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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Acompañando a Belu y Vicki
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Este comienzo de mes lo hizo con tremendas oleadas de calor. Para nosotros había llegado el verano. Me encanta vestirme con poca ropa y disfrutar los lindos encuentros que me ofrece esta época del año.

Nuestra amiga Belu, me invitó para acompañarla a ella, y a Vicki, a un encuentro con unos nuevos amigos.

Esos amigos eran tres. El mayor, Santiago pasaría por nosotros el viernes a las veinte horas e iríamos a su casa donde nos esperarían, Héctor y Damián. Este tipo de encuentros sirven para divertirse, beber y tener sexo. Esto último siempre es el principal motivo que tienen los hombres para organizar un encuentro.

Santiago estaba esperándonos puntualmente en su espacioso automóvil. Es un hombre de piel tostada, con gruesos bigotes negros, como su cabello, de cuerpo fornido, sonriente y amable. Belu se subió a su lado, Vicki y yo en el asiento trasero. Las chicas estaban hermosas. Yo vestía bermuda, zapatillas y una camiseta blanca.

A pocos minutos de Buenos Aires, llegamos a nuestro destino, la casa de Santiago. Allí nos presentó a sus amigos.

Héctor un hombre muy blanco, de estatura media. Su edad estaría en los treinta y cinco años. Damián. Un chico delgado, el más alto, casi desprovisto de vellos en pecho. Su edad no llegaría a los 20 años. Los tres nos prodigaron mucha cordialidad y atenciones.

Las chicas quisieron darse un refrescante chapuzón en la piscina. Santiago, sugirió que nos refrescáramos los seis.

En una habitación nos vestimos las mallas de baño, Belu, Vicki y yo. Un pequeño triangulito de tela fucsia cubría el sexo de Belu y una tirita se hundía entre sus nalgas. Similar prenda cubría a Vicki, en color verde agua. Sus pechos estaban libres semejando melones maduros en Belu y pomelos rosados en Vicki. Yo vestido con una tanga negra junto a ellas.

Cuando llegamos a la piscina, los tres hombres emitieron silbidos de admiración. El dueño de casa devoraba con sus ojos el cuerpo curvilíneo de Belu.

Más delgada Vicki, con pechos más chicos, de cintura breve un culo blanco con las nalgas separadas por la cinta de su malla de baño. Era seguida por la mirada atenta de todos; cuando hacía movimientos en el agua.

Ya no había luz natural pero las luces del jardín permanecían apagadas. En una esquina de la piscina Belu estaba rodeada por los brazos de Santi. Héctor tomando una mano de Vicki se ofreció a enseñarla a flotar de espaldas. Luego la sostuvo con ambos brazos sobre el agua pasando un brazo debajo de su espalda, y el otro bajo sus nalgas. Los pechos de Vicki quedaban a escasos centímetros de la boca de Héctor.

Damián y yo nos pusimos a jugar a nadar sumergidos hasta llegar a un punto. El que más aproximará ganaba. Luego de varios intentos practicando se alejó de mí. Yo debía nadar sumergido y salir frente a su cuerpo sin chocarlo. Nadé hasta él, al tocarlo di un manotazo adrede sobre el miembro. Ambos nos reímos, mi compañero de juego ocultaba algo de buen volumen.

Saltábamos, girábamos, nos rozábamos con propósito. Luego me puse a flotar boca abajo frente a él, quedando mi culo casi fuera del agua. Me dio una palmada sobre los glúteos y nos reímos por la ocurrencia.

Le pedí que flotase boca arriba si sabía hacerlo― Claro que se sé ―respondió y comenzó a flotar. Apreté su verga semirígida entre los dedos y la palma de mi mano y nos reímos mirándonos sin decirnos nada.

Las chicas decidieron salir del agua y fuimos a secarnos y cambiarnos. Pude ver los bultos crecidos de los hombres marcándose en sus atuendos de baño.

Ya en el comedor con buena aclimatación. Ellas con sendos pantaloncitos jeans cubriendo media nalga. Sus remeritas cortitas de hilo blanco se levantaban por los duros pezones sin sostén. También yo me calcé un pantaloncito jean muy corto todo desflecado y musculosa rosa.

Santi, había organizado una partida de naipes, para jugar por parejas. Él y Belu, Vicki y Héctor, Damián y yo.

En una mesita, con los naipes se enfrentaban Santi y Belu en una misma silla, contra Héctor y Vicki, en otra silla. Los hombres sentados con las piernas abiertas y las chicas acomodadas en el hueco de entrepiernas. El culo de Belu es tan generoso que no calzaba entre las piernas de Santi que lo que debió cerrarlas y ella sentarse encima. Lo mismo hizo Vicki luego de unos minutos de juego. Esa partida ganó Santi con Belu.

Dami y yo debíamos enfrentar a Héctor y Vicki. El no separó sus piernas y apoye mi trasero sobre su humanidad. El calor que emitía su verga traspasaba la tela de mi pantalón. Ganamos y a modo de festejo rodeó mi cintura con un brazo y me atrajo hasta pegarme a su vientre.  Brinqué de alegría y cuando me paré, apoyé la mano sobre su verga ya dura. La siguiente ronda y final, nos frotamos tanto que nos desconcentramos y perdimos el juego por dos puntos.

Luego de varias cervezas y cenar algo liviano, Santiago cuando pasaba junto a Belu, le tocaba el culo. Ella entonces lo movía graciosamente y lo perseguía para tocárselo a él. Héctor no perdía ocasión de rozar las tetas de Vicki. Damián salió a tomar el aire. Yo en un sillón imaginaba ser tratado como una mujercita, deseaba sentirme poseído por un hombre.

Escuchamos música mientras las chicas se higienizaban para dormir. Luego lo hicieron Santi y Héctor. Por último yo sólo y luego Dami pasó al baño. Salí envuelto con una toalla y ocupé mi camita en la pieza que compartiría con Dami. A los minutos llegó él en calzoncillos y se acostó, y permanecimos en silencio, con las luces apagadas y todo en calma. Entonces oía voces apagadas, algún sonido del amor y gemidos apagados por almohadas, así permanecí, no sé cuánto tiempo.

Dami no se movía pero de pronto dijo― Me voy afuera no quiero pajearme.

― Voy con vos, no puedo dormir ―le respondí.

Salí envuelto con la toalla de baño y Damián en calzoncillos. Caminamos hasta la piscina sin hablar. Cuando llegamos, dejé caer la toalla y desnudo puse los pies en el primer escalón. Él se quitó la prenda y pude ver la silueta de su verga tiesa recortada en la luz nocturna. Se la veía hermosa.

Ingresé hasta tener el agua a la altura de mi pecho y le alargué una mano invitándolo a entrar. Lentamente bajó los escalones y cuando el agua llegó a sus pelotas, suspiró.

Lo tomé por la verga y luego de jugar con su prepucio hacia atrás y adelante, introduje su glande en mi boca, y con delicadeza la tragué hasta mi garganta. El permaneció inmóvil sin decir nada. Hasta que pudo articular― ¡Nunca me lo habían hecho!

Me puse de pie y su pene como braza, se apoyaba en mi vientre. Busqué sus labios con los míos. Su boca aspiró mi lengua, como para quitármela. Rodee su nuca con mis manos y luego me dejé caer besándole el pecho, aspirando su glande generoso y duro que me llegó a la garganta.

El grosor del tronco de su verga me mantenía la boca abierta al máximo. Mi cuerpo hervía, deseaba ser tomada como mujer. Cuando nos abrazamos nuevamente, él se paró en la piscina y yo en los escalones de entrada para salvar nuestra diferencia de estatura. Nos besamos. Sus manos rodearon mi cintura, luego mis nalgas y sus dedos hurgaron en mi ano. Eso provocó que comenzará a distenderse un poco con sus caricias.

― Me gusta como lo tenés ― dijo.

― Es para vos ― respondí para animarlo a más.

― Quiero besarlo y comerlo ― dijo ya muy caliente.

Coloqué la toalla apuntando a la pileta en la parte profunda. Me acosté boca arriba sobre ella y Dami se acercó a mí desde el agua. Recogió mis piernas hacia atrás y encontró mi ano a la altura de su boca. Su lengua lo pinceló, mojó con saliva y poniéndola en punta le aplicaba golpecitos.

A esta altura del juego deseaba a gritos sentir su verga sometiéndome. Con el culo empapado en su saliva, me acomodé de rodillas al filo de la pileta en la parte menos profunda. Él, parado en el agua orientó la cabeza de su falo y me arrancó un temblor cuando empujó. Dos empujones más la hicieron entrar hasta la mata de pelos que acariciaron las paredes internas de mis glúteos abiertos como un libro. Se movía con fuerza entrando y sacando unos minutos hasta que se dejó caer sobre mí teniéndome ensartado a fondo. Gruñó y sentí las contracciones de su verga descargando semen.

Abandonamos nuestra posición de copulación. Le dije que estuvo de 10. . Que me dolió un poco .por el grosor de su herramienta. Y nos acostamos en el césped, sobre la toalla mirando el cielo nocturno. Paso un brazo debajo mi cuello. Y me confesó que una vez intentó coger por el culo a una chica, y ella se espantó, dijo que la iba a destrozar.

Mientras él hablaba, le acariciaba el pecho y el vientre. Luego me puse de rodillas, lo besé y mencione que me hizo llegar al orgasmo. Continúe por besarle el pecho, luego la barriga y llegué al pene que comenzaba a despertarse. Lo besé tímidamente, lo recorrí con la lengua y le lamí las bolas y el perineo. En unos minutos estuvo erecto y lo introduje en mi boca haciéndole una garganta profunda.

Dami se retorció de placer y me preguntó si quería sentarme a horcajadas sobre él. Apoyé mis manos en las suyas con mis piernas separadas rodeando su cintura. Y mi ano rozando y frotando su verga ya casi endurecida. Tomé su mano y con ella dirigí el falo a la puerta que buscaba. Él levantó un poco la pelvis para lograr entrar, yo lo ayude, con el peso de mi cuerpo sentándome.

Se me escapó un quejido que motivó a Damián que ambas manos separó mis nalgas y comenzó a levantar su pelvis violentamente. Me empujaba tan fuerte que mi cara quedó junto a la suya y no podía incorporarme. Cuando la sacó de mi introdujo dos dedos y me pidió ponerme en cuatro. Le obedecí cuando ya tenía el culo manando jugos.

Damián comenzó a dar estocadas a fondo. Cuando me aprisionó fuerte por la ingle y pegó mi culo a su pelvis, inyectó por segunda vez una carga de semen en lo más profundo de mí. Luego nos tiramos a descansar antes de regresar a la pieza a dormir y le dije― Nunca imaginé que volvería bien cogido, con el culo hinchado, baboso y feliz.

Rober.

 

 

Belu y Viki

Viki y Belu son dos amigas íntimas que comparten vivienda, secretos y cama. Posiblemente saben que Claudio y Rober son novios y acuerdan pasar cuatro días feriados en un apartamento en Mar del Plata. La intención era disfrutar de la playa y de todo cuanto les divirtiera y del sexo como se fuera dando.

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