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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Sexo en la piscina
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¿Cómo explicamos las cosas que nos resultan agradables o repugnantes? He visto muchas respuestas a esta pregunta, pero ninguna de ellas es completamente satisfactoria. Lo mejor que puedo decir es que todos somos diferentes en muchos aspectos, incluidos nuestros gustos y disgustos.

Uno de mis "gustos" son las mujeres grandes. No me malinterpreten, me gustan todas las mujeres. Tanto que creo que puedo ser una lesbiana atrapada en un cuerpo masculino. Sin embargo, hay algo muy especial en las mujeres grandes, una cualidad de la sexualidad que encuentro deseable y muy excitante.

Y así fue como conocí a Isabel en una web de contactos que frecuento. Tuvo la amabilidad de aceptarme como amiga y respondió a mis breves notas con agradables respuestas. El anonimato que caracteriza a estos encuentros en línea permite a las personas compartir pensamientos, lenguaje, imágenes, historias, etc., de forma muy abierta. El perfil de Isabel contiene una breve e interesante descripción de sus gustos y aversiones y algunas de las cosas que ha escrito. Todo esto me pareció no sólo interesante, sino francamente estimulante desde el punto de vista sexual, lo cual es un eufemismo.

Una de las desventajas de las relaciones en línea es que las personas más interesantes viven invariablemente a grandes distancias, lo que excluye los contactos personales. Lo mismo ocurre con Isabel. Cuanto más nos escribíamos, más deseaba conocerla en persona. Finalmente le pregunté si podía escaparse y encontrarse conmigo en un centro turístico para adultos que conozco en Ibiza. Estuvo de acuerdo en que sería divertido y organizamos ese encuentro. Le pregunté si le gustaría que llevara a un amigo varón al que le guste el sexo y tenga una gran polla. Me dijo que le parecía bien.

Mi amigo se llama Iker y es bisexual, lo que pensé que sería una ventaja añadida al previsto encuentro. Es un poco tímido y me confesó que estaba un poco nervioso temiendo gustar a Isabel. Le aseguré que le gustaría y que disfrutaría de la experiencia. Además, expresó su preocupación por si ella encontraría ofensivo que me chupara la polla y le lamiera el coño. Le dije que creía que ella disfrutaría de ambas actividades. Luego se calmó un poco y reconoció que estaba deseando vivir esas experiencias.

Llegó el día y nos registramos en nuestra suite. Estaba previsto que Isabel llegara alrededor de las cuatro de la tarde y acordamos reunirnos con ella en la piscina en lugar de en la habitación. Iker y yo nos preparamos para ir a la piscina a esperarla. Los dos nos reímos mientras lo hacíamos porque cada uno tenía una enorme erección. Mi pene estaba en plena erección y el suyo estaba duro como una roca. Cogí su polla con la mano y empecé a acariciarla mientras él hacía lo mismo conmigo pero acordamos que debíamos esperar hasta que pudiéramos compartirlo con Isabel. Nos pusimos el bañador y bajamos a la piscina.

Hay dos piscinas en el Resort, una es para familias y la otra, a la que fuimos, está disponible sólo para adultos que no se sientan ofendidos por la desnudez o la actividad sexual. Nos estiramos en las tumbonas bajo el cálido sol. Los bultos de nuestros pantalones aumentaron por lo que vimos mientras esperábamos. Había unas cuantas mujeres desnudas y una de ellas tenía las piernas abiertas para que pudiéramos ver su coño y que se estaba metiendo los mientras la observábamos. En otra zona, una pareja estaba disfrutando de un 69 con muchos "Ooohhhs y Aaahhhs". De repente, la mujer gritó―Me estoy corriendo... Arghhh ―y él se limitó a gemir mientras descargaba su semen en la boca de ella, que la esperaba. Se levantaron, nos sonrieron, cogieron sus toallas y se fueron. Iker y yo nos miramos y sobraban las palabras. La mujer que se había estado masturbando ahora se lamía los dedos mientras nos sonreía. Iker y yo decidimos que nos encantaría ayudar.

Poco después llegó el maravilloso momento en el que Isabel entró en el recinto de la piscina. Llevaba un traje verde agua que mostraba maravillosamente sus grandes pechos. Después de las presentaciones, los abrazos y los besos, sugirió que nos metiéramos en el agua. Entonces ella dijo― Voy a quitarme el traje. ¿Por qué no hacéis vosotros lo mismo? ―Lo hicimos y nos introdujimos en el agua. Le alabé sus hermosas tetas y su buen culo e Iker le preguntó si le parecía bien que le acariciara las tetas. Isabel se rió un poco y dijo― si quieres― No perdí tiempo en poner mis manos alrededor de una de sus tetas y meterme el pezón en la boca. Ella tenía cada una de nuestras pollas en sus manos y comenzó los movimientos de la masturbación. Yo le frotaba los dedos en el clítoris mientras Iker tenía dos o tres dedos dentro de su coño.

Dos mujeres miraban atentamente lo que estábamos haciendo, desde fuera de la piscina. Iker sugirió que Isabel se sentara en el borde de la piscina y la ayudamos a hacerlo. Abrí suavemente sus bonitas, amplias y sexys piernas y empecé a lamerle los muslos hasta llegar al cofre de su tesoro. Iker se sumergió en el agua y empezó a chuparme la polla. Cuando subió a tomar aire, me moví para que pudiera lamerle el coño, lo que hizo de forma entusiasta. Ella emitía pequeños gemidos de placer mientras yo salía del agua y me ponía a su lado con mi polla cerca de su cara, los hilos plateados de presemen rezumaban lentamente desde la cabeza de mi pene. Ella tomó mi polla y lamió lentamente la cabeza azul-púrpura. Esto fue casi más de lo que pude soportar y entonces ella puso sus encantadores labios alrededor de mi polla y la llevó a su boca. En ese momento, una de las mujeres se acercó a nosotros, abrió las piernas y comenzó a masturbarse, sonriendo mientras lo hacía. Iker salió del agua y movió a Isabel para poder introducir su polla en ella y comenzó el gozoso vaivén hacia delante y hacia atrás y hacia dentro y hacia fuera. Isabel gemía de placer y me chupaba la polla cada vez más rápido. De repente, la mujer desconocida me dijo― ¿Puedo tomar un poco de eso? ―Me hice a un lado y ella puso su coño muy mojado cerca de la cara de Isabel mientras ésta ponía sus manos alrededor de las nalgas de la mujer y se llevaba el coño a la boca.

Iker dejó de follarla para levantarse y meter su polla, mojada con los jugos de Isabel, en la boca de la desconocida que esperaba. No perdí tiempo en meter mi polla dentro de Isabel. Su coño estaba caliente y húmedo y muy resbaladizo con los jugos mezclados de ella y de Iker. Isabel respiraba ahora con mucha fuerza y gemía mucho más fuerte mientras la follaba furiosamente. Casi gritó mientras anunciaba― ¡Ooohhh dios, me estoy corriendo! ―justo cuando la otra mujer agarró la cabeza de Isabel y gritó― ¡Ohhh siiiii… chúpame el clítoris...me estoy corriendo! ―mientras volvía a llevarse la polla de Iker a la boca. En ese momento, él rugió ― ¡Ahhh joder, siii! ― Y disparó una enorme cantidad de semen en la boca de la desconocida que esperaba. No pude aguantar más y disparé ráfaga tras ráfaga de mi propio semen en el maravilloso coño de Isabel. Mi polla salió fuera de su coño chorreante, la mujer desconocida me dio un gran beso y pude saborear el semen de Iker en su boca. Me agarró la polla y me dijo― Ven, deja que te la limpie ―y empezó a lamerme la polla. Iker comenzó a comer el pastel de crema que yo había depositado en el agujero del amor de Isabel y ella se corrió una y otra vez.

Todos estábamos satisfechos pero agotados. La otra mujer nos dio las gracias y dijo que lamentaba que su marido no estuviera allí para disfrutar de aquello. Nos dejó mientras Iker y yo nos turnábamos para besar la preciosa boca de Isabel y su maravilloso cuerpo. Nos esperaba una maravillosa cena y sabíamos que sería una noche inolvidable.

Y así fue.

Cogedor

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