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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Visita a un amigo
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Un día, que fui a visitar a un amigo, y antiguo compañero de trabajo y a su esposa, nos pusimos al día de los viejos tiempos hablando sobre nuestro antiguo empleador y de toda la gente con la que habíamos trabajado. Era una noche de verano muy calurosa y los tres estábamos sentados alrededor de la piscina y disfrutando de la temperatura  mientras tomábamos cerveza y contábamos historias sobre algunas de las cosas que la gente hacía en la oficina.

Cuando mi compañero de trabajo empezó a contar la historia de la vez que el jefe de ventas, cuya oficina estaba al final del pasillo, se olvidó de cerrar su puerta y fue sorprendido, por el equipo de limpieza, cogiéndose a su secretaria sobre el escritorio, la esposa de mi antiguo compañero de trabajo se excusó y entró en la casa. Unos minutos después volvió a salir con una gran toalla de playa envuelta a su alrededor. Dijo que como era una noche muy calurosa, era el momento perfecto para refrescarse. Dicho eso dejó caer la toalla mostrando que estaba completamente desnuda, se zambulló en la piscina y comenzó a nadar.

Notando mi sorpresa, mi compañero de trabajo me dijo que recientemente habían decidido probar el tener otras parejas sexuales porque él no podía tener erecciones a causa de la medicación que estaba tomando por su enfermedad. Dijo que su esposa, que por cierto es una morena muy hermosa y delgada, siempre había estado enamorada de mí y quería que yo fuera su primera pareja. Así que habían organizado aquel encuentro para comprobar si yo estaba dispuesto a ello. En ese momento estaba más que dispuesto. Como no había tenido sexo en varios meses, mi pene se tensaba bajo mis pantalones intentando salir y entrar en su hermoso cuerpo.

Mientras mi compañero me preguntaba si estaría dispuesto a hacer el amor con su esposa, ella salió de la piscina y se acercó a mí colocando su ombligo contra mis labios. Empecé a besar su cuerpo hasta llegar a su hermoso pecho deteniéndome para chuparle cada pezón y luego subiendo por su cuello hasta que nos unimos en un profundo y apasionado beso.

Mientras ella y yo compartíamos nuestro abrazo amoroso, mi compañero que secaba la espalda de su esposa mientras nos besábamos, llevó la toalla a la sala de estar y la extendió sobre la alfombra para que la usáramos. Mientras nos besábamos, noté su mano bajar y agarrarme la polla por encima de mis pantalones. Notando su tamaño, jadeó y dijo que quería verla. Así que, como no quería esperar más, me quité toda la ropa y dejé que mi polla se liberara. Cuando vio el tamaño de mi polla dijo que no estaba segura de sí cabría dentro de ella.

Luego se arrodilló y comenzó a hacerme una mamada increíble junto a la piscina. Su técnica para chupármela fue increíble y pude sentir meses de almacenamiento acumulándose como viejos amigos fieles a punto de irse. Sin querer venir demasiado pronto, le dije que quería que aquello durara y que yo también necesitaba probarla. Así que se levantó, nos fuimos a la sala de estar y nos acostamos en la toalla que mi compañera de trabajo puso para nosotros en la posición 69 con ella encima.

Después de varios minutos disfrutando cada uno del sabor del cuerpo del otro, se dio la vuelta y se puso sobre mí, agarrándome la polla al mismo tiempo y colocando la punta de mi polla en la entrada de su coño. Lentamente empujó hacia abajo permitiendo que la cabeza de mi polla se entrara en su coño extremadamente apretado. Cada vez que empujaba hacia abajo, se relajaba y empujaba hacia abajo un poco más para permitir que su coño se expandiera y se acostumbrara a mi tamaño. Mientras seguía metiendo más y más mi pene dentro de ella, su coño cedió y se lo metí todo enterrándose profundamente dentro de ella.

Cuando sintió que mi polla estaba totalmente dentro de su vientre, soltó un fuerte gemido y le dijo a su marido que yo estaba dentro de su fábrica de bebés. Luego se inclinó hacia adelante deslizando sus brazos alrededor de mi cuello y me suplicó que la tomara porque era mía para tenerla cuando yo la quisiera.

La puse de espaldas y empecé a follarla metiendo mi polla en su vagina hasta el fondo. Cada vez que empujaba, podía notar su coño apretándome la polla. Sus hermosos ojos color avellana estaban entrecerrados mientras algunas lágrimas corrían por sus mejillas por la intensidad de sus orgasmos.

Después de varios minutos de que las paredes de su coño apretado se aferraran a mi polla, no pude aguantar más y los meses de semen acumulado estaban a punto de ser liberados. Cuando le dije que me iba a correr, me envolvió con sus piernas y empujó su cuerpo hasta el mío, mientras yo la empujaba y le inyectaba chorro tras chorro de semen en su vientre. Después de que mi polla dejara de latir, la mantuve dentro de ella para disfrutar de la sensación de su tensión mientras nos besábamos apasionadamente.

Conmigo aún dentro de ella me dijo que era virgen cuando se casó con mi amigo y que yo era la primera persona en hacerle el amor aparte de su marido. Dijo que estaba muy feliz de que yo fuera su primer amante extramarital y que por ahora estaba satisfecha de que yo fuera su único amante si yo estaba de acuerdo con ello. Le dije que estaba muy contento con ese arreglo y que sólo hablar de ello me estaba sacando una erección otra vez, así que nos fuimos al dormitorio donde continuamos haciendo el amor el resto de la noche.

Varios días después mi compañero de trabajo me llamó y me dio las gracias por hacer feliz a su esposa y que era bienvenido a su casa para tenerla cuando quisiera porque ella está enamorada de mí y de mi polla.

Anónimo

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