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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
En el centro comercial
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Ese sábado salí del temprano trabajo y decidí ir al centro comercial. Tuve suerte y encontré un lugar de estacionamiento muy cerca de la entrada. Abrí la puerta de mi coche de par en par, y saqué la pierna izquierda, y luego la derecha. Fue entonces cuando me di cuenta que les estaba dando a dos chicos adolescentes una gran vista de mi coño. Nunca llevo bragas ni sujetador.

Me siguieron hasta el centro comercial y subieron en las escaleras mecánicas detrás de mí y pude oír ruidos de chasquidos. Podían ver mi culo y mi coño bajo la falda corta y estaban tomando fotos con la cámara sus teléfonos. Decidí divertirme un poco y dejé caer unos papeles a propósito y me agaché para recogerlos. Se volvieron locos sacando fotos de mi culo y de mi coño. Luego me siguieron durante todo el tiempo que estuve en el centro comercial y los provoqué todo el tiempo.

Me siguieron hasta una la zapatería, donde elegí un par de botas hasta la rodilla y me senté a probármelas. Me quité los zapatos y me llevé la rodilla a la cara metiendo el píe en la bota. Al ponérmela y empujar con el pie hacia adelante dejé intencionalmente que mi pierna fuera a la derecha, haciendo que mis piernas se abrieran mucho. Los chicos que estaban un poco más allá fingiendo estar mirando los zapatos se quedaron mirando mientras yo repetía esto con la otra bota. Mi coño quedaba a la vista y se estaba mojando un poco y separando las rodillas estaba haciendo que se abriera un poco.

Luego fui a una tienda de moda y los chicos me siguieron de nuevo. Llevé unos cuantos trajes al vestidor, es de ese tipo con cortinaje que te cierran detrás de ti. Cerré la cortina asegurándome de dejarla ligeramente abierta. Pude ver que los chicos se habían colocado detrás de un perchero de ropa, justo enfrente del probador. Se quedaron mirando mientras yo empezaba a desvestirme. Todo lo que tenía puesto era la falda y la blusa, así que me desnudé en un instante. Pensé que se les iban a salir los ojos de la cabeza, me puse lentamente el traje elegido para probar y salí acercándome me acerqué los espejos que colgaban de la pared. Notaba que sus ojos estaban pegados a mí, me agaché lentamente con el culo mirando al espejo. Mi culo quedaba a la vista, y también mi coño. Me admiré en el espejo durante un poco más de tiempo y volví al camerino. Los chicos se habían trasladado a un perchero de ropa más cercano, a pocos metros de distancia. Esta vez dejé la cortina más abierta, actuando como si me hubiera olvidado de cerrarla bien, les di la espalda y me quité el vestido. Desnuda, me di la vuelta para colgarlo haciendo que mis tetas y mi coño quedaran nuevamente a la vista. Tomé el siguiente traje y me lo puse, abrí la cortina, salí y me miré en los espejos.

De vuelta al probador me volví hacia los chicos y les pregunté qué pensaban del traje que llevaba puesto. Estaban tan ansiosos por seguir viéndome que dijeron que me estaba bien. Pregunté si estaban dispuestos a darme su opinión de los otros vestidos y ambos estuvieron de acuerdo, incluso se ofrecieron a buscar más vestido para probármelos. Se quedaron fuera del vestidor, y hablamos mientras dejé la cortina estaba medio abierta me cambiaba. No les importaba el siguiente vestido, así que me cambié otra vez mientras hablábamos. Esta vez dejé las cortinas totalmente abiertas. Los chicos se quedaron mirando, mientras yo me quedaba allí desnuda, haciendo como que me cambiaba. Sonreían y hacían comentarios sobre los trajes, moviéndose a centímetros de la entrada. Repetí esto otras tres veces más, hasta que finalmente se pusieron de acuerdo en un vestido. Mientras me cambiaba de ropa, me aseguré de que disfrutaran de mí desnuda, ya que hablaba más que me vestía. Finalmente me vestí, me senté en el taburete, para ponerme los zapatos. Levantando mi pie derecho, y abriendo mi pierna a la derecha, puse mi pie parcialmente en el taburete. Mi coño quedaba otra vez a la vista y completamente abierto para su disfrute. Me detuve un poco fingiendo tener problemas con el zapato. Las bocas de los chicos estaban abiertas de par en par. Repetí esto con el otro pie, abriendo las piernas de nuevo para su placer visual.

Fui a pagar el vestido en la caja registradora y la cajera comentó lo agradable que era ver a una madre comprando con sus hijos. Sonreí, pagué mi cuenta y nos fuimos. Junto a mi coche les di las gracias y me preguntaron si necesitaría ayuda el sábado siguiente. Dije que no estaba segura, pero dijeron que les encantaría ayudarme de nuevo si iba allí. Les di las gracias de nuevo, abrí la puerta del coche y me senté Metí mi pierna derecha, al mismo tiempo que ponía el paquete en el asiento del pasajero. Esto dejó mis piernas completamente abiertas, mi falda quedaba alrededor de mi cintura, y mi coño estaba abierto de par en par. Lentamente metí la pierna izquierda y cerré la puerta. Mientras me alejaba, miré por el espejo y vi a los chicos chocando los cinco.

Bárbara

Otro relato ...




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