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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Belu y Viki con Mauri
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El segundo día de playa en Mar del Plata, mis amigas Belu y Viki, tendidas sobre una lona playera exponían sus atributos apenas cubiertos por unas diminutas prendas. A pocos metros de ellas nos instalamos Claudio y yo.

Belu, cubriendo sus ojos con anteojos para sol; seguía con su mirada a todo hombre que pasará ante ella. O quizás seguía con sus ojos los marcados atributos de los caballeros.

Viki optó por ponerse en movimiento. De pie y con sensuales gestos se interesaba por todo vendedor que pasará a su lado. Probando anteojos, pareos, pañuelos, gorritos y todo cuanto le ofrecían. Belu desde su posición observaba los paquetes de los vendedores.

Claudio, eligió ir a refrescarse con el agua de mar. Como tardaba en regresar, lo busqué con la mirada y lo hallé conversando con un chico muy joven, blanquito, rubio y de lindo culito. Se reían, mientras mantenían una charla en la que estaban ambos muy interesados. El diálogo se extendió bastante más de una hora, hasta que Claudio regresó mientras el chico rubio se alejaba de la playa rumbo a la Rambla.

Belu, se sumó a Viki en probarse cuanta cosa le ofrecían. Así entablaron un fluido contacto verbal con un vendedor de vestidos playeros. Un joven de piel muy oscura, cabello negro ensortijado, medianamente delgado, un poco más alto que Claudio.

Cuando regresó mi amigo le pregunté si había logrado algo, a lo que me respondió― Creo que sí, hoy saldremos a tomar un par de cervezas con Dan.

Volví a preguntar― ¿Lo vas a hacer llorar? ―Clau sonrió sin decir palabra.

Sentí celos de que mi hombre gozará con otro cuerpo, pero no dije nada. También sonreí pensando en el momento que su amiguito, teniendo a Clau apoyado en su espalda con la verga erecta lo sintiera en su puertita, al parecer sin muchas visitas.

Cuando decidimos volver a nuestro alojamiento, las chicas estaban contentas. El motivo de su alegría era que Mauri. Un vendedor de la playa iría a mostrarles otros modelos de prendas. Iría a la noche con los vestidos a nuestro apartamento y compartiría un trago con Viki y Belu. El único sin programa para la noche era yo. No podía sumarme al encuentro de Clau y no podía sumarme a las chicas. Se lo mencioné a Belu. Mi buena amiga, me sugirió quedarme en la habitación que comparto con Claudio. Ellas recibirían a Mauri en el living y no sabían cómo transcurrirá el encuentro. Me permitió instalar mi camarita espía a fin de verlos. Y si todo salía bien hasta podría participar. Su buena aptitud me ilusionó y tolere que Clau fuera cogerse un chico apenas conocido.

Apenas entrada la noche, Claudio, prolijamente vestido y perfumado se despidió de mi con un beso en los labios y apretándome una nalga. Me dijo― Si no hago nada, a mi regreso te hago gozar. Luego salió a la calle y yo me quedé en la habitación desnudo, acostado en nuestra cama y comprobando el funcionamiento de la cámara.

Belu y Viki esperaban vestidas con pequeños bikinis cubiertos con vestidos playeros cortos casi transparentes. Y con los pechos descubiertos escuchaban música esperando su visita. Creo que el tiempo de hacia interminable para ellas y también para mí.

Belu, trajo tres latas de cerveza en una bandeja. Abrieron dos y la tercera me la acercó a la habitación― ¡Rober, estás desnudo! ―dijo mirándome.

― Si…tengo la piel hirviendo ―Respondí.

El timbre sonó señalando la llegada de Mauri. El joven moreno, sonriente con un bolso grande estaba en la puerta vestido con remera larga negra y Bermudas verde oliva.

― Hola ―dijo un poco nervioso.

Las chicas lo besaron en la mejilla, luego le ofrecieron ubicarse en un sillón alcanzándole una latita de cerveza.

― Vamos bebiendo amigo, mientras nos probamos ―Dijo Belu mientras Viki, se reía por todo.

Mauri sacó una prenda y se la pasó a Belu que hizo movimientos para quitarse lo puesto fingiendo tener dificultad― ¿Podes ayudarme, Mauri?

Él se reincorporó rápidamente y fue subiendo el vestido sobre la cabeza de Belu mientras ella permanecía de espaldas a Mauri con los brazos en alto. Luego giró quedando de frente al chico enseñándole sus hermosos pechos. Así deslizó la prenda a probar preguntando como la veían y luego Mauri repitió la operación de quitársela.

Viki, también se probaba prendas sin ayuda, mirándose al espejo. Mientras duraba la sección de probar ropa sonaba buena música y tomaban cerveza.

A la tercera prenda que probó Belu, las manos Mauri rozaron levemente sus senos. Los pezones se marcaron como dos botones oscuros en su piel muy blanca. Su sexo apenas contenido por la bikini, tendía a desbordar la prenda. Los Bermudas de Mauri también se habían abultado notablemente.

Con un movimiento calculado el joven acercó su pelvis hasta apoyarse en el hermoso y carnoso culo de Belu. Ella aprovechó a preguntar ― ¿Con qué me tocaste, Mauri? ―Y dirigió la mirada a su paquete. Él se sonrió, ya tenía una erección imposible de ocultar.

Viki se había vestido con uno de los playeros a probarse pero se había quitado la bikini. Acercándose a los otros dos preguntó con ingenuidad calculada― ¿Se nota mucho?

Mauri no podía quitar los ojos del monte de venus de Viki; totalmente depilado que se transparentaba. Mientras contemplaba absorto a Viki, Belu bajo una mano tocando la Bermudas henchida― Parece que Mauri quiere cogernos ―Dijo mirando a Viki que respondió― Tengo ganas... pero no quiero que nos vea....no quiero que pueda señalarnos en la playa. Que todo quede aquí y que podamos manejar la situación.

Mauricio aceptó acostarse en la alfombra cubierta con dos toallas de playa. Con las manos detrás de su cabeza atadas con un pequeño cintillo y los ojos vendados.

Ambas chicas se abalanzaron sobre su presa y le quitaron las Bermudas, quedando expuesta su descomunal verga de más de 20 centímetros, coronada con una gran cabeza color borra de vino. Los hinchados testículos estarían cargados de semen dispuestos a inundar la cuevita de Belu. O su boca. También Viki quería recibir su porción. Sentí envidia por mis amigas que se quitaban la ropa y se entregaban al placer.

Belu lo montó a horcajadas mirando hacia sus pies. Pude ver el culo perfecto de mi amiga. Como deslizaba esa cabeza oscura entre los labios carnosos de su vagina y luego pincelaba la puertita marrón casi cerrada.

Viki, también sobre él, ponía la vagina a la altura de su boca. Y ella lamia la cabezota luego que pasaba por el culito de su amiga. Mauri, suspiraba mientras su glande dejaba escapar gotitas de líquido preseminal.

Belu avanzó hacia los pies de él y Viki ocupó su posición. Pincelo su vulva y dejó que la llenara la carne morena.

Belu ofreció su sexo a la boca de Mauri y con la suya lámina el coño de Viki mientras permanecía ensartada en el grueso mástil. Entonces se estremeció, su cuerpo tembló al tiempo que Mauri levantaba su pelvis para golpearla más fuertemente e inundarla de semen caliente.

Luego, Belu besaba su pecho, su barriga, su ingle, sus bolas… intentando que recobrase su rigidez el falo.

Viki, con una mano entre sus piernas para contener los fluidos que bajaban fue a buscarme. Casi en susurro me dijo― Acércate... hazle un pete. Yo lo entretengo para que no te vea.

Así fui desnudo... Viki se sentó sobre el pecho de Mauri mirándolo. Belu se alejó y me permitió meter su pene en mi boca. Lo sentía caliente y duro, cada momento más duro y más caliente hasta que Mauri levantó bruscamente la pelvis, dejó escapar un gruñido y descargó su semen en mi garganta. Ante la situación, las chicas se rieron a la vez. Pero Mauri no percibió que no podían reír ambas si una estaba atragantada.

Volví silenciosamente a la habitación, me quite todos los pegotes de la boca y continúe en la cama mirando a mis amigas acostadas a su lado acariciando su cuerpo esperando a que se recupere.

Al cabo de unos minutos Belu lo montó nuevamente mirando a sus pies. Y se pasaba la cabezota entre los labios de su vagina. Mauri suspiraba pesadamente al tiempo que su verga cobraba todo su volumen y rigidez. Belu acomodó su posición para que el falo se alineara con su canal vaginal. Con un movimiento rápido y brusco, Mauri ensartó más de la mitad de su verga en la intimidad de Belu que quiso salir pero no pudo, las manos de Mauri estaban libres. Y Viki era la responsable de la travesura.

La había tomado por la cintura golpeándola a fondo desde abajo entre los chillidos y llantos de Belu. Había metido sus dos dedos pulgares en el culito de mi amiga intentando agrandar la puerta pequeña para ingresar con toda su humanidad. Esa vez no pasó de ahí pero Belu se llevó el susto de su vida pensando que terminaría con la retaguardia muy lastimada. Viki y Claudio festejaban la ocurrencia.

Rober.

 

 

Belu y Viki

Viki y Belu son dos amigas íntimas que comparten vivienda, secretos y cama. Posiblemente saben que Claudio y Rober son novios y acuerdan pasar cuatro días feriados en un apartamento en Mar del Plata. La intención era disfrutar de la playa y de todo cuanto les divirtiera y del sexo como se fuera dando.

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