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La Página de Bedri
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Reencuentro
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Soy Sandy, este es mi segundo relato. Anteriormente había contado que estaba casada, sin embargo, al paso del tiempo, todo lo cambia, ya sea para bien o para mal, y en este caso, fue para mal, aunque me llevo a cosas para bien, ya me entenderás...

Después de 10 años de casada, la relación con mi esposo comenzó a deteriorarse. Quizás la monotonía, el aburrimiento, el fastidio, que se yo... El caso es que llegamos al momento donde decidimos divorciarnos.

Ya era inevitable, todo se había acabado y es aquí donde comienza la parte buena de todo esto, ya que mientras andábamos con los temas legales y demás, un día encontré en el Facebook a un amigo, un ex novio más bien. Tenía más de 20 años que no sabía nada de él, así que fue muy grato el volver a encontrarlo. Ya sabes, nos pusimos al día en todo y ¡ohhh sorpresa! él estaba divorciado desde hacía 10 años, así que con toda la experiencia del mundo y siendo abogado, ofreció asesorarme para la cuestión legal que yo tendría que enfrentar en poco tiempo.

Así que sin más, decidimos vernos para comer y platicar, y así fue. Nos citamos un lunes por la mañana en un restaurante conocido. Él llegó primero y yo después, en cuanto me vio corrió a abrazarme y a ofrecerme su apoyo incondicional. Como supondrás mi estado de ánimo no era el mejor, pero ni modo, había que encarar las cosas, así que le empecé a contar mis problemas y el a asesorarme en cómo resolverlo de la mejor manera.

Para ese entonces ya se había hecho tarde, pasaron muchas horas de hablar y hablar. El tiempo pasaba y cómo él vive en otra ciudad, decidió de último momento pasar la noche en un hotel. Le sugerí algunos y él eligió el más cercano a mi casa. Se me hizo raro pero por propias palabras de él―Para que no me quedara lejos cuando lo fuera a buscar en la noche.

Llegamos a su hotel y me dijo que si no me quería quedar. Obvio le dije que no, pero entonces me comenzó a recordar, de mucho tiempo atrás, cuando teníamos alrededor de 20 años, todas las aventuras calientes y cachondas que pasamos. Por ejemplo; cuando cogimos en un autobús; cuando me hizo sexo oral en un baño de la escuela; cuando tuvimos aquel trio excitante e inolvidable; cuando le chupe la deliciosa verga frente a sus amigos; cuando tuvimos sexo en la venta del edificio.

Tantas cosas que me recordó que de verdad se me antojó quedarme y revivir todo eso, pero tenía que regresar a casa, ya era tarde. Así que, solo me di la vuelta para darle un beso y despedirme ¡Ahhh pero que beso! Me metió la lengua lo más dentro de mi boca que pudo mientras me manoseaba y apretaba contra él. Me puso muy caliente pero aun así decidí irme.

Rumbo a casa iba manejando, pero la verdad es que estaba muy mojada, muy excitada, mis pezones muy paraditos. Era inevitable, me había calentado mucho y quería más. Así que sin pensarlo, di la vuelta y le llamé a su teléfono para decirle que iba para allá. Me dijo que se estaba masturbando pensando en mi pero que se detendría para guardarme su verga y vaciarme su leche.

En pocos minutos llegue a su hotel y ya me estaba esperando a la entrada. Se me acercó y me besó. Estaba muy excitado, se notaba en su respiración y en esa mirada con la cual me desvestía.

Me tomó de la mano y comenzamos a caminar por el pasillo, me dijo que esta noche haría olvidar mi tristeza y me haría recordar el mujerón que soy. Dicho esto, llegamos al elevador, como podrás imaginarte no perdimos el tiempo, pues de inmediato me arrinconó y metió la mano bajo mi falda. Sin más, me quitó la tanga y me metió su dedo para ver qué tan mojadita estaba. En eso, entró una pareja al elevador, y se nos quedaron mirando, seguramente se dieron cuenta de lo que estaba pasando así que de inmediato se bajaron.

Nosotros seguimos en lo que estábamos y me desabotonó la blusa y comenzó a acariciar mis pezones que estaban durísimos; obvio no se quedó con el antojo y me los empezó a morder. ¡Ahhh! y mis tetas a lamerlas y besarlas, pareciera que se las quería acabar a mordidas. Lamentablemente llegamos a nuestro piso, así que bajamos, el con mi tanga en la mano y yo viéndole la erección tan grande que tenía. Se notaba que ya le urgía cogerme, pues en cuanto entramos a la habitación, me recargó en la puerta, me arrancó la ropa a mordidas.

Después me sentó en la mesa y se sacó la verga, era enorme, ya no recordaba lo grande que era. Me tenía totalmente abierta de piernas así que comenzó a chuparme el clítoris, él sabía cuánto me gustaba. Su lengua era una experta en el tema, la movía muy rico y con diferente intensidad. Hizo que me viniera y me dijo que mis jugos estaban deliciosos

Ahora era mi turno y se me antojaba lamerle la verga y ponérsela muy dura. Me bajé de la mesa y se la empecé a chupar. La metía y sacaba de mi boca, una y otra vez, él me jalaba el pelo marcándome la intensidad con que quería que lo siguiera haciendo. Así seguimos y de pronto su leche comenzó a escurrir de mi boca. ¡Ahhh que sabor! Trataba de tomarla toda mientras seguía escurriendo en mi cara y en mis tetas. Fue delicioso...

Después de esto, nos recostamos un rato a descansar pero no pasó mucho tiempo en el que sentí cerca de mí una verga muy dura. Él ya estaba listo para continuar y aprovechar el tiempo, así que me puso en cuatro y me empezó a coger por atrás. Me metió tan rico su verga que ya estaba a punto de venirme pero me aguanté, quería aprovechar y gozar lo más que se pudiera, y lo dejé que la metiera y sacara todas las veces que él quisiera. Así continuamos y experimentamos con muchas posiciones más que él había aprendido del Kama Sutra.

lamentablemente estaba llegando la hora de irme, así que le pedí la última cogida como en los viejos tiempos, es decir, haciendo algo sumamente excitante, entonces, se le ocurrió pedir algo de comida al cuarto, y cuando llegó el camarero, la puerta estaba abierta, así la dejamos con la finalidad de que nos viera cogiendo. El empleado entró y mi amigo le dijo que se sentara y observará el espectáculo. El chico, un poco desubicado se sentó y miró. Y si, vio como mi amigo me metía la verga, me penetraba muy profundo y a su vez me daba de nalgadas. Me jalaba hacia el dominándome y haciendo saber quien mandaba.

De pronto, gemí como nunca. Hizo que me viniera tan intenso que mis jugos escurrían. Entonces, mi amigo le preguntó al camarero si quería probar, y este no lo pensó y me la empezó a meter, mientras mi amigo se masturbaba mirando la escena. Cuando estaba a punto de venirse, rápidamente apartó al camarero y me la metió para vaciarse todo dentro de mí y dejarme llena de él.

Pasado esto, el camarero salió de la habitación y mi amigo y yo nos fuimos a bañar, claro que ahí también cogimos, y cogimos, hasta quedar exhaustos. Estaba llegando la hora de irme y volver a mi realidad, así que él me dio un beso y me dijo que no me preocupara que todo saldría bien, porque si mi esposo no valoraba a la mujer que tenía, había quien sí lo haría y él era el primero en ponerse en la fila.

Y bueno, así pasaron las cosas, desde ese día reanudamos nuestros encuentros, yo sigo en mi proceso y él junto a mí.

Sandy

Otro relato ...




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