Tim ha sido un amigo íntimo mío y de mi esposa Andrea durante varios años. Una noche Andrea y yo habíamos estado disfrutando de unas bebidas con alcohol. Ella había bebido un poco más de la cuenta cuando sonó el teléfono. Era Tim y dijo que estaba cerca y que le gustaría pasar por nuestra casa. Le dije que me parecía buena idea y después de colgar le dije a Andrea que fuera a ponerse algo sexy para Tim.

Ella se levantó de un salto y corrió a la habitación para buscar algo que ponerse y yo fui a la cocina a buscar más bebida. Cuando llegó Tim, le abrí la puerta, le di una cerveza y nos sentamos en el salón. Me preguntó dónde estaba Andrea y le dije que estaba por allí en alguna parte. En ese momento entró en el salón con un pequeño par de pantalones cortos de jean cortados, que mostraban la mitad inferior de su pequeño trasero. Sus piernas eran morenas, doradas por el sol y los pantalones cortos le sentaban muy bien a sus piernas.

Pude darme cuenta que no llevaba bragas debajo de los shorts y tampoco llevaba sostén ya que sus pezones se podían ver a través de la muy delgada tela de algodón de la camiseta. ― ¿Están hablando de mí? ― dijo.

― Tim sólo preguntó dónde estabas ―Le dije.

Por toda respuesta, puso las manos en las caderas y mostró sus tetas con orgullo, luego se giró lentamente para darle a Tim una buena perspectiva de sus nalgas bronceadas y peguntó― ¿Lo que llevo puesto está bien o que tengo que cambiarme?

― A mí me parece bien ―dijo Tim.

―No sé, cariño, que tal vez necesites ponerte algo más de ropa, que lo que llevas puede poner duros los penes de Tim y el mío pero Tim dijo que está bien y eso sirve ―Le dije.

Andrea se rió y dijo― ¿He hecho eso?

― ¿Hiciste qué? ―dijo Tim.

― Pregunté si mi ropa hacía que tu gran polla se pusiera dura.

Tim me miró nerviosamente y dijo― Bueno, sí.

― Tranquilo Tim, relájate amigo, Andrea es muy bromista ―Le dije.

― Soy mucho más que una bromista ―dijo Andrea.

Le seguí la corriente, así que le pregunté― ¿Qué eres?

Y ella respondió― Soy tu caliente esposa y estoy cachonda.

― Bueno, ¿quieres que Tim y yo te cojamos? ―Le pregunté.

― No sólo tú, sino también Tim ―dijo.

Miré a Tim que parecía asustado y le dije― Para mal mío, parece que te vas a llevar todos los coños de esta noche.

Apuró su cerveza y dijo― ¿Eso es de verdad?

Tomé la botella vacía y mientras caminaba hacia la cocina dije― Es de verdad.

Me tomé un poco de tiempo extra para coger otra cerveza y darles la oportunidad de empezar. Cuando regresé, Tim estaba sentado en el sofá y Andrea de rodillas entre sus piernas. Tenía su mano alrededor de su polla. Cuando me vio regresar dijo ― ¡Mira esto! ―Miré y vi que sus dedos no se alcanzaban y nuevamente pidió― Mira lo gruesa que es la polla de Tim, me va a estirar mi pequeño coñito.

Le di una cerveza y me senté frente a ellos para no perderme nada de la acción.

Andrea hizo lo mejor que pudo para intentar chuparle la polla, pero no pudo meterse ni la mitad. Se puso de pie, se quitó la camiseta y me la tiró. Luego se desabrochó los pantalones y los bajó. Se paró frente a Tim con el culo desnudo y le preguntó― ¿Te gusta mi coño recién afeitado?

― Me gusta mucho ―siseo Tim.

Ella le juntó las piernas y luego se arrastró sobre él. La vi agarrarle la polla y frotar la cabeza de arriba a abajo entre los labios de su coño.

Hizo una pausa y vi que tenía hoyuelos en las nalgas de su culo mientras se esforzaba en bajar sobre él. Hicieron falta varios intentos para metérsela, pero una vez que la tuvo dentro de ella, se inclinó para besarle y dijo― Cariño, ¿puedes ver cómo la polla de Tim está estirando el coñito de tu mujercita?

― Si Andrea, se ve muy bien.

Me quedé allí sentado y vi a mi dulce mujercita follarse a mi mejor amigo durante más de treinta minutos. No podía decir cuándo llegó Tim pero Andrea se levantó y se acercó a mí, me dio la espalda y se inclinó y puso las manos en las rodillas y dijo― ¡Come!

Extendí las manos, tomé sus caderas en mis manos y enterré mi cara en su coño recién follado. Después de que la dejé limpia, ella tomó sus pantalones cortos y se los puso― Me quedaré en topless si te parece bien.

Le dije que sí, y Andrea invitó a Tim a pasar la noche y los tres nos metimos en la cama. Andrea estaba de cara a mí y se puso a decirme de que la estaba follando otra vez. Me quedé dormido y me despertó la cama moviéndose varias veces durante la noche.

A la mañana siguiente abrí los ojos y me quedé mirando fijamente a los ojos medio cerrados de Andrea. Me sonrió y pude ver que Tim estaba trabajando en su coño otra vez. En esas veinticuatro horas se folló a mi mujer ocho veces y después de que se marchara pude disfrutar del placer del coño bien jodido de mi mujer. Le di las gracias por el espectáculo y me preguntó si habría más.

Gogo

Otro relato ...

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