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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
De niña a mujer
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Mi nombre es Dolly, y les contaré mi historia en varios capítulos.

Yo tenía 16 años recién cumplidos, y estaba en ese periodo donde quería conocer los placeres del sexo. Un día estando en la biblioteca buscando unos libros que había pedido para llevar a casa, un chico de mí misma edad y de nombre José, con quien ya había tenido momentos de compartir en la heladería, se ofreció a ayudarme. Fuimos a mi casa, no estaban mis padres ni mis hermanos. En la sala, sentados en el sofá, empezamos a abrazarnos y a besarnos, eran mis primeros besos, y eso me gustó. Sus manos acariciaron mis senos y fue levantándome la blusa hasta que sus labios dejaron mi boca para chuparme los pezones, sentí que no estaba controlando lo que me pasaba, y le pedí que parara. Recuerdo que me gustó lo que sentí, pero no era de la manera cómo quería que sucediera. Con José salí varias veces, siempre besitos de adolescente.

Luego conocí a un vecino, Jorge Luis, tenía 32 años, le gustaba y él me gustaba de mí. Un día que pasaba por el frente de su casa me invitó a pasar, yo llevaba una falda corta y una blusa muy ajustada. Estaba guapísimo y prácticamente me arrojé a sus brazos, sentí un bulto grande y duro debajo de sus pantalones, eso me motivó a darle un beso que él correspondió. Hizo que me sintiera en el aire, me besó el cuello, lamió mis orejas y de repente bajó mi falda y de un tirón me arrancó la blusa descubriendo mis pechos, los cuales acaricio con su lengua y los chupó, y hasta leves mordiscos me dio.

En ese momento solo quería que me cogiera, sentir su pene dentro de mí para dejar de ser niña, sabía que él tenía la experiencia para hacerlo. De repente sentí sus manos en mis piernas, en verdad estaba hecho un pulpo, acaricio mis nalguitas y pronto sentí sus dedos en mi sexo. No aguanté mucho y pronto sentí la sensación más hermosa de mi vida, una descarga por todo mi cuerpo. Estaba teniendo el primer orgasmo de mi vida.

Vi que se bajaba el cierre de su pantalón y aparecía algo grande y gordo con muchas venas, sentí miedo y le dije que parara, pero siguió besándome. Me cargó y me llevó hasta la cama, me quitó el tanguita, abrió mis piernas y sentí su lengua acariciando mi vulva. Me besaba los labios vaginales, me chupaba el clítoris, y seguía acariciándome. De pronto, de un golpe certero me metió el miembro, sacándome un fuerte grito. Me dolió hasta el alma, sentí que me partía por dentro. Las lágrimas salieron de mis ojos y empezó a bombear despacio, el dolor fue desapareciendo y una rica sensación empezó a invadir mi cuerpo. Mis gritos dejaron de ser de dolor y ahora gritaba diferente. Mi cuerpo tembló anunciando otro orgasmo, ahora más intenso y prolongado, riquísimo. Me levanté y me senté sobre su pene, lo metió hasta el fondo, subiendo y bajando, enseguida me vine y él también, inundándome por completo de semen, y provocándome otro fuerte orgasmo.

Por la excitación nos quedamos quietos, estábamos empapados de sudor. De repente bajó a mi sexo y fue la locura, en poco tiempo me vine mientras Jorge estaba chupando todos mis jugos. Levantándome las piernas se preparó para meterla otra vez, despacio, lento, pero rico. Cuando entró toda no pude evitar gritar de felicidad, me sentí plena, totalmente llena. Cambiamos de posiciones, de perrito, patita al aire, misionero, perdí la cuenta de las veces que me vine antes de que me llenara con su leche. Nos besamos y quedamos tendidos, yo agradecida con su gran cogida, que me hubiera hecho llegar al cielo y sentí que tocaba las estrellas con mis manos, porque así lo sentí. Había dejado de ser una niña para convertirme en una mujer.

Me levanté para ir al baño, y al regresar a la cama, vi que estaba con su cosota bien parada, y me pidió que se la chupar. Yo no sabía cómo empezar y metió su pene en mi boca. Noté que no era tan malo y que tenía un saborcito rico. Así que, en poco rato, estaba como niña con paleta nueva mamando y chupando rico. A veces me emocionaba y me la intentaba meter toda, pero Jorge me instruyó para que fuera despacio, hasta que sentí su leche y me dijo― ¡Trágatela toda, no dejes nada! ―y lo hice gustosa, y él me dijo― ¿Ves te dije? Que también te gustaría, y le respondí― ¡Claro! Haré todo lo que quieras, mi rey.

Con Jorge estuve saliendo unos seis meses, me llevaba a los auto moteles en su vehículo, también me cogía, y cuando estaba solo en su casa pasamos noches enteras sin dormir.

Ahora que tengo 28 años, he disfrutado mucho del sexo, lo que les contare en los próximos relatos.

Dolly

 

 

El despertar de Dolly

Su nombre es Dolly, y nos contará su despertar sexual en varios capítulos.

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