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La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Fin de semana especial
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Durante los siguientes meses Juana y su perro vinieron a su casa varias veces a pasar una noche de diversión. Normalmente, ambas mujeres disfrutaban del perro, pero José animaba a Vicky a follarlo cada vez que Juana iba a casa. Y cada una de esas veces, ella completó el apareamiento metiéndose el nudo y quedando unidos.

Después de la segunda visita, José hizo que Vicky limpiara la polla del perro con la lengua y la boca después de cada apareamiento. La animaba activamente a seguir adelante con su plena aceptación del perro como su amante para satisfacerse plenamente lo mismo que si fuera él. Durante una de estas noches, después de aparearse con éxito y limpiar al perro por completo, descubrieron que Juana nunca había realizado ese acto. Cuando ella estaba con el perro, era simplemente para cogerlo. Observó y se maravilló que Vicky progresara tan rápidamente desde el choque que le supuso la primera vez que estuvo con un perro. Especialmente que llegara a aceptarlo completamente como un amante y estuviera dispuesta a usar tanto su coño como su boca para complacerlo y buscar su propio placer.

En su sexto aniversario de boda, José reservó un exclusivo complejo donde estaba seguro de poder proporcionarle a Vicky un fin de semana muy romántico. El complejo había sido diseñado y pensado para parejas que querían fortalecer su relación y buscar estímulos. El alojamiento incluía una piscina con espacio para tomar el sol a su alrededor, un club con música en vivo y pista de baile, un spa y un restaurante de primera categoría con la mitad de las mesas en cabinas con una iluminación discreta lo que proporcionaba una atmósfera ideal para las parejas. Habiendo investigado el complejo pretendía usar algunas de las instalaciones para estimular a Vicky ese fin de semana.

Ambos se tomaron la tarde libre del viernes para poder hacer el viaje de tres horas y registrarse lo suficientemente temprano para poder relajarse antes de la cena. Una vez en la suite y desempacado, José indicó que quería ducharse con Vicky. Ella sabía que ducharse con él no se trataba de solo de asearse, aunque eso podría ser un resultado final.

Durante el último año de alta energía y actividad sexual, ella había aceptado que en momentos como éste, José elegiría su atuendo para la noche. Lo admitía sabiendo que estaba planeando alguna forma de proporcionarle algo de excitación y desafío. Esa noche, mientras ella se maquillaba, él seleccionó un vestido sin espalda, con tirantes de cuerda con apoyo marginal del pecho que terminaba a mitad del muslo, medias hasta el muslo, tacones altos y sin ropa interior. Esto era otra cosa que ella había llegado a aceptar, que él la haría salir en público sin ropa interior.

José había llamado y reservado un puesto algo apartado en el restaurante. La cena fue maravillosa. Vino, gran servicio y excelente comida. Durante toda la cena se besaron y se portaron como adolescentes enamorados. Muchas veces la camarera tuvo que hacer notar su presencia para llamar su atención. Después de la cena fueron al club y ocuparon una mesa cerca de la pista de baile. La banda tocaba música muy animada, perfecta para que bailaran. El vestido de Vicky tenía una falda lo suficientemente amplia como para que cuando José la girara se balanceara provocativamente. José se propuso hacer girar a Vicky para que su falda se levantara sabiendo que no llevaba ropa interior. Vicky sabía que cualquiera que prestara atención tenía una buena visión de su coño depilado. Luego, durante varios de los bailes lentos, José se las arregló para subir su falda hasta la parte inferior de su culo y dar a cualquiera que la viera una gran perspectiva de sus piernas y la parte inferior de sus nalgas. Ese exhibicionismo la estimulaba inmensamente y le encantaba la atención que pudiera despertar en otras personas. Durante el último baile lento le susurró al oído que lo quería ir arriba, a su habitación― ¡Ahora!

Justo en la pista de baile él deslizó su mano entre ellos, levantó su falda y deslizó su mano entre sus piernas hasta su coño, ya estaba muy mojada y dispuesta.

Después de pagar la cuenta, se dirigieron a los ascensores. Una vez dentro, José la tomó entre sus brazos y la devoró a besos otra vez. La empujó contra la pared y le levantó la falda para encontrar su coño y deslizar un dedo dentro. Quitando su dedo, movió su mano hacia el hombro de ella y apartó un tirante de su hombro y deslizó su vestido de su pecho y comenzó a masajear, apretar y pellizcarle el pezón. Al oír al ascensor indicando que se detenía, se dieron cuenta de que estaban en su piso pero antes de que pudieran reaccionar entró otra pareja. José les sonrió y Vicky hizo lo mismo pero con una mirada aturdida en sus ojos mientras salía con el pecho aún desnudo.

Después de que se cerrara la puerta del ascensor, José le dijo― Quítate el vestido y camina el resto del pasillo hasta la habitación sólo con tus medias y tus zapatos.

Ella lo miró, sacó su vestido sobre su cabeza, se lo entregó y lo besó apasionadamente frente a los ascensores. Cuando rompió el beso, esperó a que él se moviera hacia la habitación. Estaba tan excitada después de ser vista por la pareja que esperaba que alguien saliera de su habitación mientras caminaban por el pasillo. Pero nadie lo hizo. Una vez en la cama hicieron el amor, un amor verdadero con pasión pero compartiendo, y se durmieron en los brazos del otro.

Por la mañana, José contrató masajes para él y para ella antes de bajar a desayunar. Después de los masajes, decidieron que sería perfecto relajarse al sol en la piscina. Mientras Vicky se desnudaba, José le dijo que tenía un traje nuevo para ella. Ella jadeó cuando lo vio, era un micro bikini blanco que sólo le cubría los pezones y apenas le ocultaba el coño. El resto era sólo una cuerda. Cuando bajaron a la piscina, encontraron un par de tumbonas y se aceitaron para el sol. Todavía no podía creer lo poco que ocultaba el traje de baño y que estaba en público con él puesto. Entonces José dijo que deberían entrar en la piscina para refrescarse. Cuando Vicky salió de la piscina se dio cuenta de las miradas de los hombres alrededor de la piscina. Miró hacia abajo y dijo que el bikini era literalmente transparente. José la besó y le dijo― Ya te han visto. Eres tan sexy. Relájate y sigue la corriente.

Y así que lo hizo. Anduvo de forma natural de regreso a las tumbonas, ajustó la toalla para que su trasero desnudo, con sólo un pequeño cordón entre sus nalgas, quedara a la vista de todos y se recostó de espaldas con el pecho totalmente desnudo. José estaba muy orgulloso de ella y se lo dijo.

Esa noche volvieron a ir al mismo restaurante, pidieron la misma mesa y se dieron el gusto de comer bien y se toquetearon mutuamente. Para esa noche, José había elegido un vestido corto, de nuevo con medias y tacones, y de nuevo, nada de ropa interior. Mientras Vicky se ponía el vestido, comentó― Cariño, este vestido está roto, falta el botón que lo mantiene unido al cinturón.

No querida, lo he quitado. Lo único que mantendrá unido ese vestido esta noche será el cinturón. Será interesante verte bailar, ¿no crees?

En la cena, cuando se besaban de vez en cuando, como la noche anterior, José aflojaba el cinturón de su cintura. Esto hizo que la parte superior se abriera más y más. El vestido ya tenía una buena vista de su escote pero ahora se estaba acercando peligrosamente a la total exposición de sus pechos. Tenían la misma camarera de la otra noche que sonreía mientras les traía sus bebidas y les dijo―Si puedo ser atrevida… ustedes dos seguro que se gustan. Y me encanta el juego de exhibición.

A medida que avanzaba la noche, el vestido de Vicky se aflojó más y más hasta que la parte superior e inferior estaban casi abiertas. Aunque nada estaba claramente desnudo, era sólo porque ella estaba sentada quieta. Cuando les trajo el postre, se besaron profundamente y la mano de José entró entre las piernas de Vicky, lo que hizo que su vestido se abriera aún más. Al servir los postres, la camarera se inclinó y susurró― Ustedes dos me están calentando mucho. Mis bragas se empapan cada vez que vengo aquí. Me están haciendo muy difícil respetar nuestra regla de no relacionarse con nuestros clientes a nivel personal. Así que es bueno que no sepan que salgo a medianoche.

José tomó la iniciativa y dijo― Mica, tu servicio ha sido excelente y muy profesional. Eres una mujer hermosa, así que es muy bueno que no sepamos que sales a medianoche. Pero es posible que nos encontremos esta noche, cuando salgamos del club a esa hora.

En el club, José hizo todo lo posible para desnudar a Vicky. Después de aflojar el cinturón lo suficiente, la llevó a la pista de baile. Los giros vueltas tuvieron el efecto de deseo y el vestido se abrió mientras permanecían juntos en la pista. Su entrepierna y trasero se mostraron desnudos a los ocupantes de las mesas que rodeaban la pista de baile y sus pechos se balancearon y rebotaron con despreocupación. En ese momento estaba tan caliente que probablemente no se habría resistido si le hubiera quitado totalmente el vestido allí mismo, delante de todos. En la mesa, él deslizó repetidamente su mano en su pecho y masajeó sus pechos y abrió sus piernas y separó su vestido para un mejor acceso a su coño. Cualquiera que se sentara en el lugar correcto podría haberla visto tener un poderoso orgasmo.

― Es casi medianoche, mejor nos vamos.

― ¿Ibas en serio con ella? Pensé que estabas fanfarroneando.

― Oh no, creo que necesitas la lengua de una mujer y parecía que ella quería hacerlo.

Levantándose de la mesa, Vicky fue a ajustarse el vestido y a apretar el cinturón. Pero José puso su mano sobre la de ella y le dijo― No, querida, mejor así. Con cada paso puede hacer brillar su hermoso coño pelado. Y con cada paso que des, mientras tu pecho se balancea de lado a lado, probablemente tendrás un pecho y un pezón a la vista.

Vicky respiró hondo, lo besó y caminó con confianza hasta la salida. A lo largo de su recorrido los hombres y mujeres se volvían y la miraban como pasaba. Al llegar afuera, ella dejó salir un profundo respiro como si hubiera aguantado la respiración todo el tiempo. En la acera, se volvió hacia él, caminó hacia él y lo aplastó con su cuerpo y sus labios. Su mano fue a su entrepierna y lo acarició a través de sus pantalones― ¡Dios mío! ¡Me pones tan cachonda! Estoy tan mojada que temo que la gente pueda oír mis labios aplastados mientras camino.

― Esta debería ser una noche interesante, entonces.

Cuando pasaron junto al restaurante minutos después caminando de la mano, Mica estaba de pie, como si estuviera decidiendo qué hacer. Al oír los pasos de Vicky en la acera, se giró y jadeó. Vicky dijo― ¿Qué?

― Puedo ver casi todo tu cuerpo. Pero ahora me doy cuenta de que es sólo que veo la parte superior de tus medias y la carne desnuda de arriba pero mi mente hizo el resto.

Vicky miró a José y le preguntó― ¿Has insistido con las medias hasta el muslo en este clima cálido por la imagen mental de ver la parte superior de las medias? La pierna expuesta sería una cosa, pero ver la parte superior de la media produce una imagen más erótica.

― Sí, querida, la gente te ha estado deseando con esa imagen. Mica, ¿estás de acuerdo?

― Totalmente de acuerdo.

― Mica, querida, qué agradable sorpresa verte. Imagina encontrarte de nuevo justo cuando sales del trabajo, supongo. ¿Te gustaría unirte a nosotros para tomar una copa?

― ¡Vas a tener que alejarme a golpes!

Mica entre Vicky y José para el corto recorrido hasta el hotel. Una vez en el ascensor, José volvió a empujar a Vicky contra la pared y esta vez desató totalmente su vestido que cayó abierto permitiéndole acceso total a ella mientras le aplastaba la boca. Le masajeó los pechos, le pellizcó los pezones y le acarició el clítoris y los labios del coño. Mica estaba totalmente absorta en la escena delante de ella. Cuando el ascensor se detuvo y la puerta se abrió, salieron pero antes de que Vicky pudiera dar tres pasos José la detuvo y le quitó el vestido. Ahora, solo con sus medias y sus zapatos, en el vestíbulo del ascensor de su piso, donde alguien podría llegar en cualquier momento, se volvieron hacia Mica que preguntó― ¿Qué?

Pero la miraron sin moverse, evidentemente esperándola― ¿Te has quedado helada?

Tan pronto cómo escucho esas palabras, empezó a desabrocharse la blusa. Una vez desabrochada y quitada se la entregó a José. Luego fue su falda la que dejó caer. Seguido de sus bragas y luego su sostén. Entregándoselas a José, se acercó a Vicky, la abrazó y la besó en los labios. Vicky le cogió la mano y caminaron delante de José por el pasillo hacia su habitación. José los siguió y se maravilló de los traseros desnudos que se balanceaban delante de él.

En la puerta José actuó como si tuviera problemas para abrir mientras sostenía toda la ropa de ellas para prolongar la estancia en el pasillo, esperando que alguien saliera de una habitación. Nadie lo hizo pero escucharon el ascensor parar al final del pasillo. José empezó a dejar caer la ropa y se puso a recogerla cuando una pareja de mediana edad bajó por el pasillo hablando en voz baja y haciendo gestos hacia ellos. La pareja llegó mientras José sostenía la llave hacia el mecanismo de la cerradura de la puerta. Se volvió hacia la pareja y vio que estaban sonriendo y se concentró en ellos.

― Disculpen la intromisión pero nos gustaría decir que la hemos admirado estos días ―Y añadió― Sí, nos han dado mucho de qué hablar.

Mica se sonrojó intensamente al ser sorprendida desnuda en público por aquellas personas que parecían tener una conversación natural. Sin embargo, Vicky sentía curiosidad.

― ¿Cómo que admirada? ¿Nos hemos visto antes? Y, ¿qué quieren decir con hablar de...?

El hombre respondió rápidamente― Lo siento, no quise insinuar nada negativo, en absoluto.

La mujer continuó pero también mirando muy atentamente a Vicky y Mica― No, no, por favor, nos hemos fijado en ti ―Dujo señalando a Vicky― En el club y en la piscina hoy temprano. Ese traje de baño, o tal vez debería decir papel de seda, que llevabas puesto nos dejó sin aliento.

El hombre confesó― Me hizo más que eso a mí y a todos los demás hombres de allí. Estoy seguro de que había algunas esposas que estaban molestas por las reacciones de sus maridos.

Ella dijo― También hubo varias mujeres que te envidiaban. Teniendo el valor y la gracia para lograrlo. De alguna manera, sin embargo, en la piscina y al sol verte casi completamente desnuda fue casi apropiado en esta situación. Lo que vimos esta noche cuando saliste del restaurante... espera, cariño, ahí es donde la vimos, es una de las camareras.

Mica les dijo― Por favor, no le digan a nadie que estoy aquí. Podrían despedirme, hay reglas muy estrictas sobre las relaciones personales con los huéspedes. Pero estos dos me excitaron tanto durante su cena que conectamos.

―No tienes que preocuparte por eso, querida. Y admiro tu audacia, también. Haberlos conocido esta noche y que te tengan completamente desnuda caminando por el pasillo hacia su habitación. De todos modos, como decía, jovencita ― siguió diciendo mirando a Vicky― Cuando te vimos pasar por delante de nuestra mesa al salir esta noche, estaba muy claro que tu marido te había ajustado el vestido. Estuvo a punto de salirse con cada paso. Bueno, deberíamos seguir nuestro camino. Obviamente tenéis otras cosas para esta noche ―dijo con una gran sonrisa― Por cierto, me llamo Sara y mi marido es Jaime.

Después de un par de pasos por el pasillo, se detuvo y se giró― Lo siento, debo estar resultándoles muy molesto, pero, ¿son ustedes dos de por aquí por casualidad?

José respondió― Sí, a unas horas de aquí.

― Esto es muy atrevido, pero realmente disfrutaría poder hablar contigo, de nuevo. ¿Crees que sería posible que nos viéramos para cenar alguna vez?

José miró a Vicky y le dijo― Creo que sería estupendo. Eso podría significar que incluso podría tener la ropa puesta la próxima vez ―Y añadió― ¿Por qué no sacamos a estas dos del pasillo antes de que la seguridad nos descubra? Te daré una forma de contactarnos.

Los cinco entraron en la suite detrás de las chicas. José fue al escritorio, tomó una hoja de papel y escribió una dirección de correo electrónico― Espero que entienda que somos un poco precavidos con nuestra información de contacto― Luego notó a la mujer mirando a las chicas y la cama de tamaño real y vio el rubor que le llenaba las mejillas y el cuello. Le sonrió y dijo― De repente, se le notaba muy gráficamente, ¿no?

― ¡Dios! lo siento mucho. Como dijimos, han tenido un gran efecto aunque no lo supieran. Tal vez nos encontremos de nuevo. Gracias. Y... ¡diviértanse!

Después de salir la extraña pareja, José ofreció― ¿Qué tal un poco de vino, señoras? Mica, tenemos que ser claros sobre esta noche. No hay manera de que queramos empujarte a hacer algo con lo que no te sientas cómoda. Aunque ―dijo con un brillo en los ojos― podríamos haber pensado en eso antes de hacerte desnudar delante de los ascensores, caminar por el pasillo, y tenerte frente la puerta hablando con unos extraños, mientras estás totalmente desnuda. Pero, a partir de este momento necesitas saber que puedes estar segura y cómoda aceptando o rechazando cualquier cosa. No tendrás que hace r nada que no quieras.

Vicky añadió― No hacemos eso, Mica. Tenemos una amiga con la que hemos experimentado y otra mujer con la que he disfrutado. Pero eso es todo. La mayoría de nuestros desvíos hacia la aventura han sido sólo entre nosotros, algo de exhibicionismo. Sólo añadiré que a pesar de nuestro ardiente amor nunca me he quedado embarazada y resulta que somos los dos. El punto es que José no será capaz de dejarte embarazada. Si quieres que José se involucre contigo, sólo dínoslo. Así es, como mi amigo y nuestros amigos siguen siendo geniales.

― Chicos, no tengo esos problemas. Vicky, resultas una tremenda excitación para mí por la forma en que te manejas y, Dios, qué cuerpo. Pero, José obviamente te proporciona amor y seguridad. Eso quedó claro en lo cómodo que estáis juntos. Y un hombre como este, cuidándote en vez de enfocarse en lo suyo, es excitante.

José había entregado una copa de vino a cada una y puso su silla al lado de la cama. Vicky lo miró y dijo― ¿Y en qué estás pensando?

― ¿Estás bromeando? ¿Qué hombre puede pensar con dos mujeres tan hermosas y desnudas delante de él? Lindos pechos, pezones erectos, y ambas con coños peladitos. Entonces, Mica, ¿qué piensas de la pareja que acabamos de conocer?

― ¡Guauuu! Estaba tan avergonzada, totalmente desnuda en un área pública, y hablando tan normalmente con una pareja que nunca había visto antes. Dios, qué excitante. ¿Pero viste la forma en que ella nos miraba? Ese pobre hombre va a ser violado en el momento en que su puerta se cierre.

Los tres rieron, lo que fue agradable desde la perspectiva de José ya que una vez más vio dos pares de pechos que se agitaron. Vicky se acercó a la mesa de al lado de la cama, dejó su vaso de vino, y apartó la colcha y la sábana superior hasta el fondo de la cama. Caminando hacia Mica se puso las dos manos sobre los pechos, se inclinó y la besó tiernamente en los labios, la miró a los ojos y repitió el beso. Tomó el vino de Mica, lo puso en la mesa junto al suyo, se giró, tomó su mano y se subió a la cama. De repente Mica se puso tímida y dudó.

― Mica, si tienes dudas, está bien, no pasa nada, te lo decimos en serio. Esto es para divertirse, sin miedos, sin forzar ni intimidar.

― No, lo siento, es sólo que... Realmente nunca he hecho esto antes. Demonios, he estado tan involucrada con mi familia y el trabajo para volver a la universidad, que no he tenido pareja en mucho tiempo. No quería que pensarais que soy una especie de zorra que saltaba sobre cualquiera medio interesado.

― Querida, estamos mucho más que medio interesados. Nos interesamos por ti al principio de esta noche y nos hemos afirmado en ello a medida que los acontecimientos se han ido desarrollando. De nuevo, como dije, queremos que esto sea seguro para ti. No haremos nada que te quite tu comodidad y tu seguridad. Por último, ¿me estás llamando zorra?

Hubo muchas risas mientras Vicky se tira encima de Mica y le aplasta la boca con un apasionado beso, con lengua y mordiscos de labios. Ambas se retuercen la una contra la otra como si trataran de lograr el máximo contacto para sus pechos, pezones y entrepiernas. Vicky abrazó a Mica y recorrió con sus besos desde los labios hasta su cuello, hombros, pecho, un pecho, un pezón y luego el otro, sobre su caja torácica, bajando por su estómago, sumergiendo su lengua en su ombligo, luego bajando por el abdomen y sobre el coño pelado pero evitando el clítoris. Lamió y besó los labios externos del coño, con largos lametazos a lo largo de toda la longitud de su raja, evitando el clítoris, y de vuelta, lamiendo y masticando suavemente primero un labio y luego el otro. Finalmente, sumergiendo la lengua en el coño de Mica sólo un poco, luego más profundo. De ida y vuelta con la lengua profunda dentro, más besos y más masticación de los labios en el exterior. Luego, de repente, atacó el clítoris. Nada de un suave movimiento de la lengua. Este fue un ataque instantáneo con succión del clítoris con la boca, cortando el capullo y masticando cuidadosamente la capucha y el capullo entre sus dientes. Vicky tuvo que usar ambas manos para presionar las caderas de Mica en la cama para no perder el contacto. Finalmente, Mica fue capaz de empujar a Vicky lejos de su coño. Cayó de nuevo contra la cama y volvió a subir jadeando y gimiendo y rebotó una y otra vez antes de descansar sobre sus codos mirando a Vicky a los ojos con una mirada vidriosa. Vicky estaba arrodillada en el suelo, entre sus piernas, con la cara cubierta por sus jugos. Se levantó y empujó a Vicky al suelo a los pies de José y devoró la boca de su nueva amante, haciéndose la prueba por primera vez en el proceso. Cuando se bajó de Vicky, ambas estaban jadeando, de espaldas, las piernas se separaron casualmente, mostrando los coños mojados y abiertos, los senos subiendo y bajando con cada respiración jadeante.

Vicky se apoyó un codo, besó el pezón más cercano y preguntó― ¿Un comienzo satisfactorio o es suficiente?

― ¡Diosss, nunca me he corrido tan rápido o tan fuerte! Si hay algo más de eso, puede que tengas que echarme de aquí para deshacerte de mí ―Entonces recordó a José sentado justo encima de ellas, vestido, bebiendo su vino y observando atentamente todo lo que pasaba.

Vicky le dijo― Hace un momento eras una mujer poseída y ahora tienes esa mirada tan tímida, otra vez. Eres una gran amante, realmente lo eres. ¿Qué dices si lo sacamos del banquillo y lo metemos en el juego? Desnudémoslo y veamos si tiene algo para nosotras.

Durante un tiempo se movieron al azar a través de varios acoplamientos y combinaciones de tres amantes antes de que el agotamiento total los llevara y se durmieran en la cama desordenada con Mica entre Vicky y José. Justo al amanecer Mica trató de salir de la cama sin molestarlos con la intención de dejar una nota de agradecimiento. La luz se encendió repentinamente y ambos la vieron recoger su ropa y empezar a vestirse― Gracias, chicos. Pero tengo que irme. Abro con la comida de hoy.

Ambos se levantaron de la cama sin ninguna señal de timidez y se acercaron a ella. Cada uno la abrazó y la besó en los labios, todavía podían saborearse― No puedo decirte lo bien que me lo pasé. Me siento tan segura con vosotros dos.

Vicky miró a José y luego se volvió a Mica― Nos gustaría que te quedaras más tiempo, pero lo entendemos. Eres una mujer hermosa, Mica, y una amante fantástica. Gracias por compartirlo con nosotros.

Mica se giró hacia la puerta, se detuvo y balbuceó― Sabes que cuando esa pareja estuvo aquí anoche... les diste tu información de contacto... Me preguntaba si.... bueno.... Quiero decir, realmente me lo pasé muy bien y confío en vosotros... ¿creéis que... quizás... ...podría...?

José fue al escritorio y escribió la misma dirección de correo electrónico y se la entregó y dijo― Mica, no sabemos si esa pareja se pondrá en contacto con nosotros o si querremos conocerlos, aunque sea para cenar, pero nos encantaría verte, de nuevo. Incluso sólo para la cena, si quieres.

Vicky no pudo resistirse― Especialmente si tienes un vestido ligero y no usas ropa interior. Los dos nos divertiríamos mucho contigo―La besó de nuevo, la giró hacia la puerta, y le dio un golpe en el trasero― Será mejor que te vayas antes de que decidamos follarte.

Después de desayunar, José sugirió que se fueran al mediodía y así llegarían a casa a media tarde y tendrían tiempo de hacer algunas cosas antes de que acabara en fin de semana. También necesitaba pasar un par de horas con su tía enferma. No tenía nadie más desde que los padres de José murieron en un accidente de coche hace años. Vicky admitió― Es tan deprimente volver a las duras realidades de la vida. José, ¡gracias por este fin de semana! Fue maravilloso, justo lo que necesitaba. Espero que también lo haya sido para ti. Estoy tan emocionada por la dirección que estamos tomando en nuestra relación, que desearía que mi trabajo fuera mejor. Pero mees tan deprimente con todo lo demás yendo tan bien y tan excitante. Estoy tan contenta de que Mica haya contado lo que vio en nosotros porque es lo que realmente siento. Me siento tan amada, segura, a salvo y totalmente confiada en ti. Me alegro de que se note. Gracias, querido.

― Vicky, he estado pensando mucho en nosotros, últimamente. Me gustaría preguntarte algunas cosas.

― Soy un libro abierto para ti, por el tiempo que quieras disfrutarlo.

José, bajando la voz dijo― De todas formas, como no estoy totalmente ciego, me he dado cuenta de que ya no necesitas que te animen para disfrutar del perro de Juana cuando vienen y a tener orgasmos repetidos al aparearse con él. ¿Dirías que es una apreciación acertada?

― ¡Oh Dios! ¿Hay algún problema?

― Absolutamente ninguno. Sólo escúchame antes de decir nada, ¿de acuerdo? Ahora, ¿es esa una apreciación acertada?

― ¡Oh, sí! Disfruto mucho. Hay algo, supongo que muchas cosas que son diferentes de un hombre. Sé que Mica no lo pretendía decir, pero ¿esto me convierte en una zorra?

― No, no eres una puta, todavía no. Pero juntos tú y yo podríamos cambiar eso, pero eso quedaría para una discusión posterior. ¿Desearías que viéramos a Juana más a menudo? Y si es así, y aquí es donde necesito que seas completamente honesta y confíes en mí, ¿es porque disfrutas con Juana o porque disfrutas con el perro?

Ella lo miró a los ojos sin decir nada, como meditando la respuesta. Pero él la interrumpió― Lo digo en serio, Vicky, honestidad total. Voy a hacer algo pero necesito saber claramente de dónde vienes y a dónde te gustaría ir. Si tú, si nosotros, pudiéramos.

― Casi siento esta conversación como la que tuvimos hace un año.

― Esto no es nada de eso, de verdad. Eso fue para superar un error lamentable. Se necesitó mucho valor para que lo hicieras, para que yo te escuchara pacientemente. No hay ningún error aquí. Los dos estamos dando pasos juntos. Siempre, de ahora en adelante, juntos. Ese fue nuestro compromiso con el otro. Esta vez me está costando mucho valor confiar en el amor y la fuerza que hemos establecido y te pido que tengas paciencia para escucharme, por favor...

― Vale, lo siento. Confío en ti y no harías nada que me dañara, física o emocionalmente. Vale, sí, me gustaría que viéramos más a Juana. Y, ¡Dios!, tú me conoces, no tú, sólo quiero a ese perro. Juana no siempre ha sido mi amiga y no necesito una amiga como amante. De vez en cuando, como con Mica, es algo maravilloso. Ella es maravillosa, ¿no?

― Bien, concéntrate, Vicky.

― Sí, es el perro. ¿Por qué?

― Como te dije, he estado pensando, en realidad, más que pensando. Estaba bastante seguro de que sabía lo que querías, pero este es el trato. Quiero que cada paso que demos hacia adelante sea con tu completa confianza, aceptación y comprensión. Siniestro, ¿eh? Sugiero que tengamos tu propio perro. Obviamente, será de los dos desde el punto de vista de ser parte de nuestra familia, pero realmente necesita vincularse específicamente, y especialmente, contigo.

― ¿Hablas en serio?

― Si, si eso es lo que te hace feliz. Sé que disfrutas tremendamente con el apareamiento. Como ya he dicho, no estoy ciego. Aceptémoslo, te corres muy fuerte y muchas veces. Aceptemos también otro pequeño hecho que pude haber pasado por alto antes en nuestra relación, no sólo disfrutas realmente del sexo sino que realmente necesitas sexo. Tienes un gran apetito por el sexo y mucha curiosidad. Te prometo que te ayudaré y te mantendré a salvo en el proceso de descubrimiento. Pero, creo que este es el siguiente paso.

― Eres un hombre increíble, José. Mica tenía razón, ya lo sabes. La gente puede ver lo que eres por la forma en que me tratas y estás conmigo, pero más por la forma en que estoy a tu alrededor.

― ¿Te refieres a tratar de quitarte la ropa en público?

― Incluso a eso. Pero creo que eso es lo que aquella pareja vio. A pesar de la evidente incomodidad de estar desnudos en un lugar público frente a ellos y tratar de permanecer normales, vieron la confianza que sentía por ti, y mi seguridad. Y creo que Mica tenía razón sobre ellos. Saltó sobre su polla en el momento en que le quitó la ropa. Sí, José, gracias. Me encantaría.

― Eso pensé ― Y sacó su teléfono del bolsillo, presionando y abrió la galería de imágenes― Me tomé la libertad de hacer una pequeña búsqueda en los alrededores y encontré algunas opciones que podrían ser buenos candidatos. Aquí, mira ―Le entregó el teléfono con la pantalla abierta con las fotos que quería que ella mirara― Hay cuatro, que sólo tienes que moverte hacia adelante y hacia atrás.

― Todos parecen ser tan grandes.

― Quiero que seas feliz y estés satisfecha.

― Todos estos son de criadores de la zona. Todos tienen más de un año de edad, más cerca de un año y medio si no recuerdo mal. Así que todos son maduros. Generalmente están todos bien entrenados. Todos requieren mucho ejercicio que será bueno para ambos. Si quieres, tal vez el próximo fin de semana podamos dar un paseo y ver qué piensas. Tal vez tengamos que seguir buscando

― ¡Oh, José! Esto es un final maravilloso para un fin de semana tan fantástico. Te quiero tanto.

― Bien, entonces tengo una última cosa ―Se metió la mano en el bolsillo de su pantalón y salió con una caja larga y delgada― Vicky, mi amor, como señal del próximo paso en nuestro viaje hacia el descubrimiento…

Ella tomó la caja buscando una pista, pero él sólo mantuvo su mirada y continuó con su sonrisa. Ella abrió la caja y dentro había un brazalete de plata de ley, pero no, no lo era de alguna manera. Ella le miró y él dijo― Es para tu tobillo. No tan evidente como para tu muñeca o tu cuello, y mira el colgante.

 Vicky y miró el colgante que había sido cuidadosamente colocado al revés, jadeó y sonrió. Vio grabada la huella de la pata de un perro. Lo suficientemente profunda como para ser clara desde lo suficientemente cerca pero eso no sería posible para la mayoría de la gente― Chico sucio.

― ¿Yo? ¿Sucio? ―Dijo mirando alrededor del restaurante para ver si había alguien lo suficientemente cerca para oírle― No soy el que tiene la intención de aparearse con nuestro nuevo perro.

― Dios, mira mis brazos, se me está poniendo la piel de gallina.

― ¿Te la pondrás para mí?

Ella le levantó la pierna izquierda. Él se agachó y miró su pierna. Ella tomó su vestido, miró alrededor del restaurante y lo subió hacia arriba― ¿Es esto lo que buscabas? Eres un chico malo. Pero eres todo mío, excepto cuando te comparto como anoche.

José terminó de atar la fina cadena con el colgante a su tobillo y Vicky le dijo― José, sólo saber lo que significa para nosotros me mantendrá mojada. Me encanta, cariño. Gracias, otra vez.

Él se inclinó hacia adelante con un brillo en sus ojos― Querida, mantenerte permanentemente mojada es mi objetivo.

Magister

 

 

Cambio de vida

Estos son los relatos donde Magister narra cómo fue el proceso por el que una joven y hermosa mujer, junto con su marido, hizo un cambio radical en su estilo de vida.

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