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La Página de Bedri
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Crucero Privado
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Nuestros días de vacaciones habían comenzado bien. El sol brillaba con fuerza y disfrutábamos bronceándonos. Mi esposa y yo nos relajábamos porque lo necesitábamos después de demasiado trabajo.

El viaje en barco fue idea mía y pensé que a ella le gustaría. Y así fue, y cuando se lo dije sonrió y aceptó, diciendo que podríamos disfrutar de un almuerzo romántico y luego nadar al sol de la tarde. A ella le agradaba la idea.

Era el principio de la temporada y no tuvimos ningún problema para alquilar un buen barco para un crucero privado de un día. Lo arreglé todo con el capitán, que era un amable hombre negro llamado Jesús que me dijo que no me decepcionaría con sus servicios.

Al día siguiente, mi esposa y yo llegamos al muelle muy temprano. El capitán nos presentó rápidamente a la tripulación, dos guapos jóvenes llamados Fredo y Tom. Ambos eran sobrinos suyos.

Mi esposa llevaba un pequeño bikini amarillo, con una larga falda envuelta alrededor de la delgada cintura. Cuando abordó el barco tropezó cuando pero rápidamente Tom la sujetó con sus jóvenes y fuertes brazos sujetándola por la parte superior del cuerpo, y apretando la blusa contra el cuerpo y haciendo que los pechos de mi esposa se elevaran.

Vi que ambos jóvenes se miraban el uno al otro mientras mi esposa les daba las gracias. Sus miradas se cruzaron y se sonrieron. Aquella mirada entre ellos había sido rápida, pero lo suficientemente significativa.

Mientras navegábamos, tomamos un almuerzo realmente muy bueno, pescado fresco, ensaladas y carnes frías, todo regado con un buen vino tinto. Al terminar, ambos jóvenes se nos unieron a tomar una copa, mientras el capitán estaba al timón, poniendo rumbo a una bahía aislada en la costa.

Me hice a un lado, abandonando la conversación con los chicos y mientras más y más ron añejo llenaba mi copa. Mi esposa comenzó a coquetear con los dos jóvenes insinuándoles sus bonitas formas redondeadas, apenas cubiertas por el pequeño bikini amarillo. Ambos chicos no podían apartar la vista de sus largas y bronceadas piernas y las suaves curvas de sus tetas redondas. Incluso sus pezones endurecidos podían verse a través del fino tejido.

A pesar del hecho de que me estaba emborrachando con tanto ron, la idea de que mi esposa coqueteara con aquellos dos jóvenes me tenía la polla tan dura como una roca. Me sentía tan caliente como en el infierno y quería follar. Y entonces pensé que podía hacer de voyeur y mirar a mi esposa en las manos de aquellos fornidos tripulantes del barco.

Estaba seguro de que ella lo aceptaría, porque sabía que estaba cachonda como yo.

Así que pensé que no me sería muy difícil fingir que me encontraba mal, todos sabían que había bebido demasiado y que estaba mareado. Entonces dije que no me sentía bien y que iría abajo para tomar una siesta. Mis palabras fueron recibidas con una discreta satisfacción por parte de los chicos. Mi esposa se limitó a suspirar y no dijo ni una sola palabra. Y se podía distinguir la forma de sus pezones duros bajo el bikini.

Debajo de la cubierta encontré una litera baja contra una pared de la cabina trasera. También vi que había varias ventanas que daban a la cubierta, así que elegí la que daba mejor vista. Desde allí, pude ver la y cómo se le unían los dos jóvenes.

Tom puso su mano en el hombro de mi esposa en lo que pensé que era sólo un gesto inocente, pero entonces su boca se encontró con los labios rojos y regordetes de ella. El otro chico pasó una de sus manos por la parte superior de su bikini. Sus dedos apretaron y masajearon suavemente las tetas bajo la tela y ella cerró los ojos y gimió suavemente. Entonces, el chico le desnudó las lindas tetas. Luego Tom le comenzó a acariciar los duros pezones a mi esposa; mientras su compañero le pasaba las manos por sus largas y delgadas piernas. Y fue pasando cada vez más alto los dedos hasta casi tocar sus bragas. Mi esposa gimió de nuevo cuando aquella exploración llegó hasta el cubierto montículo de su pubis.

Desde mi escondite vi como sus muslos se relajaban y se abrían lentamente. Eso era obviamente lo que Fredo había esperado que sucediera y rápidamente le apartó la entrepierna de las bragas hacia un lado; descubriendo los brillantes labios del coño de mí esposa. La muy perra ya estaba mojada, cuando el joven metió la cara entre los atractivos muslos abiertos. Y mi esposa gimió nuevamente. Y mientras Fredo le chupaba el coño, su compañero le estaba destrozando las tetas.

Mi esposa buscó la polla dura de Tom que era enorme y estaba totalmente erguida. Era tan gruesa, que ella no podía ni siquiera abarcar con sus dedos alrededor del tratando de meterse más la lengua de Fredo dentro de ella. El chico la estaba llevando al orgasmo, como yo podía comprobar.

Cuando el cuerpo de mi esposa comenzó a retorcerse y a temblar al inicio del orgasmo, Tom empujó su polla en la boca de mi esposa. Ella tenía los ojos cerrados mientras el clímax se extendía por todo su cuerpo, pero se dio cuenta y sacó la lengua para lamerle la cabeza a aquella enorme polla.

Mientras empezaba a chupársela a Tom, el otro chico estaba ocupado quitándose los pantalones. Su polla ya estaba dura y parecía saber dónde quería meterla. Simplemente le quitó las bragas del bikini a mi esposa y se puso entre sus piernas abierta; preparándose para meterle la polla por el coño. Se puso sobre los hombros las piernas de ella que gemía profundamente, suspiraba y pedía que la follase mientras el otro le sacaba la polla de la boca, todavía sin eyacular y empezaba a masturbarse con la mano.

Pero entonces mi esposa se dio cuenta y les rogó que se corrieran sobre su cuerpo. Gimoteó diciendo que quería tener sus pollas en su coño y culo al mismo tiempo.

Ambos se miraron con cara de satisfacción y Tom se colocó de espaldas. Mantuvo su gruesa polla apuntando hacia arriba esperando el coño de mi esposa. No tuvo que esperar mucho tiempo. Ella se sentó a horcajadas sobre él y comenzó a moverse de un lado a otro, empalada por el monstruo de aquella enorme polla. Fredo rápidamente encontró la posición adecuada y buscó el estrecho agujero del culo de mi esposa.

Ambos jóvenes tuvieron que usar de su fuerza para mantener a mi esposa quieta mientras le follaban de forma salvaje por los dos agujeros. Ella gritaba encantada, mientras ellos gruñían como fieras. Mi esposa gemía en voz alta, mientras era jodida por aquellas dos enormes polla. Y temblaba y se estremecía mientras un orgasmo tras otro le atravesaban el cuerpo. Ambos tipos parecían estar corriéndose al tiempo mientras arqueaban la espalda sobre el cuerpo de mi esposa. Un segundo después ella gimió y gritó con placer. Yo ya sabía que esta vez se había corrido y mucho. Los chicos sacaron sus pollas al mismo tiempo y ella se quedó allí, sobre la enorme toalla, con el cuerpo temblando sin control.

Cuando yo pensaba que ya había terminado todo, la figura del patrón apareció sobre el cuerpo desnudo y tembloroso de mi esposa. Jesús estaba desnudo y sonriente mientras se acariciaba su enorme polla. Se arrodilló cerca de ella y la hizo ponerse a cuatro patas. Comentó a sus sobrinos que aquella pequeña zorra casada ya estaba agradablemente dilatada; pero aun así, quería disfrutar de su bonito culo blanco.

Entonces le agarró las caderas a mi esposa y observé abriendo bien los ojos mientras su enorme polla entraba en el pobre ano. Su respiración se acortó, mientras el capitán le follaba muy fuerte el culo. Hasta que gimió diciendo que se corría con la gran polla enterrada en el culo. En ese momento, el capitán gruñó y se le metió más profundamente en el ano, añadiendo más semen en su interior. Después, se rio y se retiró, abofeteando las nalgas de mi esposa que parecía exhausta. Sus piernas estaban abiertas y un coño muy abierto y húmedo, y un culo con aspecto de muy jodido.

De repente, mi esposa abrió los ojos y me vio mirándome directamente. Nuestros ojos se juntaron con sorpresa y entonces sus labios se relajaron en una sonrisa radiante. La mirada de lujuria le volvió a la cara, mientras me guiñaba el ojo.

Esposo complaciente

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