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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Vacaciones con cuernos
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Mi esposa tiene cuarenta y tres años y tuvo dos hijos, así que tiene un poco de barriga pero aún está delgada y tiene un buen par de tetas y un hermoso trasero. No es la mejor amante con la que he estado, pero las aventuras que he tenido siempre han resuelto ese problema. Además, soy un firme defensor de que lo que no sabes no te hace daño.

Sospeché que ella se coge a alguien pero me dije que de ninguna manera ella lo haría, así que no la presioné, pero pensé que quizás podría tener una aventura. Ella no lo sabe pero tengo acceso a su cuenta de Facebook y en los últimos años ha estado enviando mensajes sexuales a un par de antiguos novios.

Este año fuimos de vacaciones solos y la primera noche fuimos al bar y entablamos conversación con una pareja que llevaba allí un par de días, tomamos unas copas con ellos y quedamos en que nos veríamos mañana en la piscina y subimos a nuestra habitación porque ya era tarde.

Empezamos a salir con ellos ya que nos llevábamos bien y no fue hasta un par de días después cuando me di cuenta de que a ella le gustaba él. Comenzó cuando me di cuenta de que cada mañana miraba por el balcón antes de decidir cuándo bajar a la piscina, así que al día siguiente miré desde la ventana del dormitorio cada vez que ella salía hasta que llegó el tipo y dijo que deberíamos bajar Eso no me molestó porque no me importaría si ella se cogía a alguien más como yo lo he hecho otras muchas veces a lo largo de años y la idea de que se cogiera a alguien más me excitaba, así que lo primero que tuve que hacer fue comprobar si él quería cogérsela.

Al día siguiente nuestras esposas fueron al mercado local y nos dejaron en la piscina, así que me puse a hablar y empecé a charlar de sitios pornográficos y de cuál es mi tipo favorito de porno, que es el cornudo casero. Él me preguntó si alguna vez lo habíamos hecho y le dije que yo quería pero que no creía que mi esposa lo hiciera, dije que quizás se follaría a otro sin que yo lo supiera. Él me dijo que se la follaría mientras yo miraba si lo hacía, así que le dije que creía que a ella él le gustaba y que tal vez podría follarla si creía que podía hacerlo sin que yo lo supiera, así que decidimos poner en marcha un plan.

Empezó esa noche, hicimos que su mujer jugara al billar conmigo dejándolos solos para que él pudiera coquetear con mi esposa y probar un poco. Más tarde, cuando los dos estábamos solos, le pregunté cómo le había ido y me dijo que ella estaba dispuesta a hacerlo, porque él le había dicho algo como que la haría feliz en su habitación si tenía la oportunidad, y ella había respondido que le haría bien si tenía la oportunidad. Así que decidimos intentarlo dos días más tarde cuando inventariamos una excusa para que yo pudiera hacer como que tenía que ir a la ciudad pero en realidad me escondía en la habitación, en un armario del balcón. Después de comer fingimos que recibía una llamada que tenía que solucionar una cuestión en el pueblo y me fui. Pero subí directamente a la habitación y me escondí y miré por el agujero que había hecho antes que me daba una buena vista, me senté y esperé.

A la esposa de nuestro amigo le gusta beber y a las cuatro de la tarde suele subir a dormir una siesta. Unos pocos minutos después de esa hora se abrió la puerta y mi esposa entró sola. Fue directamente al baño y salió un par de minutos después, todavía en bikini, y se sentó en el borde de la cama mirando la puerta. Después sonó un golpe, se levantó y abrió la puerta. Mi corazón dio un salto mientras nuestro amigo entraba. Ella se ella fue a la cama y se subió de rodillas y sin decir apenas una palabra él se subió y se arrodilló delante de ella, puso un brazo alrededor de su cintura para tirar de ella hacia él y besarla mientras su otro brazo se dirigía a su pecho para acariciarlo. Mientras lo hacía, ella se adelantó y empezó a frotarle la polla sobre los pantalones, yo estaba allí con una enorme erección y me di cuenta de que había cometido el gran error de no llevar la cámara de vídeo o tener mi teléfono conmigo.

Después de un minuto, más o menos, él se agachó y se bajó los pantalones y su polla, que era bastante más grande que la mía, salió ya dura y se metió en el ombligo de ella que se estiró, la cogió y empezó a masturbarle. Me encantaba ver como ella subía y bajaba su mano por la polla. Mientras tanto, él se había estirado detrás de su cuello y deshecho en nudo del sujetador del bikini que se cayó exponiendo sus tetas y se agachó para besarlas y lamerlas Cuando él volvió a subir, ella continuó masturbándose mientras él la besaba de nuevo.

Luego él se acostó y sostuvo su polla para que apuntara hacia arriba, ella la cogió con su mano y bajó la cabeza para chuparla. Él la soltó y lo escuché gemir mientras los labios de mi esposa se deslizaban por su polla haciéndole una mamada. Me encantaba ver la polla de otro hombre en la boca de mi esposa.

Después de un par de minutos, él le dijo que se quitara la braga del bikini. Ella lo hizo y fue a seguir chupándosela pero le pidió que se pusiera en la posición 69 y la sostuvo por las nalgas mientras ella bajaba su coño en su cara y se llevaba su polla a la boca de nuevo, con su mano bombeando arriba y abajo mientras ella besaba lamía y chupaba. Eso siguió otros pocos minutos antes de que ella dejara que su polla se saliera de su boca, levantó la cabeza y la escuché decir― no pares ―y unos segundos después, ella se acostó sobre él mientras su orgasmo la atravesaba con la polla a centímetros de su cara y mientras las manos de él frotaban su cuerpo y siguió lamiéndole el coño hasta que ella terminó. Entonces él la empujó suavemente sobre su espalda, se levantó y se puso entre sus piernas con la polla en la mano, masturbándose lentamente antes de bajarse y guiar su polla hacia ella. Pude ver su polla mientras la empujaba y ella dio un grito de asombro y dijo― ¡Oh Dios mío, eso es grande! ―mientras él empezó lentamente a follársela. Ella se acercó a él y él se acostó sobre ella, sus piernas lo envolvían mientras él empujaba a través de su follaje con largos golpes rítmicos.

En este momento, debió haberse dado cuenta de que mi visión no era la mejor, así que pasó las manos bajo el culo y la movió, así que yo los miraba desde atrás. Sus piernas eran anchas y pude verle la polla entrando y saliendo mientras se la follaba, Después de unos diez minutos se levantó, y la levantó, así que ella quedó sentada sobre él, con la polla dentro del coño. Mi esposa se movió hacia atrás y adelante besándolo mientras sus manos jugaban con sus tetas y la frotaban por la espalda.

― ¡Voy a correrme! ―Dijo él.

― Córrete en mis tetas ―pidió ella gimiendo las apretó entre sus manos.

Él siguió unos segundos más y luego se sacó la polla de dentro de ella y fue hasta sus tetas donde empezó a correrse. Mi esposa se estremeció cuando un chorro la alcanzó en la mejilla pero el resto se derramó en sus tetas y su estómago.

Mi esposa se acostó en la cama, cubierta de esperma, respirando pesadamente mientras él se levantaba, iba al baño y volvió con papel higiénico y la limpió. Cuando la limpió pensé que se vestirían y volverían a la piscina, pero se acostó en la cama y puso su cabeza entre sus piernas y empezó a lamerle el coño otra vez, dándole otro orgasmo antes de levantarse para mostrar que tenía una gran erección de nuevo que provocó una sonrisa en la cara de mi esposa.

― ¡Oh bien, tengo más! ―dijo ella.

― Mucho más ―dijo él que la giró de lado, así que ella estaba de frente a mí, luego se puso detrás de ella, le levantó la pierna y pude verle la polla, mientras ella la bajaba y la guiaba a su coño, y vi como su cabeza se deslizaba dentro de ella y empezaba a follarla por detrás, mirándola a la cara. Sabía que a ella le encantaba y se agachó para frotarse el clítoris mientras él seguía follándola y frotándole las tetas hasta que ella se corrió otra vez. Entonces él disminuyó la velocidad follándola lentamente hasta que se apartó de ella y le pidió que se pusiera a cuatro patas.

Yo tenía una vista perfecta mientras se ponía detrás de ella pajeándose lentamente con la polla en la mano, miró hacia donde sabía que yo estaba, entonces empujó su polla dentro de mi esposa y empezó a follarla fuerte y rápido. Al poco, él empezó a quejarse en voz alta y luego empezó a empujar meterle toda la polla. La tenía sujeta por las caderas y la estaba martillando y pensé que se iba a correr, pero se calmó y le dio un par de cachetes en el culo, algo que le dije que a mi esposa que le gustaba, y luego la sacó y se acostó a su lado masturbándose lentamente, le tomó cerca de un minuto recuperarse antes de que se levantarse y le pusiera la verga en su boca moviendo la mano arriba y abajo mientras trataba de entrar tanto como pudiera pero sólo lográndolo con cerca de la mitad. Ella le lamió las bolas, y arriba y abajo, hasta que él le dijo― ¡Ponte encima! ―Ella pasó una pierna sobre él y le guió su verga al coño, luego se deslizó sobre ella y comenzó a montarlo. Él le acarició las tetas antes de que ella se inclinara hacia adelante para frotarle las tetas en la cara mientras se movía arriba y abajo sobre su polla, algo que me gustó. Finalmente la tiró su pecho y puso un brazo alrededor de ella y el otro en su culo y comenzó a empujar hacia arriba rápido y después de un par de minutos le oí decir― ¡Me estoy corriendo!

Pensé que ella se bajaría y acabaría con él a mano pero para mi sorpresa mi esposa le dijo― ¡Córrete dentro de mí!

― ¿Seguro?

― Si, seguro ―respondió ella.

Así que él la cogió más rápido hasta que con un gemido empezó a correrse dentro de ella y luego, con unos últimos empujones fuertes se relajó, y se acostó por un par de minutos con mi esposa sobre su pecho. Ambos respiraban pesadamente y la polla de él todavía estaba dentro de mi esposa hasta que lo besó y dijo― Mejor bajamos antes de que vuelva.

Entonces se bajó y con la mano entre las piernas fue al baño. Él miró hacia donde yo estaba y señaló con el pulgar hacia arriba antes de vestirse, esperó a que ella saliera del baño y se vistiera para irse juntos. Esperé un minuto antes de salir e ir directo al baño para la paja más rápida de mi vida. Me tomó unos menos de veinte segundos. Estaba tan excitado por lo que había visto que esperé un cuarto de hora antes de bajar a la piscina.

Ella todavía parecía como si aún estuviera siendo follada y se había sonrojado, así que le pregunté si estaba bien y ella dijo que sí pero se disculpó y corrió a la habitación diciendo que volvía a buscar algo.

Quería que lo hicieran de nuevo para poder poner una cámara pero cuando se lo mencioné él se negó y dijo que con una vez era suficiente, así que no conseguí fotos o videos pero el recuerdo se quedará en mi memoria se quedará conmigo para siempre. Pero no sé si ella me lo dirá alguna vez ya que no ha dicho nada todavía.

Barman

Otro relato ...




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