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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Visita por la tarde
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Recibí una llamada de uno de los chicos que me preguntaba si iba a estar en casa después de las tres de la tarde. Dije que estaría y me respondió que probablemente irían a verme. Me pidió que llevara muy poca ropa cuando les abriera la puerta. Sus amigos querían verme a mí, no a mi ropa. Le dije que lo entendía y que me aseguraría de darles una satisfacción.

Decidí que les abriría la puerta con mi bata corta. A eso de la hora señalada sonó el timbre, me levanté y desaté la bata, estaba desnuda debajo de ella, porque pensé que les daría la visión que querían. Fui hasta la puerta y la abrí, delante dos chicos que no reconocí parados allí. Parecían ser un poco mayores que los otros. Yo llevaba mi bata abierta, como había prometido, y ellos se quedaron mirando y sonrieron. Les saludé y les dije que entraran y se sentaran en el sofá. Les dije que les traería un refresco, y fui a la cocina. Pude oírlos susurrar en la otra habitación, dejé la bata abierta y volví con sus refrescos.

Me senté frente a ellos en el sofá asegurándome de mantener las piernas abiertas. Les dije que me llamaba Bárbara, y ellos me dijeron sus nombres. Les pregunté si podían ver lo suficiente, sacudieron la cabeza y sonrieron. Abrí bien las piernas y no podían apartar la vista de mi coño. Pregunté si estaba bien así como estaba sentada. De nuevo sacudieron sus cabezas y me sonrieron. Traté de hacer algunas preguntas, pero estaban más interesados en mí cuerpo que en hablar.

Pensé que eran tímidos así que me levanté y me quité la bata. Me giré y les mostré mi trasero, les pregunté si les gustaba y respondieron que les encantaba, añadieron que pensaban que era muy sexy. Les pregunté si les gustaría que me sentara con ellos en el sofá, y ellos sacudieron sus cabezas sin dejar de mirarse y sonreír.

Me senté entre ellos con mi cuerpo tocando el suyo. Les pregunté si les gustaban mis tetas, y dijeron que sí. Les pregunté si les gustaría tocarlas, y con tono inseguro me preguntaron si podían hacerlo. Les dije que sí y puse una mano de cada uno de ellos en mis tetas, animándolos a que las acariciaran.

Finalmente comenzaron a relajarse y comenzaron a apretarme las tetas y a pellizcarme los pezones. Me incliné hacia atrás ofreciéndoles todo mi pecho. Se fueron turnando para chupármelas y mordisquearme los pezones. Dejé escapar pequeños gemidos de placer, y pude notar mi coño mojándose. Tomé sus manos y las llevé a mis muslos, abriendo bien las piernas. Coloqué una pierna sobre cada uno de ellos, y acaricié cada una de sus pollas.

Los noté tensos y rígidos bajo mis caricias. Pero sus pollas crecieron en mis manos, y sus manos encontraron el camino a mi entrepierna que empezaron a masajear y también empezaron a tocarme el coño.

Les saqué la polla de los pantalones y seguimos jugando entre nosotros mientras mi coño estaba empapándose con mis jugos.

Lentamente bajé mi boca hasta la polla de uno de ellos, metiéndola dentro de mi boca. Continué chupándola dentro y fuera de mi boca. Noté que su cuerpo se ponía rígido y me obligó a bajar la cabeza, metiendo su polla hasta mi garganta. Podía notar una carga tras otra de su semen bajando por mi garganta. Me sostuvo la cabeza hasta que terminó de correrse. Levanté mi cabeza y le sonreí volviendo mi atención a la polla de su amigo. Tomé la cabeza de su polla entre mis labios. Le oí gemir y puso sus manos en la parte posterior de mi cabeza. Lentamente empecé a chuparle la polla, lentamente al principio, luego lo comenzó meter y sacar la polla rápidamente de mi boca, empujándola profundamente en mi garganta, una y otra vez. Mientras se follaba mi boca, la polla de su amigo entró en mi coño.

El chico en mi boca se puso tieso y me metió la polla profundo disparando su semen en mi garganta. El chico en mi coño estaba empujando más y más rápido. Finalmente se puso rígido y empezó a correrse en mi coño. Lentamente la sacó, y noté su polla resbalar fuera de mi coño.

Mi cuerpo se debilitó y me colocaron en el sofá de tal manera que mi culo quedó apuntando hacia arriba.

De nuevo noté una polla entrando en mi coño, el chico al que se la acababa de chupar ahora me estaba follando el coño. Empezó a empujar más y más rápido, finalmente empujándola lo más profundo posible y manteniéndola allí. Noté su corrida muy adentro de mí.

Me quedé boca abajo en el sofá hasta que recuperé la compostura. Lentamente me di vuelta y me senté en el sofá. Los chicos estaban sonriendo de oreja a oreja y vistiéndose. Dijeron que tenían que irse pero me dieron las gracias diciendo que disfrutaban teniendo sexo conmigo.

Yo sonreí, alcancé mi bata, me levanté y me la puse.

De nuevo la dejé abierto, me miraron, y se miraron entre ellos. Sonriendo me dieron las gracias de nuevo. Se fueron y bajaron las escaleras de mi porche hasta la acera. Echaron una mirada hacia atrás y se chocaron los cinco.

Cerré la puerta y volví a la mesa de la sala y recogí los vasos de soda, fui a la cocina a lavarlos y secarlos. Los guardé en el armario, y mientras cerraba la puerta del armario sonó el teléfono. Era Miguel, uno de los chicos de hace unas semanas. Se disculpó y dijo que después de todo no iban a venir hoy. Confundida, le pregunté quiénes eran chicos tipos que acababan de irse. Me dijo que no tenía ni idea, que había surgido algo y que sus amigos no podían venir hoy.

Colgué y traté de encontrarle sentido a la llamada de Miguel. Volví a la sala y me senté de nuevo. Alcancé mi copa y vi unos papeles y un panfleto sobre la mesa de café. Sabía que no estaban allí antes porque había recogido la mesa antes de que llegaran los dos chicos.

Cogí los papeles y empecé a leerlos, era un folleto para un servicio de cortacésped. También tenía un contrato en blanco para el servicio. Fue entonces cuando me di cuenta de que acababa de tener sexo con dos chicos que vendían servicios de cortacésped. Pensé que eran los chicos que dijeron que iban a venir a follarme.

¡Dios mío... ¡

Bárbara

Historia de unas galletas

Estos relatos de Bárbara narran las aventuras que tuvo después de que un chico fuera a su casa a venderle unas galletas.

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