Esta web utiliza cookies, puedes ver nuestra la política de cookies, aquí Si continuas navegando estás aceptándola
Política de cookies +
La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Una noche con mi tía
ADVERTENCIA: Esta página contiene textos, imágenes o enlaces que pudieran ser considerados no apropiados para personas menores de la edad legal. Por eso se hace esta advertencia. El contenido de los mismos es evidentemente "para adultos" y de contenido explícitamente sexual por lo que, hecha esta advertencia, si finalmente decides continuar, lo haces bajo tu única y exclusiva responsabilidad. No se obliga a entrar, es más, se recomienda que aquellas personas que puedan sentirse molestas, o incluso ofendidas, con el contenido de lo que aquí aparece, que se abstengan de hacerlo.

Solía quedarme mucho en la casa de mi primo, siempre que mi tía se quedaba sola porque mi tío se iba de viaje de negocios. se suponía que era para hacerla compañía y que no estuviera tan sola. Cuando crecimos, mi primo y yo nos encerrábamos en su habitación a ver películas porno, de todo tipo,  y chicas con webcam en vivo. Un un día las cosas se pusieron muy excitantes y acabamos masturbándonos mutuamente hasta que mi primo se ofreció a chupármela. Me lo estaba haciendo cuando  oímos a alguien acercarse a al cuarto y apenas nos dio tiempo a separarnos y subirnos los calzones cuando se abrió la puerta. era la madre de mi primo, mi tía, que parecía haber quedado  sorprendida al vernos en situaciones bastante forzadas y es obvio  que no se creyó del todo nuestras excusas infantiles.

Unas semanas después, cuando regresé a su casa con mi primo, mi tía me cogió y me llevó a la cocina a solas, y muy severa me interrogó acerca de lo que estábamos haciendo mi primo y yo cuando entró en el cuarto. Le dije casi toda la verdad, porque intuía que mi primo también lo había hecho.

Después de escuchar mi versión interrumpiéndome ocasionalmente para preguntar por aspectos muy concretos, me reprendió por lo que habíamos hecho y me recomendó no volver a repetirlo bajo amenaza de contárselo a mis padres. Como pude, me excusé diciendo que solo lo habíamos hecho porque estábamos muy cachondos; ella pareció disgustarse porque yo había usado esa palabra y dijo que más tarde hablaría conmigo.

Esa misma noche, cuando ya estaba dormido, entró en mi habitación y me despertó.

―Ven ahora mismo a mi habitación ―me ordenó en tono serio y en voz baja. Y dicho esto salio de mi cueto.

Medio dormido y un poco asustado, bajé a la planta de abajo, donde está el cuarto de mis tíos, el de mi primo y el mío están en el último piso, bajo el desván. me quedé unos segundo a la puerta, sin saber muy bien que sucedía o que podría suceder. Llame suavemente a la puerta y su voz me respondió.

―Pasa y cierra la puerta después de entrar.

La obedecí, entré y la vi. de pie, frente a mi al lado de la puerta, me hizo pasar y cerró la puerta detrás de mí.

―Sé que es lo perfecto para hacerle a un chico travieso como tú ―me dijo tirando de mi por la  mano hacia el centro de la habitación donde me soltó sin dejar de mirarme y retrocediendo un par de pasos. Luego, de repente, mi tía dejó caer su bata quedando completamente desnuda y revelando un perfecto cuerpo. Definitivamente era muy atractiva; de más de ciento setenta centímetros, cabello moreno, ojos marrones con gafas, casi cien centímetros de pecho, coño depilado y largas piernas.

Se me quedó mirando fijamente durante unos instantes y dijo incitándome― No te quedes ahí parado toda la noche y saca esa polla tuya.

Como tardé en reaccionar, mi tía se me acercó y me bajó los pantalones del pijama liberando mi polla, que ya estaba mas dura que una roca. Ella pareció quedar asombrada, porque en ese momento yo apenas tenía diecisiete años. y una polla de unos veinticinco centímetros, mucho más grande que la de mi tío, como supe después.

―Bueno, mira que cosa enorme, no me extraña que estés tan cachondo todo el tiempo ―dijo mientras se arrodillaba frente ami y me tomaba el pene con las manos mientras me lo observaba casi con admiración.

Luego se lo llevó a la boca,  me lo besó y me lo chupó, también los testículos. Nada que ver con a mamada de aficionado que me había hecho mi primo aquella tarde. Mi tía se la metió toda, hasta los testículos, mientras yo jugaba con sus tetas.

Después de varios minutos, en los que ella me la mamó bien mamada y cuando y ame tenía a punto de correrme, se recostó y separó sus piernas completamente.

―Ven muchachito aquí y dale a tu tía lo que bien se merece ―dijo dándose la vuelta y poniéndose a lo perrito.

No perdí el tiempo y se la metí duro jodiendo su coño todo el tiempo que aguanté. Me encantó y excitó mucho más oír a mi tía gimiendo y repitiendo mi nombre. en alto varias veces. mientras disfrutaba de un orgasmo. Finalmente, sin pensar siquiera en ponerme un condón, exploté liberando toda mi carga de esperma dentro de ella.

Me quede dormido a su lado y me despertó  a besos, volvió a mamármela pero solo hasta que mi polla se volvió a poner tan dura como la primera vez. Luego se puso encima de mi y me cabalgó como una posesa moviendo frenéticamente la cadera mientras yo le amasaba las preciosas y suaves tetas. Esta vez volvió a gemir y repetir el alto mi nombre, pero gimió más y más tiempo, y dijo mi nombre más veces y más fuerte.

Esa noche, volvimos a hacer el amor varias veces más, y también al día siguiente, follamos durante toda mi estancia allí hasta que llegó el momento de irme.

Unas semanas más tarde, mi tía me llamó por teléfono y me preguntó si podía ir a verla. Llegué allí el sábado siguiente solo para recibir la noticia más aterradora de toda mi vida, mi tía estaba embarazada y solo podía ser de mí. Estuvimos varias semanas preocupados hasta que la sabia naturaleza obró su buena acción. Todo resultó ser una falsa alarma. A mi tía le regresó el periodo y me llamó alborozada. Nadie sabe, excepto nosotros dos sabe lo que pasó. Desde entonces seguimos follando pero con mucho cuidado y ella sigue gimiendo mucho y diciendo sin parar mi nombre.

Anónimo

Otro relato ...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 




Poco a poco, cada vez hay más relatos porque poco a poco os vais animando a escribirlos y a enviarlos para compartirlos. A lo mejor, tienes cosas que contar y que te apetece compartir, pues este es el sitio. Si lo deseáis, puedes enviar tu relato a la dirección que figura en este enlace enviar relatos prohibidos

Y si lo que quieres es copiar algún relato y compartirlo en tu sitio, o en otro, no olvides copiar y pegar también el enlace de donde lo has obtenido. y el nombre del autor, no cuesta nada y es de justicia.

Y si estás interesado en adquirir esta página, debes de saber que está en venta. Si tienes interés, puedes contactar con nosotros aquí.