Esta web utiliza cookies, puedes ver nuestra la política de cookies, aquí Si continuas navegando estás aceptándola
Política de cookies +
La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Tu novia perdió la apuesta
ADVERTENCIA: Esta página contiene textos, imágenes o enlaces que pudieran ser considerados no apropiados para personas menores de la edad legal. Por eso se hace esta advertencia. El contenido de los mismos es evidentemente "para adultos" y de contenido explícitamente sexual por lo que, hecha esta advertencia, si finalmente decides continuar, lo haces bajo tu única y exclusiva responsabilidad. No se obliga a entrar, es más, se recomienda que aquellas personas que puedan sentirse molestas, o incluso ofendidas, con el contenido de lo que aquí aparece, que se abstengan de hacerlo.

Tu novia estaba presumiendo de cómo podría vencer a tu amigo fácilmente al billar.

― Oh sí― dijo con una sonrisa― ¿Cuánto quieres apostar?

― Te apuesto lo que quieras ―dijo con un descarado meneo de cabello.

― ¿Apostarías tu culo? ― Preguntó con una sonrisa.

― ¡Eh! ¿Qué? ―Dijo, mirándote con inquietud.

― ¿Cuál es el problema, ahora no estás tan segura de ti misma? Se rió, guiñándote un ojo mientras te movías nerviosamente en tu asiento.

Tu novia es fogosa, así que se endereza― No estoy preocupada por eso, te ganaré con facilidad ―Luego se giró, le apuntó con la espalda y se abofeteó el trasero― No tendrás nada de esto ―bromeó.

― Ya veremos ―dijo, calibrando su cuerpo juiciosamente mientras él la miraba.

Por supuesto, él la ganó fácilmente en unos cinco minutos.

― ¡Hijo de puta! ― Gritó cuando la bola del 8 cayó.

― Es hora de desnudarse ―dijo él con aire de suficiencia.

― No lo haré ―dijo desafiante.

―Una apuesta es una apuesta ―insistió él moviendo las cejas hacia ti.

―Oh, hombre, déjala ¿quieres? ―Protestaste torpemente― No puedes hablar en serio.

― Lo siento amigo, pero voy a tener que follar a tu novia ―dijo con una sonrisa.

― ¡Ja, ja! ―respondiste.

― En serio, desnúdate ahora o no te dejaré jugar al billar aquí nunca más ―exigió, señalando con el dedo a tu chica.

Ella te miró tímidamente mientras comenzaba a desabrocharse la blusa.

― ¡Oye! ―Te quejaste― ¿Qué estás haciendo?

― Bueno, supongo que ganó la apuesta ―dijo con disgusto mientras comenzaba a quitarse la blusa, mostrando sus rosados pezones.

― ¡Oh, sí! Parecen deliciosos ―dijo tu amigo, frotándose las manos.

― Mierda, muchachos ―balbuceaste, sorprendido de que tu pene se estuviera poniendo rígido.

―Solo quítate los pantalones ahora ―dijo tu amigo, desabrochándose el cinturón.

― Ok ―dijo ella― Puedes mirar, pero no puedes tocar― Luego se quitó los pantalones vaqueros y se quedó allí pálida, desnuda y hermosa.

― Sí, claro ―se rió empujándola bruscamente sobre la mesa y sacando su polla.

― Oye, no dije que pudieras hacer eso ―dijo tímidamente, pero sin oponerse demasiado.

― Deja esa mierda ―exiges, poniéndote de pie.

― Perdió la apuesta, hombre, ahora tengo un culo ―dijo, hundiendo su polla en tu chica por detrás.

― Oh, mierda, estás duro como el acero― dijo ella que jadeó de placer mientras él comenzaba a bombearla desde atrás― ¡Oh, Dios mío! ¿Estás caliente por mí o qué?

― Tu coño está bastante húmedo, así que diría que no soy el único caliente por aquí ―jadeó él mientras la follaba.

― Esto está mal ―te quejaste sin convicción.

― No, no lo es, es increíble. El coño de tu novia es muy apretado ―dijo con crudeza mientras hundía su polla dentro y fuera de ella.

― Lo siento, cariño―tartamudeó ella― ¡Oh, mierda! creo que me estoy corriendo.

― Sí, yo también ― gruñó él agarrando sus caderas y bombeando carga tras carga de semen en tu novia.

― ¿Te estás corriendo dentro de mí? ―Preguntó dócilmente, con las mejillas sonrojadas por la pasión.

― Sí ―dijo con satisfacción.

― ¡Guauuu! eres valiente ―rió ella.

― Me voy de aquí ―dijiste con disgusto.

― No seas así ―dijo tu novia― Deberías quedarte a pasar el rato. Quiero volver a jugar, los mejores dos de cada tres…

Gustavo

Otro relato ...




Poco a poco, cada vez hay más relatos porque poco a poco os vais animando a escribirlos y a enviarlos para compartirlos. A lo mejor, tienes cosas que contar y que te apetece compartir, pues este es el sitio. Si lo deseáis, puedes enviar tu relato a la dirección que figura en este enlace enviar relatos prohibidos

Y si lo que quieres es copiar algún relato y compartirlo en tu sitio, o en otro, no olvides copiar y pegar también el enlace de donde lo has obtenido. y el nombre del autor, no cuesta nada y es de justicia.

Y si estás interesado en adquirir esta página, debes de saber que está en venta. Si tienes interés, puedes contactar con nosotros aquí.