La Página de Bedri
Relatos prohibidos Un desconocido se folló a mi esposa
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En aquel momento mi esposa tenía alrededor de treinta y un años de edad, un cuerpo perfecto; el pecho firme y el coño totalmente afeitado del que yo estaba muy orgulloso. Teníamos una vida sexual muy dinámica y satisfactoria. Teníamos fantasías y habíamos follado en la mayoría de los lugares más extraños que pudimos encontrar. Ella es una de esas mujeres a las que todo el mundo se quiere tirar. Aquella ocasión, iba vestida con una falda corta, botas altas y un top blanco ajustado que hacía que su pecho se viera increíble. La noche empezó como cualquier otra, nos fuimos a una discoteca de moda a pasarlo bien. Llevaríamos una hora cuando fui a buscar bebidas. Cuando regresé ella estaba hablando con un tipo negro muy guapo y muy bien construido, les saludé y los dos se miraron. Entonces mi esposa dijo— ¿Vas a decírselo tú o lo hago yo? — Sin esperar respuesta, ella se volteó, me miró y dijo— Quiere follarme nene ¿Qué te parece? Al oírla mi polla se puso dura como una roca, ella me miró y sonrió y luego se volvió hacia Adán y le dijo— Creo que eso es un sí. Dejé las bebidas y fui al baño a buscar condones, mientras dejábamos que Lola pensara a dónde podíamos ir, recordé que tenía las llaves de la casa de un amigo que estaba fuera, así que les sugerí que podríamos ir allí. Fuimos al coche de Adán, yo me subí a la parte de atrás y Lola fue delante. Era sólo un corto recorrido, casi un paseo. Nada más llegar, me adelante y abría la puerta. Cuando me di la vuelta pude verlos besándose en el coche. Silbé para llamarlos y Lola llegó primero mientras pasaba por delante de mí me susurró— Tiene una polla enorme, la acabo de notar. Todos nos dirigimos a la sala de estar y cuando entramos ella se dio la vuelta y me dio la cámara que llevó a la fiesta y me guiñó un ojo. Se sentó en el sofá y Adán se puso a mi lado mirándola. Ella se quitó su pequeña tanga negra y abrió bien las piernas para mostrarle que su coño afeitado ya estaba mojado. Yo no me podía creer lo mojado que estaba. Ella miró a Adán y dijo— ¿Te gustaría llenar esto con su polla? Él se colocó entre sus piernas separadas para besarla, mientras que los dedos de ella alcanzaron a abrir su cremallera para liberar una enorme polla; que tendría más de veinticinco centímetros de largo y más de siete de diámetro. Ella me miró y sonrió esperando mi aprobación que le di con un gran nudo en mi garganta por la emoción. Entonces empezó a deslizar la polla dentro de en su boca comenzando a chuparla. En ese momento, tomé la cámara y me alejé un poco. No podía creer lo que estaba viendo, mi bella esposa chupando una enorme polla mientras pensaba que la mía propia iba a explotar. Pero eso duró poco tiempo, mi bella esposa me pidió los condones que le entregué. Ella desempaquetó uno y se lo puso en la boca. Luego con la habilidad de una experta, lo deslizó sobre la polla. Después se colocó en posición en el sofá con lo que su coño quedaba a nivel con la polla de Adán. Luego me miró y dijo— Es posible que quieras venir aquí con cámara para hacer unas fotos desde cerca. Mientras yo me acercaba con la cámara en la mano, ella le dijo— Ya es hora de que me metas la polla y me follaras —mientras guiaba su polla hacia su coño con la punta presionando contra sus labios. Nada más hacerlo, empecé a tomar fotos de como aquella enorme polla entraba en mi esposa. Cuando él empujó muy profundamente dentro de ella me olvidé de la cámara y miré a mi esposa. La expresión de puro placer en su cara fue increíble y cuándo él se empezó a mover fuerte, ella dejó salir un gemido. Adán se la metía a mi esposa hasta las pelotas y pude ver que a ella le encantaba. Él me miró con una sonrisa descarada y comenzó a ir más rápido con su empuje. Adán comenzó a follarla como nunca antes y ella se quejaba con cada empujón de él. Mi esposa estaba recibiendo la cogida de su vida ante mis propios ojos. Yo estaba impresionado y sorprendido viéndolos follar por no sé cuánto tiempo. Entonces fue cuando ella le dijo— Fóllame por detrás y fóllame duro. Mi esposa se recolocó en el sofá y presentó su coño bien dispuesto a Adán que entró en ella por detrás y comenzó a follarla muy duro con su polla enorme que le metió toda en la vagina. Él siguió bombeando hasta que ella dejó salir un grito enorme, como los que deja escapar cuando tiene un gran orgasmo. Al mismo tiempo, comenzó a empujar con fuerza contra él y obtuvo el efecto deseado ya que se corrió empujando profundamente en ella. Después, él sacó su polla de dentro de mi esposa que se sentó en el sofá con las piernas temblando. Adán se quedó sentado mirando a mi esposa que se levantó del sofá con una gran sonrisa en su cara, me miró y dijo— Gracias, te amo tanto ¿Te gustó esto? — Y me besó como nunca antes y empezó a sacarme la polla, que estaba tan dura como el granito. Dejé escapar un suspiro cuando se puso a trabajar en ella. Vi su mano alargar al otro condón hacia Adán y le dijo— Vas a necesitar esto, os quiero a los dos ahora. Ella se acercó a Adán y se inclinó para mostrarme el coño mientras comenzaba a chupar de nuevo la polla de él. Yo no perdí tiempo en meter mi polla en su coño. Me la follé excitado por todo lo que había visto y oído. Adán estaba de nuevo duro y ella le chupaba la polla. Cuanto más duro yo la follaba, más duro chupaba ella la polla de Adán. Me estremecí cuando disparé mi carga profundamente dentro de su coño. Sus piernas comenzaron a temblar cuando ella se vino de nuevo. Cambiamos la posición y ella comenzó a chupar sus propios jugos directamente de mi polla todavía erecta mientras observo a Adán follando su coño por detrás y le vi venirse de nuevo. Esta vez ella ya no podía seguir de pie por más tiempo y se dejó caer hasta el suelo con las piernas apretando el coño palpitante. Nunca olvidaré esa noche y tampoco lo hará mi esposa. Cuando todos nos fuimos y nos despedimos a Adán, le estreché la mano y me dijo— Gracias amigo, realmente disfruté de tu esposa. Luego caminamos una corta distancia para tomar un taxi y después fuimos mirando las fotos de la cámara, ambos en estado de shock por lo que acaba de suceder. Cuando llegamos a casa, pusimos la tarjeta de memoria en el televisor y vimos las más de doscientas fotos que tomé. Al acabar, follamos en el sofá delante del televisor con la última foto que le tomé con Adán. Otro relato ... Poco a poco, cada vez hay más relatos porque poco a poco os vais animando a escribirlos y a enviarlos para compartirlos. A lo mejor, tienes cosas que contar y que te apetece compartir, pues este es el sitio. Si lo deseáis, puedes enviar tu relato a la dirección que figura en este enlace enviar relatos prohibidosY si lo que quieres es copiar algún relato y compartirlo en tu sitio, o en otro, no olvides copiar y pegar también el enlace de donde lo has obtenido. y el nombre del autor, no cuesta nada y es de justicia.Y si estás interesado en adquirir esta página, debes de saber que está en venta. Si tienes interés, puedes contactar con nosotros aquí. |
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