su orgasmo mientras ella se acercaba más y más al suyo. Ella podía notar su cuerpo vibrar y temblar, ― ¡Aaaaaa¡ ―lloró ella mientras se corría fuerte bien y duro botando sobre la polla con múltiples penetraciones que sintió extremadamente maravillosos. Güendolina vino y vino y volvió a venirse con un estremecimiento que se extendió desde su cuero cabelludo hasta las uñas de sus pies. Finalmente, ella se derrumbó debilitada sobre él; jadeando sobre su hombro mientras la abrazaba con su gruesa y venosa polla todavía dentro de ella ¡Y aún así no se había ablandado! Su respiración se comenzó a normalizar después de unos minutos. Ella se levantó y luego se puso de pie quitándose la parte inferior de su micro bikini que arrojó por el aire con un chapoteo húmedo en la oscuridad. Ahora las cosas estaban parejas entre aquellas dos personas; ambos estaban completamente desnudos en la piscina, él tenía un feroz y curvo pene que sobresalía de la superficie del agua como un esnórquel carnoso, y ella estaba lista para correrse de nuevo. Se colocó en las escaleras de la piscina, con sus rodillas, casi fuera del agua, su culo alto y su cabeza baja. La intención era inconfundible; era la posición de apareamiento y tenía un macho joven y fuerte con la polla bien erecta al borde del agua. Él ocupó su posición a los pies de las escaleras y luego subió para montarla por detrás. Apoyó la cabeza de su polla en la entrada de su coño y se empujó hacia delante. Los ojos de Güendolina se agrandaron y su aliento salió de sus pulmones con un feliz ―Aaahhh. Sus manos fuertes y juveniles se apoderaron de sus caderas. Él comenzó a follarla; montándola a estilo perrito con los empujones fuertes y profundos de un macho en su mejor momento que quería follar, estar en celo y correrse. Era pura primitiva follada, profunda en su máxima expresión. Ella, con la cabeza sumisamente baja, le obligó a entrar en su interior con fuerza, y él gruñó y se enervó cuando su polla la empujó profundo con cada acometida. Ella giró la cara por encima del hombro y lo miró a la luz de la luna; sus rasgos ahora una máscara de rabiosa lujuria. Sus labios se curvaban y sus fosas nasales se hinchaban transformando sus rasgos en los de un felino de furia sexual. Con los dientes apretados ella se le exigió―Mira mi pelo! ¡Cógete a él! ¡Tirá de él y móntame! Vic, hizo lo que le dijo y ahora era un bestia transformada; una gran y hermosa rubia salvaje cuyo cuerpo ahora se había transformado en crestas y ondulaciones de carne tensa. Todo eso lo proporcionaba una polla que a Güendolina le parecía que no era del todo carnal y no del todo piedra cuando la jodía, empujaba y la jodía. Él la agarró del cabello y se la metió profundamente haciendo caso omiso de sus aullidos y sollozos cuando entraba en ella con cada acometida. ―¿Te gusta así, perra? ―preguntó con su rostro ahora salvaje y lleno de testosterona y fuerza juvenil. Se acercaba el momento de vaciar sus testículos, pero ahora era un Vic completamente diferente, tenía el control; control de sí mismo y ahora el completo control de ella. ―¡Ooohhh! ¡Jódene! ¡Siii! ―ella le miró cuando sus manos se aferraron a su cabello como riendas― ¡Hazlo conmigo! ¡Hazme lo que quieras! Deja tu semen en mí, vacíate en mí ahora ¡Aaahhh! ¡Ya! ―Ella quería que él hiciera exactamente lo que estaba haciendo, follarla duro y fuerte, llámarla cosas desagradables y hacerla sentir débil y dominada, ella ansiaba eso. Su voz se convirtió en un chorro de blasfemias, música para sus oídos mientras la llamaba con todos los sucios nombres que veía en el porno en Internet. Cuanto más se excitaba, más la jodía y maldecía. Continuaron jodiendo como animales durante otros diez maravillosos minutos, hasta que Güendolina se paralizó como si hubiera recibido un disparo. Hubo una pausa embarazosa, su voz calló y su boca se abrió, un segundo después su voz volvió con un fuerte― ¡Aaaaaa! ¡Ooohh! ¡Aaarrrggg! ― mientras se corría y su coño se estremecía soltando calientes torrentes que corrías por la polla antes de caer en la piscina. Ella dejó caer su cabeza y dejó que su orgasmo de mujer madura corriera como una cascada caliente. Vic se soltó de su cabello, la agarró de las caderas y la empujó los últimos embates furiosos hasta que él mismo se corrió― ¡Aaarrgg! ¡Aaarrrggg! ― rugió, disparando chorros de esperma caliente una y otra vez en el empapado coño de Güendolina. Los dos se estremecieron, vibraron y sollozaron hasta que sus clímax se calmaron. Él había aprendido la primera lección admirablemente y ella estaba absolutamente en la nube por haber encontrado un alumno tan entusiasta. Ella contuvo el aliento y lo llevó de la mano fuera de la piscina continuando la fiesta dentro de la casa. Se instalaron en el dormitorio principal y la fiesta siguió y siguió y cada vez que pensaban en terminar uno de ellos descubría una nueva excusa por la que no necesitaba irse. Nadie necesitaba excusas, ella se había enamorado de un nuevo amante y él, bueno, se había encontrado con un sueño en forma de una hermosa mujer madura y experimentada que quería joder y chupársela hasta vaciarlo. Durante los siguientes días, follaron, hicieron el amor, follaron, jodieron, follaron, durmieron y cucharearon, follaron, hicieron el amo, jodieron y follaron de nuevo! Tenían un juego, la llevó a cada rincón de la casa y a cada mueble en el que alguna vez había querido hacerlo. Ningún lugar en su casa quedaba fuera de los límites y los lugares se volvían cada vez más retorcidos. Ella estaba más allá y él no podía creer que se había topado con una mujer con una energía sexual tan insaciable. Follaron en la mesa del comedor. Vieron a películas porno en la televisión del salón y hablaron de lo que les gustaba ver y jugaron a un encantador juego de masturbación de su propia invención. Ella lo masturbó sin que él se corriera hasta la última escena culminante, que lo hizo sobre sus tetas y cara. Luego jugaron a su película favorita de gangbang y mientras observaba cómo la estrella se llenaba con pollas de nueve maneras, él le chupaba el clítoris y le tocaba el punto G mientras ella chorreaba en su clímax cuando la película terminó. Pero la perversa diversión no terminó ahí. Hicieron un sesenta y nueve frente a la chimenea, justo debajo de la foto de boda, y se lanzaron el uno al otro en locos aullidos de orgasmos mientras la imagen de Güendolina y su esposo les sonreía desde arriba. Follaron en la bañera de hidromasaje, en el asiento del inodoro, en la ducha e incluso usaron en el balancín para que él se sentase mientras ella, como una tonta, se la chupaba en el balcón. Ella le enseñó las alegrías del masaje sensitivo e incluso le dio un tratamiento de masaje erótico con su cuerpo aceitado. Ella le hizo que le diera masajes a todo su cuerpo que la dejaron reducida a una tensión encantadora, aliviada en un charco de placer, pero había más. Hablaron y ella le contó cómo su marido ya no la satisfacía, estaba casado con su trabajo y no le importaba nada más que el dinero. Ella todavía estaba atractiva y quería experimentar cada alegría y placer que el mundo pudiera darle. Si su esposo quería meterse en una tumba temprana e ignorar el sexo, eso era solo cosa de él. Además, había mucho material de jóvenes y en particular en la universidad, especialmente el que acababa de encontrar y estaba ahora en su cama. Adoraba a su pequeño rubio Adonis con pene de pony. Lo tenía desnudo la mayor parte del tiempo dándole la bata de baño de su esposo cuando tenía que usar algo. Vic por su parte agradeció la atención. Era su primer fin de semana en la universidad y se sentía como un rey. Lo hicieron una y otra vez, riendo y llorando y amando y follando. Tórrido y feliz, ese fin de semana fue más allá de eso. Cuando el lunes llegó, se despertó en la cama junto a ella con la cabeza apoyada en su pecho, sus ojos la miraron y esperaron a que despertara. Él la miró y dijo― Bueno, ¿cómo lo hice? ―preguntó. ―¿Con que? ―Ella dijo dándole un beso de buenos días. ―Con mis lecciones, quiero dejar de ser un novato con una gran polla gorda. ―Creo que en el transcurso de tres noches y dos días te has transformado. Ahora eres Víctor el de la buena polla gorda y creo que has dejado todo tu semen todo dentro de mí ―Se echaron a reír y se levantaron de la cama. Ella tenía que ir a trabajar y él necesitaba terminar algunas cosas, el martes sería el primer día de clase. Mientras se dirigía a su auto, Güendolina llegó corriendo hacia él desde atrás gritando y riéndose por haber olvidado casi algo. Le puso una nueva invitación en la mano y lo besó con fuerza. Vic miró el papel, habría otra fiesta el viernes por la noche. ― Mi esposo volverá a casa de su viaje de negocios, se quedará dos días y regresará otra semana a la carretera. Tendremos la casa para nosotros solos el próximo fin de semana. ― Supongo que no hay ninguna fiesta en esta invitación ―dijo el chico. ― ¡Oh, pero la habrá! ―le dijo con una sonrisa― La invitación que te había dado tenía la fecha equivocada. Quería hacer algunas comprobaciones antes de la gran fiesta este viernes. ― ¿Comprobaciones? ― Sí ―dijo ella― necesitaba un reemplazo. Mi amante se graduó esta primavera. Estuvo muy feliz por los cuatro años que estuvo aquí, me aseguré de ello. Me arregle para que estuviera a salvo de algunas jóvenes putas cachondas que sabía que lo deseaban ―Ella lo abrazó con fuerza, lo besó y le acarició el cuello. ― Creo que encontré un reemplazo ―continuó ella― Juega bien tus cartas, no te pongas celoso porque ya que hay muchos jóvenes penes que me gusta probar dentro y fuera del campus, y bueno, vas a disfrutar inmensamente durante los próximos años. Prepárate para compartir conmigo con uno o dos, o una docena de tus amigos como lo hizo mi último novio― Ella lo besó de nuevo y agarró su paquete. Luego se despidieron por el momento. Vic arrancó su auto con la misma ropa que había aparecido el viernes por la noche. Todavía necesitaba recuperaba su traje de baño del fondo de la piscina pero no estaba allí, ella se lo había arrebatado mientras él dormía el domingo y lo tenía como un trofeo. También significaba que tendría que volver para recuperarlo. Por eso ella había sido particularmente cuidadosa en ocultárselo. El joven se fue por la calle abajo mientras, Güendolina lo observaba desde la ventana de su habitación. Ella había agregado otro joven a su colección de pollas a las que podía recurrir. Otro relato ... Poco a poco, cada vez hay más relatos porque poco a poco os vais animando a escribirlos y a enviarlos para compartirlos. A lo mejor, tienes cosas que contar y que te apetece compartir, pues este es el sitio. Si lo deseáis, puedes enviar tu relato a la dirección que figura en este enlace enviar relatos prohibidosY si lo que quieres es copiar algún relato y compartirlo en tu sitio, o en otro, no olvides copiar y pegar también el enlace de donde lo has obtenido. y el nombre del autor, no cuesta nada y es de justicia.Y si estás interesado en adquirir esta página, debes de saber que está en venta. Si tienes interés, puedes contactar con nosotros aquí. |
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