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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Sobrino de mi marido
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Cuando el virus comenzó a propagarse en nuestra ciudad. El sobrino de mi esposo terminó quedándose con nosotros por unas semanas.

Mi marido, mi hija de doce años de mi primer matrimonio y el sobrino de dieciocho años de mi marido, nos quedamos en nuestra casa. Sus padres estuvieron en confinamiento en su casa, por unas semanas. Viven algo lejos así que acordamos que se quedara con nosotros.

Sólo llevaba con nosotros un día, cuando lo atrapé revisando mi teléfono. Nunca lo bloqueo. Estaba bastante segura de que sabía lo mis fotos y de que yo chateaba con chicos de páginas de contactos. Pude ver que estaba viendo mis fotos desnuda. Las guardo en mi teléfono para enviarlas a los chicos en Internet. Creo que le gusto, ayer estuve aspirando el pasillo de los dormitorios. Su puerta estaba parcialmente abierta. Mi hija y mi marido habían sacado a pasear al perro. Cuando llegué a su habitación eché un vistazo. Estaba tumbado en la cama desnudo, se masturbaba y me sonrío. Yo sólo le sonreí y seguí aspirando. Terminé y volví a atrás para guardar la aspiradora. Eché un vistazo a su habitación, y estaba de pie al lado de la puerta masturbándose. Sonrió, y se corrió conmigo delante mirándolo. Me quedé allí unos minutos mirándolo sin saber qué hacer. Me di cuenta de que me estaba mirando e inmediatamente me alejé él no dijo nada

No tengo mucha privacidad con todos los que somos en casa y menos aún con el sobrino de mi marido. Tengo que escabullirme para entrar en mis suscripciones y en la red. No quiero que nadie vea lo que estoy haciendo. Ayer estuve hablando con un desconocido que me pidió que le enviara algunas fotos mías, en realidad de mi coño para ser más precisa. Fui al baño, y estaba sentada desnuda, con la cámara entre las piernas. No oí que la puerta del baño se abría y no vi al sobrino de mi marido entrar. Había olvidado cerrar la puerta del baño. Estaba de pie allí, con su cámara en la mano. Me estaba grabando en video, tratando de tomar imágenes de mi coño desnudo. Le dije que saliera, se rió y dijo seguro, saldré y le mostraré a tu hija lo que su madre está haciendo aquí. Me di cuenta de que tenía un video de mí hablando de fotos de mi coño, rápidamente le dije que se quedara. Continuó grabándome, recobré la compostura y empecé a levantarme. Me detuvo diciéndome que me quedara allí, me dijo que abriera más las piernas y me abriera los labios del coño. Le dije que mi marido y mi hija nos buscarían y que debería vestirme. Él se rió y me dijo que habían salido pasear al perro y no teníamos nada de qué preocuparnos. Nuevamente me dijo que abriera los labios o que le mostraría a mi hija el video de su mamá. Lo miré, abrí las piernas y los labios del coño. No paraba de decir que a sus amigos les iba a encantar verme. Me grabó en video con una mano y extendió la otra y jugó con mis pezones. Luego bajó su mano hasta mi coño y empezó a acariciar y a frotarme el coño. Pude notar como mi coño se mojaba. Me dijo que deslizara mi culo hasta el borde del asiento y que mantuviera las piernas bien abiertas. Se agachó y se bajó la cremallera de los pantalones sacando la polla. Su polla estaba dura y a centímetros de mi coño, extendió mi mano y la colocó sobre su polla. Mis dedos rodearon su polla y él movió sus caderas hacia adelante, acercando la cabeza de su polla entre los labios de mi coño. Me dijo que guiara su polla dentro de mi coño, mientras empujaba lentamente sus caderas hacia delante, abriendo mi coño. Lentamente empezó a follarse mi coño mojado moviéndose gradualmente más rápido, y más rápido, más profundo, y más profundo. De repente sacó su polla, me dijo que me bajara del asiento y me pusiera delante de él. Hice lo que me dijo, él entonces puso una mano en mi hombro, la otra aún nos grababa. Noté su mano empujándome hacia abajo, me dijo que me arrodillara, hice lo que me dijo. Su mano fue a mi cabeza, me dijo que le chupara la polla. Hice lo que dijo chupándole la polla dentro y fuera de mi boca. Finalmente la empujó hasta el fondo de mi garganta y la mantuvo allí. Noté su polla disparando su carga de semen caliente en mi garganta.

Mientras me vestía, me dijo que si hacía lo que me decía, de ahora en adelante, mi hija nunca vería el video de la puta de su madre. Me preguntó si lo entendía, le dije que sí, que iba a ser su puta y lo sabía. Me dijo otra vez que a sus amigos les iba a encantar verme desnuda, que iba a ser su puta favorita. Supongo que sé lo que haré las próximas semanas, creo que estaré ocupada este verano también.

Cuando mi marido y mi hija salen, me convierto en su juguete sexual. Vio un video de hombres abofeteando el coño de una mujer y le gusta que me tumbe de espaldas con las piernas abiertas, se graba a sí mismo abofeteando mi coño, para que sus amigos lo vean. Él lo llama darme una paliza, no se lo dije pero en realidad lo disfruto mucho. Al principio solté algún aullido y traté de cerrar las piernas. Me gritó que mantuviera las piernas bien abiertas. Otra vez me abofeteó el coño, otra vez grité e intenté cerrar las piernas. Me dijo que no iba a decírmelo otra vez. Si intentaba cerrar las piernas de nuevo, le mostraría a mi hija el video de mí en el baño. Me preguntó si lo entendía, le dije que sí, dijo que no dudaría en mostrárselo. Me recosté y me preparé para otra bofetada, él me dio una bofetada en los labios del coño, no intenté cerrar las piernas. En vez de eso, terminé chorreando. Otra vez me abofeteó, otra vez me chorreé. Una y otra vez, mi coño estaba rojo y empapado. Me encontré esperando las bofetadas, quería que me diera una bofetada más fuerte y más rápida, otra vez. Cuanto más me lo hacía, más me gustaba. Así fue como descubrí que me gusta que me den bofetadas en el coño.

Ahora apenas puedo esperar a la próxima vez que mi marido y mi hija saquen a pasear al perro. Deberían pasear al perro más de un par de veces al día.

Bárbara

Otro relato ...




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