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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Culo para el nene
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No sentí la mínima culpa de haberme revolcado con esa criatura que había ayudado a criar. Ahora desnudaba un hombre no un bebe que se ensuciaba. Por suerte se contenía en miradas y toqueteos estando los padres presentes. Una vez de esas que teníamos nuestra hora de sexo empezamos a los besos ardientes y metió mano por debajo de mi pollera descubriendo que no me había puesto ropa interior, paró de chupetearme la boca y agitado dijo― Hija de puta estas en bolas.

Solo abrí más las piernas para que siguiera explorando con sus dedos mi mojado sexo al tiempo que le comí la boca con una desesperación que delataba mi calentura.

Cuando me saqué la blusa mis pechos estaban sin sostén y él más ansioso que nunca me lamió los pezones de lleno. Me hizo arrodillar para que le chupara la pija mientras me preguntaba quién era él macho que me cogía y a todo le decía "vos".

Me tomó de los brazos y me arrojó a la cama penetrándome de una y lamiendo mi cara de una manera morbosa. Quise ensayar una protesta y recibí un― Silencio hembra que él macho se la está cogiendo. Póngase contenta que le voy a dar mi leche".

Me siguió babeando la cara, hasta que sacó la verga y descargó en mi rostro su líquido caliente, espeso y abundante. Con el dedo lo fue corriendo a mi boca y con mi lengua lo recibía para tragármelo.

Empezó a disponer de mí como se le antojaba y en una oportunidad la madre me preguntó si notaba lo cambiado que estaba. Sugerí que estuviera enamorado y ella sonrió apoyando mi teoría al momento que me pedía que si me enteraba de algo le contara.

Llegó un día en que habría jornada festiva en el colegio y le dijo a la madre que iría a jugar fútbol con los amigos. Cuando llegó el día y quedamos solos entré a su habitación cuando preparaba su bolso deportivo. Le pregunté si volvería temprano y casi con desgana dijo que no creía. Me paré frente a impidiéndole el paso y le dije seria que primero me cogiera antes de irse. Sonrió negando el pedido y le rogué que al menos me refregara la pija en la cara así por lo menos le hacía la paja.

La sacó semi parada y la sacudió, antes de poder besarla me pidió que abriera la boca hacia arriba y me escupió dentro de ella; empecé a darle besos chiquitos en la punta y fue cuando comenzó a escupirme la cara. Le bajé los calzoncillos y le hice darse vuelta para que. por primera vez en mi vida, chupara un culo. Por suerte estaba recién bañado y ante sus gemidos mi lengua escarbó bien hondo entre sus nalgas.

Lo desnudé por completo y me puse boca abajo con las piernas bien abiertas para que mi cara se hundiera en todas sus partes dejando de sentir cualquier tipo de asco. Lo chupé todo, lo senté en la silla y poniéndome de frente a él sin medir consecuencias me la enterré en el culo. Le apreté los hombros mientras lanzaba un grito desgarrador y empecé a cabalgarlo armándome de un coraje enorme para ello.

― Pendejo degenerado, rómpeme culo ojalá no puedas coger con nadie más que no sea conmigo, bolsa de mugre coge putas, degenerado de mierda.

El sólo sonreía diciendo― Para que te metas con mi verga si no podes, y sabelo que más de un amigo vendrá a usarte a cambio de unos pesos.

El ardor se hizo insoportable y un poco de cansancio en sus piernas hizo que buscara el cambio de posición. Me puse en el clásico cuatro y mientras me pasaba saliva sonriendo con aire victorioso estuve a punto de mandarme a mudar, pero cuando me penetró lo vi por el reflejo del espejo sonreír con los ojos cerrados mordiéndose el labio inferior y susurrar― El mejor culo es mío.

Bombeó y por momentos paraba y abría mis nalgas para ver victorioso como me hacia la cola una y otra vez. Me acabó adentro y me hizo limpiarle la pija con la boca.

Nos acostamos abrazados y, dándonos besitos cortos, no paraba de acariciar mi culo el cual decía era el más mirado del barrio. Ese día me echó tres polvos tirándome siempre el semen en la cara, insultándome y escupiéndome toda. No paró de manosearme en todo el día y no dejó que me vistiera, de mi parte me renació sentirme plena y deseada y para remate bien cogida.

Mujerona

 

 

Trabajando de doméstica

Esta es la historia de las relaciones de una mujer madura con un chico para cuya familia trabaja como doméstica. Si bien era mayor que su patrona, con 45 conservaba aquel cuerpo que juntaba miradas, caderona, cola prominente y senos medianos.

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