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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
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Salí del trabajo y conduje hasta el supermercado y estacioné mi auto detrás de la tienda como me dijeron. Mi mente daba vueltas, preguntándome si debería hacerlo o no. Entonces recordé que me habían quitado el carné de conducir y que tenía que recuperarlo.

Me quede sentada en el asiento de conductor por unos minutos buscando a los tres chicos. Recordé lo que dijeron cuando se iban. Tenía que estar desnuda en el asiento trasero, y abierta de piernas. Querían encontrarme así cuando llegaran. Me dije a mí misma que mientras me quedara en el asiento trasero nadie me vería. Me pasé al asiento trasero y miré mi reloj, ya eran las ocho cuarenta de la tarde. Quería recuperar mi licencia, así que decidí desnudarme. Me quité la ropa, abrí bien las piernas y me recosté en el asiento. Esperaba que aparecieran pronto, era un manojo de nervios y pensamientos muy locos corrían por mi mente.

La luz del estacionamiento iluminó mi cuerpo como si fuera de día. Cualquiera que pasara por allí, tendría una visión clara de mi cuerpo totalmente desnudo. Intenté quedarme quieta, y esperaba que nadie me descubriera.

Pasaron quince minutos y chicos no llegaban. De repente vi luces que iluminaban el interior de mi coche. Mi corazón comenzó a latir con fuerza mientras trataba de permanecer quieta y mantenía las piernas abiertas, como me habían dicho.

Pude oír los frenos de un camión, y escuché el pitido de aviso de la marcha atrás. Estaba estacionando justo al lado de mi coche. Su cabina estaba a la par con mi puerta trasera y pude ver que alguien en el lado del pasajero. Había tres hombres en la cabina del camión y yo estaba temblando. Podía oír sus voces, y so solo esperaba que no miraran hacia abajo y me vieran.

El motor del camión se apagó, y pude oír a los hombres hablando. No podía entender lo que decían pero esperaba que no hablaran de mí. Escuché un fuerte chasquido, y vi una luz que se encendía dentro del camión. La puerta del lado del pasajero se abrió, dos hombres salieron, y fueron a la parte trasera del camión.

No sabía qué hacer pero traté de no moverme. Pude oír a los hombres en la parte trasera del camión cuando abrieron la puerta trasera del camión. Pude ver una gran puerta en la parte trasera de la tienda subiendo. Los hombres estaban sacando algunas cajas de la parte trasera del camión. Después de unos minutos, la puerta de la parte trasera de la tienda se cerró. Escuché que la puerta trasera del camión se cerraba de golpe. Pude oír pasos cerca de mi coche, vi la puerta del lado del pasajero del camión abierta. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho pero mi coño estaba empapado. Pude ver a alguien subiendo al camión. Otro hombre se subió al camión cerrando la puerta del pasajero. Pude ver la cara de un tipo que no estaba mirando hacia mí. El camión arrancó y empezó a moverse, no podía creer mi suerte porque no me habían visto y cerré los ojos.

Me quedé allí tumbada durante unos minutos, cuando de repente la puerta del lado del pasajero se abrió de golpe. Mis ojos se abrieron de par en par, eran los tres chicos de la semana anterior. Escuché a uno de ellos decir― ¡Hola zorra! ―Y me dio un masaje rápido en el coño y me metió los dedos. Les dijo a sus amigos que mi coño estaba muy mojado, animándolos a tocármelo. Mientras estaba acostada y me tocaban, la puerta trasera del lado del conductor se abrió. Vi a otros tres chicos sonriéndome y alguien dijo― Trajimos unos amigos.

Durante las siguientes dos horas, mi coño, boca y culo, fue tocado por sus dedos, y follado. Mis tetas fueron chupadas y apretadas. Yo era de ellos para joder, cada agujero fue sondeado y explorado. Mi boca se llenó de semen, una y otra vez. Flash tras flash de sus cámaras, yo era su puta y me lo hacían saber.

Nunca los oí irse, no sé cuánto tiempo estuve acostada allí. El esperma goteaba de todos mis agujeros, y estaba por todas mis tetas. Cuando finalmente recuperé mis sentidos, estaba de espaldas, extendida con las puertas abiertas. Fue entonces cuando vi a alguien parado al lado de mi pasajero, mirándome. Estaba sonriendo y frotándome los muslos pero no me moví. Empezó a acariciarme el coño y me metió un dedo. No supe qué hacer y me quedé allí tirada. Era mayor, y necesitaba un afeitado. Se sacó la polla acariciándola mientras me señalaba con el dedo. Se subió al coche y encima de mí. Me metió la polla y empezó a follarme el coño. No pasó mucho tiempo antes de que gruñera y empujara hasta el fondo. Podía notar su semen llenando mi coño. Finalmente se bajó de mí, se subió los pantalones, se subió la cremallera y me dio las gracias. Se agachó, tomó una bolsa y se fue.

Salí del coche, me vestí y cerré las puertas. Me subí al asiento del conductor y encontré mi licencia pegada al volante.

Cuando retrocedí con el auto y empecé a conducir vi al tipo que me acaba de joder. Estaba rebuscando en un contenedor cercano. No podía creer que un vagabundo me acabara de joder.

Bárbara

Bárbara va de compras

Estos son los relatos de las cosas que le ocurren Bárbara cuando va de compras. A veces se mete en líos de los que solo puede salir de una única forma. Pero pese a todo, le gusta y siempre regresa.

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