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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Fantasía de una mujer casada
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Hola, soy una mujer casada que recientemente se animó a compartir su fantasía de violación con su esposo. Le dije que aunque el sexo con él es genial, necesitaba algo diferente, algo un poco más emocionante, y peligroso. Él sugirió que podría violarme para cumplir con mi fantasía, pero le dije que no sería una violación auténtica si él fuera el violador. También le dije que nunca lo engañaría, y que si la idea de que yo estuviera con otro hombre le molestaba, nunca lo haría; pero también que la única manera de hacer que mi fantasía me pareciera real era que el violador fuera otra y persona. Mi esposo me repitió que me ama y quiere hacerme feliz vería qué podía hacer para cumplir mi fantasía.

El pasado fin de semana, mi esposo estuvo ausente dejándome en casa sola, se fue con un par de amigos a una habitual escapada de pesca. Se fue un viernes por la tarde y me dijo que volvería el domingo por la noche. Pasé todo el día del sábado prácticamente como siempre, haciendo compras y recados. Regresé a casa a eso de las diez de la noche después de cenar con una vieja amiga. A las once de la noche ya estaba en la cama. Llevaba más de una hora dormida cuando me desperté sobresaltada porque alguien me tiraba de la cabeza agarrándome del cabello y me tapaba la boca con una mano. Me hizo darme la vuelta y cuando encendió la luz de mi mesita de noche, pude ver que llevaba un pasamontañas y que esgrimía un enorme cuchillo. Intenté ver algún rasgo me permitiera identificarlo por si acaso le conocía pero no fui capaz de reconocerlo.

Intenté resistirme forcejeando pero acercó el cuchillo a mi garganta y me amenazó con hacerme daño si luchaba, gritaba o me resistía de alguna manera.

—¿Me entiendes con claridad?

Asentí asustada con la cabeza tras lo que me fue diciendo todo lo que me iba a hacer, luego volvió a presionar con el cuchillo en mi garganta y preguntó— ¿Lista para follar puta?

Yo estaba asustada y como pude respondí que si moviendo temblorosamente la cabeza.

—¿Cuánto tiempo hace que no le chupas la polla a tu esposo?

Con voz temblorosa le respondí que se la había chupado hacía unas pocas noches.

—¿Y te lo tragaste?

—Si, si, me lo tragué —confesé ya medio llorosa.

—Entonces estarás acostumbrada a lo que estas a punto de hacer porque me vas chupar la polla.

Nada más decir eso, me arrancó el camisón y luego tiró de mis bragas sacándomelas. Después se sentó a horcajadas sobre mí y me metió la polla en la boca.

—Chúpamela —me ordenó.

Empecé a chuparlo tímidamente pero él me ordenó que lo chupara mejor. Se la chupé tan fuerte como pude y luego de varios minutos me lanzó una gran carga de semen a la boca que me obligó a tragar.

—Ahora es hora de follar y cuando acabe contigo querrás olvidar todo lo que hayas follado con tu esposo.

Me hizo ponerme sobre la espalda y separar las piernas, como si quisiera follarme en la postura del misionero pero sorpresivamente le vi sonreír a través del pasamontañas.

—Date la vuelta, ponte sobre el estómago.

Entonces pensé que quizás me iba a follar a lo perrito pero sus palabras me sorprendieron y me asustaron.

—¿Alguna vez te han follado el culo?

La verdad es que mi esposo y yo solo habíamos intentado hacer sexo anal en una ocasión, pero no habíamos seguido con ello porque me dolía demasiado así que le dije entre lágrimas que era una virgen anal— Por ahí soy completamente virgen —confesé asustada.

—Eso está a punto de cambiar —me dijo.

Luego de colocarme a su comodidad, me clavó la polla en el agujero del culo. Al principio grité de dolor pero pronto desapareció y pronto comencé a disfrutar de aquella forma de sexo.

Cuando terminó, utilizó un cinturón para atarme a la cama mientras iba a usar el baño.

—Ya ha llegado el momento del acto principal —dijo cuando regresó y me obligó a separar las piernas, se me puso encima y me metió toda la polla profundamente en mi vagina. Me folló duro golpeándome con fuerza mientras me llamaba puta, me insultaba de mil maneras obscenas e intentaba humillarme. Mientras él me iba follando yo me iba excitando y en poco rato estaba totalmente empapada y no tardé en tener un orgasmo alucinante al que siguió otro igualmente bueno después de un par de minutos, y luego por tercera vez otro orgasmo, cada uno de ellos tan bueno como el anterior. Tuve los orgasmos más increíbles que jamás hubiera tenido. Después de unos minutos más, le sentí llegar al clímax y como eyaculaba dentro de mi coño.

Cuando terminó se apartó de mí y me dijo que si sabía lo que era bueno para mí, me guardaría el secreto de lo que me acababa de pasar. Dijo que si denunciaba aquella violación a la policía, lo lamentaría. Me recordó que sabía dónde vivía, y para hacer más intensa su amenaza, blandió al aire su enorme cuchillo.

—No se preocupe, no diré nada.

Cuando regresó mi esposo y me preguntó cómo había pasado el fin de semana le guiñé un ojo y le—Ha sido un fin de semana muy bueno.

Cuando nos íbamos a la cama le dije que quería agradecerle que hubiera satisfecho mi fantasía. Él me dijo que si yo lo deseaba, podía decirme quién era mi violador, y cómo se había organizado todo, pero le dije que no lo quería saber—No saberlo hace que lo sucedido sea mucho más real y así quiero recordarlo —le dije convencida.

Esa noche le recompensé lo mejor que pude por hacer realidad mi fantasía. Puedo decir que mi fantasía fue todo lo que pude haber deseado alguna vez y mucho más.

MMD

Otro relato ...




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