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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Sesión fotográfica de Carla
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Como muchas de las mujeres, Carla adora recibir y ser objeto de atenciones. También le encanta salir a comprar ropa interior sexy y costosa, vestirsela y tomarse unas fotos. A veces simplemente exhibirse, otras posar de una manera simplemente erótica, sin exponer mucha piel. Y a mí me encanta tomarle esas fotos, porque siempre se pone caliente como un volcán en erupción. Entonces, en esas frecuentes ocasiones, realmente los dos lo pasamos muy bien.

Una tarde de invierno, al regresar de una de esas salidas de compras, tuvimos una de esas sesiones. Carla comenzó posando con un pantaloncito blanco con bragas a juego, un sujetador de copas muy bajas, casi hasta los pezones. Le hice varias tomas, y luego dejó que se saliera la teta izquierda. Después, mientras se frotaba el pezón le saqué más fotos. Luego movió la  mano derecha hacia el coño y comenzó a frotárselo. Mientras lo hacía, le disparé una interminable serie de fotografías. Ambos nos estábamos poniendo realmente muy calientes. Pude ver sus bragas mojándose con los jugos que salían de su coño mientras se frotaba el clítoris y los labios.

Luego, se quitó sensualmente las bragas y se puso boca abajo, con las piernas bien abiertas y el coño completamente al descubierto y perfectamente visible. Le saqué varias fotos, luego extendí la mano y suavemente le inserté dos dedos profundamente en su húmedo coño, haciéndola gemir de placer.

Después de tomarle varias fotos de su coño mojado, se levantó para cambiarse el atuendo y se puso un camisón negro, corto hasta entrepierna. Se recostó sobre la cama mientras yo tomaba una foto detrás de otra. Después  buscó tomó su consolador favorito, un artilugio de color púrpura, lo cogió, se colocó y se lo insertó en su coño comenzándolo a mover dentro y fuera de su coño. Otra vez volví a ver los jugos empapando el consolador mientras gemía con cada embestida.

En ese momento ambos ya habíamos tenido todo lo que podíamos necesitar para estar supercalientes, así que me arrastré entre sus piernas y comencé a lamer su clítoris mientras ella trabajaba con el consolador dentro y fuera de su coño. Ella gemía con fuerza y su cadera estaba bailando frenéticamente.

Luego le retiré el consolador de su coño abierto y jugoso  y me arrastré entre sus piernas deslizando mi polla profundamente en su talentoso coño, Comencé a bombear dentro y fuera y Carla gemía intensamente por estar tan excitada. Tanto que hasta la oí gritar un poco mientras continuaba bombeando, luego le descargué una buena cantidad  de semen pegajoso y caliente dentro de su bien follado coño.

Luego, ella se relajó mientras tomaba fotos de su  coño abierto por la follada y pringoso por el chorreo de leche mientras metía sus dedos en su coño y  con el dedo en el clítoris jodiéndose hasta que volvió a correrse.

Luego lamió mi semen y su propio jugo de amor de sus dedos mientras yo le tomaba más fotos!

Tomamos fotos con frecuencia,  a Carla le gusta comprar camisones y a mí me gustan las consecuencias de su compra. Alguna de esas fotografías es posible que las hayáis visto en Internet. Y bueno, Carla acaba de regresar de su tarde de compras y es hora de ir a tomar algunas fotos.

CyJ

Otro relato ...

 

 

 

 




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