Esta web utiliza cookies, puedes ver nuestra la política de cookies, aquí Si continuas navegando estás aceptándola
Política de cookies +
La Página de Bedri
Relatos prohibidos
Mejor con Claudio
ADVERTENCIA: Esta página contiene textos, imágenes o enlaces que pudieran ser considerados no apropiados para personas menores de la edad legal. Por eso se hace esta advertencia. El contenido de los mismos es evidentemente "para adultos" y de contenido explícitamente sexual por lo que, hecha esta advertencia, si finalmente decides continuar, lo haces bajo tu única y exclusiva responsabilidad. No se obliga a entrar, es más, se recomienda que aquellas personas que puedan sentirse molestas, o incluso ofendidas, con el contenido de lo que aquí aparece, que se abstengan de hacerlo.

Esa tarde de mucho calor, en mi casa, vestido brevemente, recordaba el mal momento vivido quince días antes cuando fuimos a casa de los amigos nudistas y uno de ellos; Víctor luego de brindarme hermosos masajes , me penetró ferozmente causándome una fisura anal muy dolorosa y molesta.

Hoy, en casa preparando una ensalada fría y Claudio junto a mí rozándome apenas su bulto caliente en mi trasero. Claro que esto no terminaría aquí. Luego, sus manos en mis hombros girándome hasta en enfrentar nuestros ojos. Y un beso profundo introduciendo su ancha lengua en mi boca al punto de no permitirme respirar.

Con una mano le tomé la cintura. Él jugaba con mis pezones, con mis orejas. Chupó mi cuello y haciendo presión con sus grandes manos en mis hombros me proponía arrodillarme ante el para introducir su verga en mi boca.

Ahí estaba ante mis ojos su falo grueso, moreno, con una hermosa cabeza color bordó y forma de sombrerito. Abrí mi boca. Cuando el glande tocó mi garganta hice un movimiento de tragar. Eso enloquece a Claudio.

Su pantalón corto cayó al piso sobre sus pies. Pasé mi brazo por entre sus piernas llegando hasta su trasero. Con mi mano en sus nalgas y mi garganta atragantándose con su miembro moreno. Unos minutos así, babeándome y él explotando llenándome la boca con su esperma espeso. Ya de pie, me quitó el tanga. Yo estaba embriagado de deseo y húmedo Luego fuimos hacia el baño mientras Claudio jugaba con sus dedos en mi agujerito con suavidad.

Bajo la ducha mis ganas se duplicaban. Yo buscaba el roce con su cuerpo tibio y musculoso. Su verga oscura comenzaba a levantarse nuevamente.

Tendido sobre las sabanas, Clau permitió que lo cabalgue sentado en su mástil. Subiendo y bajando. Una vez... dos…, y varias veces siempre intentando introducirlo un poco más. No hubo dolor. Apenas alguna molestia que se convirtió en placer cuando él tomó la iniciativa de levantarme un poco con sus rodillas. Y embestirme con estocadas profundas, haciéndome gemir con cada una de ellas

Un pequeño descanso. Un cambio de posiciones. Y comenzó a bombearme en la posición del perrito. Algunas nalgadas de su parte. Como para que apretase el esfínter. Y un mete y saca con vehemencia me hacía llegar al clímax cuando Claudio poniéndose rígido con toda su verga en mis entrañas ensartándome hasta el tronco tenía las contracciones espasmódicas de la eyaculación.

Me dejé caer sobre la cama y su cuerpo cayó sobre el mío teniendo la sensación de tenerlo aún adentro. No me moví y nos quedamos dormidos.

Cuando desperté, Clau limpiaba prolijamente el jugo que escurría entre mis nalgas y aplicaba crema suavizante con la yema de sus dedos. Luego se retiró al baño.

Escuché caer el agua de la ducha. Minutos después regreso oliendo a buen perfume. Inclinó su cabeza sobre la mía para darme un beso.

Aún desnudo, sentándose en la cama junto a mí, acomodó mi cabeza sobre su falda. Noté la piel de sus partes íntimas junto a mis labios. Mis ojos se cerraban por el agotamiento mientras él acariciaba mi cabeza, mi espalda y llegaba hasta mis glúteos. Hay días en que la pareja es incansable y este era uno de ellos.

Rober

 

 

Claudio

Rober nos habla de Claudio, uno de sus amantes

Ir a la historia prohibida




Poco a poco, cada vez hay más relatos porque poco a poco os vais animando a escribirlos y a enviarlos para compartirlos. A lo mejor, tienes cosas que contar y que te apetece compartir, pues este es el sitio. Si lo deseáis, puedes enviar tu relato a la dirección que figura en este enlace enviar relatos prohibidos

Y si lo que quieres es copiar algún relato y compartirlo en tu sitio, o en otro, no olvides copiar y pegar también el enlace de donde lo has obtenido. y el nombre del autor, no cuesta nada y es de justicia.

Y si estás interesado en adquirir esta página, debes de saber que está en venta. Si tienes interés, puedes contactar con nosotros aquí.