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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Una noche mi esposa trae a alguien a casa
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El jueves por la noche llegué a casa de la oficina muy tarde. En la cocina encontré una nota de mi esposa, diciendo que había salido con sus amigas, incluyendo  Rebeca, para una noche de chicas. Saber que  Rebeca estaba allí con ella me puso muy nervioso; sabía que esa perra diabólica era una mala influencia para mi tímida esposa.

Me tumbé en mi sofá favorito y tomé unos vasos de whisky irlandés mientras veía algo de porno. Hacia la medianoche casi me quedo dormido, entonces me levanté del sofá y me dirigí al dormitorio. Cuando estaba subiendo las escaleras, oí la voz de mi esposa riéndose en la entrada principal. Sonaba como si hubiera tomado varias copas. Y no estaba sola, había alguien más aparte de mi esposa, porque oí su voz pidiéndole a su compañero que se callara. Pensé que podía ser  Rebeca, pero luego oí una voz de hombre.

Fueron a la habitación de invitados y dejaron la puerta abierta. Me acerqué, curioso por saber quién estaba allí con mi esposa. Me asomé por la puerta oculto por la oscuridad del pasillo y vi a mi esposa de rodillas. Estaba chupando la gigantesca polla de un enorme hombre negro, todo un perfecto y extraño hombre negro.

Después de un tiempo, no pude resistirme más y aclaré la voz para decir― Hola, cariño ¿te estás divirtiendo...? ―Entonces ella me miró y me presentó al hombre diciendo que se llamaba Tony, que se habían conocido en el pub y habían compartido taxi a nuestra casa. Pero parecía que el afortunado desconocido compartía mucho más que el taxi. Tony mantuvo los ojos cerrados mientras mi esposa se la chupaba. Ni siquiera me miró o dijo un simple "Hola"

Mi esposa se había quitado el vestido y estaba solo en una pequeña tanga. Sus hermosos pezones estaban duros y apuntando hacia arriba.

De repente Tony sacó su enorme miembro de la boca de ella y la empujó en la cama, a cuatro patas. Luego tiró de su tanga a un lado y puso sus gigantescos dedos en los húmedos labios de su coño. Mi esposa ya estaba chorreando sus jugos, mientras él le frotaba el clítoris. Vi cómo se estremecía con la excitación. Finalmente le quitó la tanga, se arrodilló sobre ella con la enorme polla en la mano y separó los labios del coño de mi esposa con su gruesa cabeza de su polla. Luego la deslizó hacia arriba y hacia abajo preparando a mi esposa caliente para la penetración que iba a ser masiva.

Mi esposa estaba jadeando fuerte y pidiéndole que se lo hiciera. Ella lo deseaba ya. Tony entonces empujó un poco la cabeza de su polla dentro del coño de mi esposa y esa magnífica polla negra comenzó a desaparecer dentro del cuerpo de ella.

Ella comenzó a gemir y gritar mientras el hombre empujaba para entrar más profundamente.

De repente, mi esposa dijo que quería que yo le cogiera el culo. Así, ella estaría lista más tarde tener aquella enorme polla en su apretadísimo agujero trasero, sin ningún tipo de dolor, ya que su bonito capullo se abriría por mi gruesa polla.

Tony sonrió y se retiró, mi esposa se dio la vuelta y me ofreció su trasero, Los dulces jugos de su coño eran suficiente lubricante para que yo le metiera la polla dura por su pequeño capullo del culo. Entré en ella y tardé unos diez minutos en sodomizarla, hasta que finalmente le llené el ano con mi cálido semen.

Mi esposa gritó cuando la saqué pero pronto Tony se colocó detrás de ella, listo para volver a follarle el culo al estilo perrito. Colocó la gruesa cabeza de su polla en la entrada trasera de mi esposa. Mi propia esperma estaba goteando de su culo y corriendo por sus muslos. Tony empujó su cabeza a través de mi semen. Empujó con fuerza y en un segundo ya la había metido hasta las pelotas en el culo de mi mujer. Ella empezó a gritar de alegría mientras goteaba semen por sus agujeros. Después de veinte minutos follándole fuerte el culo, el enorme negro gritó que diciendo que venía.

Mi esposa le pidió que le llenara el coño con su semen; entonces, él la sacó y se la metió de nuevo en su coño mojado y se corrigió profundamente dentro de ella. Luego sacó su polla todavía dura de su coño que estaba goteando una mezcla de su propio semen y los jugosos fluidos de mi esposa Después, mi esposa le limpió su polla goteante con su lengua y Tony le dijo que deberían volver a hacerlo pronto pero que sería mejor si yo no estuviera allí como testigo.

Esposo confiado

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